Casi una decena de conductores se pasaron de listos ante un control de alcoholemia el pasado fin de semana en Madrid. Y les va a salir caro: se dieron la vuelta en plena autovía, circulando en dirección contraria para, se entiende, no someterse a las pruebas.
Según informa Telemadrid, la Guardia Civil ya ha identificado a varios de estos automovilistas, que se se enfrentan a un posible delito contra la seguridad vial por conducción temeraria, así como a otro por desobediencia a los agentes de la autoridad.
A lo que se suman las multas de tráfico que se aplican a esta peligrosa maniobra.
"En prohibida para no pillar el control"
La estampida de conductores queriendo evadir el control fue grabada por el copiloto de uno de los coches que hacía cola ante el dispositivo de la Guardia Civil, colocado en la A-1 a la 1:00 de la madrugada a la altura de La Moraleja, un tramo que enlaza directamente con la circunvalación M-30.
En el vídeo, publicado por la plataforma Social Drive en Twitter, se puede ver como hasta nueve coches se lanzan al carril de incorporación, circulando por tanto en sentido contrario, entre los que se encontraban un taxi y un VTC.
Mientras el que graba y el conductor del coche comentan la jugada: "Mira, mira, mira... en prohibida para no pillar el control"
Pero tras esta diáspora de varios coches, aparece un vehículo de la Guardia Civil, que intercepta el paso a uno de ellos. Y se deduce que también se toparon con el resto, ya que han sido identificados según el medio autonómico.
Se desconocen los motivos exactos de esta peligrosa evasiva, aunque se deduce que, dado que era un control de alcoholemia, habían bebido y temían dar positivo. Y es que arriesgarse a incurrir en un posible delito de Seguridad Vial por evitar el atasco que se forma ante un control se antoja excesivo.
Multa de 500 euros, como mínimo, y hasta dos delitos
Sea como fuere, la bravata no les va a salir barata. Primeramente porque circular deliberadamente en sentido contrario se considera conducción temeraria, lo que supone una infracción muy grave según la Ley de Tráfico. Supone 500 euros de multa y la resta de seis puntos del carnet.
Aunque dado que es uno de los considerados delitos de tráfico, primeramente será juzgado como tal. Y según se recoge en el Artículo 380 del Código Penal puede suponer penas de prisión de seis meses a dos años y retirada del carnet de conducir por más de un año y hasta seis.
O incluso más si los agentes consideran que esta acción se ha realizado con manifiesto desprecio por la vida del resto de usuarios, que en ese caso se pena con cárcel de dos a cinco años, multa de doce a veinticuatro meses y la privación del derecho a conducir vehículos a motor durante un período de seis a diez años.
Por otro lado, en caso de que al interceptarles se les hubiera sometido el test de alcoholemia, y dependiendo de la cantidad que hubieran arrojado, podrían enfrentarse a una multa de o bien 500 euros o bien 1.000 euros, así como la retirada de cuatro y seis puntos del carnet respectivamente.
Y dado que dos eran profesionales, la tasa permitida es menor. Además, y de nuevo dependiendo de la cantidad (si supera los 0,60 mg/l por aire espirado), asimismo es un delito contra el tráfico.
Por último, y más allá del código de Tráfico, igualmente son presuntos autores de un delito de desobediencia a la autoridad, en este caso agentes de la Guardia Civil. Y según se recoge en el Artículo 556 del Código Penal se castiga con prisión de tres meses a un año o multa de seis a dieciocho meses.