La DGT tiene desde el 1 de agosto un nuevo aliado encargado de denunciar infracciones en las carreteras españolas. Se trata de tres drones que ya surcan los cielos a una altitud de 120 metros y que en la segunda operación salida vigilarán el tráfico y denunciarán las infracciones en tramos con mayor riesgo de accidentalidad.
Se han estrenado en las Islas Canarias y ojo, porque los drones también supervisarán distracciones al volante y gestos que pueden resultar cotidianos, pero sancionables.
Más económicos que los Pegasus y más ágiles
Los primeros drones con capacidad de denunciar infracciones han levantado el vuelo en Tenerife, donde la DGT no cuenta con base para los Pegasus.
Se trata de un modelo Matrice 200, capaz de realizar tareas de inspección de puentes, líneas de tensión y aerogeneradores, búsqueda y rescate y lucha contra incendios. Puede superar los 80 km/h y soportar temperaturas extremas.
Estos dispositivos son operados de forma remota por un piloto de aeronaves tripuladas, un operador de cámara y un guardia civil de tráfico que notifica la infracción y que no siempre está presente durante la fase de vigilancia.
En comparación al gasto que supone operar los 15 helicópteros Pegasus, los nuevos drones de la DGT son una forma más fácil y económica de conseguir pruebas que permitan tramitar denuncias. Con una altitud operativa máxima de 120 metros y un radio de 500 metros, el único inconveniente que afrontan hasta la fecha es su limitada autonomía de vuelo: 20 minutos.
La cámara de alta definición con cinco kilómetros de alcance ubicada en su base les permite captar con precisión si un conductor o pasajero no lleva puesto el cinturón de seguridad, como es el caso de este hombre a que cazó un dron hace unos meses:
Maniobras indebidas como adelantamientos con línea continua o invasión de medianas, uso del móvil al volante, uso de dispositivos de retención o conducción temeraria pueden ser captados por los tres aparatos que de momento hay operativos de una flota de 11.
Son ligeros; pesan 3,8 kg y miden menos de 72 cm, los que los hace ágiles para poder seguir al conductor durante unos cientos de metros.
Gestos como tirar colillas por la ventanilla suponen cuatro puntos y 200 euros de multa, viajar sin camiseta se penaliza con tres puntos y 200 euros, mientras que viajar con los pies en el salpicadero se penaliza con 100 euros.
Pero también beber agua (u otro líquido) o comer, ir con el codo fuera de la ventanilla o conducir con chanclas infringiría las disposiciones de los artículos 17 y 18 del Reglamento General de Circulación, lo que conllevaría una multa de 80 euros, que se quedaría en la mitad si nos damos prisa en pagarla.
Los ciclistas también serán objeto de vigilancia.
Sin embargo, el exceso de velocidad aún está fuera de su alcance, de momento. Tráfico también ha anunciado que está en proceso de licitación la adquisición de otras 20 unidades que una vez suministradas y certificadas se incorporarán a las labores de vigilancia y control del tráfico.
Según cifras provisionales de la DGT, hasta el 4 de agosto han fallecido 623 personas en accidentes de tráfico en carretera.
Nota: la imagen de portada pertenece al vuelo de demostración realizado por un dron en abril sobre la A-2, en Madrid. Fuente: DGT.
