No nos engañemos, sin el miedo a ser cazados por exceso de velocidad o bajo los efectos del alcohol u otras sustancias por la policía, habría un menor respeto a las reglas de tráfico. Al mismo tiempo, habría más accidentes de tráfico y con una mayor fatalidad. Es lo que nos dice la experiencia de al menos dos regiones estadounidenses, Nueva Jersey y San Francisco.
En julio de 2023, los policías estatales de Nueva Jersey, que tienen competencia de tráfico en las autopistas y carreteras, empezaron de repente a poner muchas menos multas de tráfico. Al mes siguiente, las multas por exceso de velocidad, conducción bajo los efectos del alcohol, por uso del teléfono móvil y otras infracciones cayeron un 81% en todo el estado en comparación con el año anterior. Al mismo tiempo, aumentaron casi inmediatamente los accidentes de tráfico, según muestran los registros obtenidos por The New York Times.
Sin controles ni multas, aumentaron las muertes en carretera
La duración y el alcance de la ralentización no tienen parangón en la policía moderna, según los académicos que estudian los datos de tráfico y las tácticas de aplicación de la ley en Estados Unidos. De hecho, el parón de multas ha sido tan brusco y prolongado, duró ocho meses, que ahora es objeto de una investigación penal por parte del fiscal general de Nueva Jersey, según recoge el diario neoyorquino.
La policía estatal dejó de multar una semana después de la publicación de un informe en el que se ponía de manifiesto un sesgo racial en las multas y los controles policiales de la policía estatal. El análisis evaluó más de una década de controles de tráfico de la policía estatal y “reabrió una herida persistente en un departamento que pasó una década bajo el control de un decreto federal debido a patrones similares de parcialidad”.
Avisados que todas sus acciones serían observadas con minuciosidad, los policías estatales sencillamente dejaron de efectuar controles por temor a cometer un error de procedimiento o por ser tildados de racistas en un control policial y por tanto a poner en peligro su carrera, con la cómoda pensión y el buen seguro médico asociados, algo que en Estados Unidos no es baladí.
Los agentes de policía de todo el estado, que normalmente ponían más de 6.000 multas a la semana, sólo pusieron 1.205 la primera semana de agosto. La desaceleración continuó durante meses antes de finalmente mostrar signos de terminar a finales de marzo de 2024.
En todo caso, los agentes siguieron respondiendo a las llamadas de emergencia y acudiendo a los accidentes. Pero la aplicación proactiva de las normas de tráfico se redujo en más de un 60% entre agosto y marzo, en comparación con el mismo período del año anterior.
Al mismo tiempo, los accidentes empezaron a aumentar bruscamente. En las dos principales autopistas del estado, la que une Nueva York con Filadelfia (la Turnpike) y la autopista que une el norte y el sur del estado por la costa (la Parkway), los accidentes aumentaron un 27% en agosto de 2023, ya que las multas por exceso de velocidad se redujeron a 437, frente a las 2.066 del año anterior.
El número de accidentes aumentó, con respecto al año anterior, durante seis de los siete meses siguientes. En todo el estado, los accidentes en las carreteras patrulladas por la policía estatal aumentaron un 18% entre enero y marzo. Y las muertes por accidente de tráfico durante los seis primeros meses del año aumentaron un 23%, a pesar de que las víctimas mortales descendieron un 3% en todo el país.
No hay consenso entre los investigadores sobre la correlación precisa entre las muertes en accidente de tráfico y el número total de controles realizados por la policía. “Cada accidente es único, y no hay indicios de que ninguna de las 104 muertes ocurridas entre agosto de 2023 y marzo de 2024 en carreteras patrulladas por la policía estatal estuviera directamente relacionada con la ralentización”, recuerdan desde el New York Times.
Sin embargo, Jeffrey Michael, investigador de la Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health que pasó 30 años en la NHTSA, calificó el estudio de la seguridad vial de “muy complicado”, pero dijo que no había duda de que la aplicación de la ley desempeña un papel crucial. “Si se reduce notablemente la aplicación de las normas de tráfico, el comportamiento vial empeorará”, afirmó Michael. “Así que es de esperar que, en consecuencia, aumenten las velocidades y las víctimas mortales”.
El caso de la policía estatal de Nueva Jersey no es el único en el que un descenso de los controles de tráfico y de las multas ha coincidido con un aumento de los accidentes de tráficos. De 2020 a 2023, la policía de San Francisco ha estado poniendo unas 10 multas de tráfico al día, cuando en 2019 se ponían una media de 74 multas de tráfico al día.
La mayoría de esas 10 multas diarias no son ni siquiera por infracciones graves, como saltarse un semáforo en rojo o un exceso de velocidad, sino por infracciones menores. Y no es que de repente en San Francisco sean excelentes conductores. De hecho, han aumentado los fallecidos.
Así, en 2022 han fallecido 37 personas en accidentes de tráfico en las calles de San Francisco, superando los 31 fallecidos de 2014, año en el que la situación se volvió insostenible y llevó al ayuntamiento a implementar medidas de reducción de accidentes. Y en los dos primeros meses de 2023, ya fallecieron cinco personas, el peor inicio de año desde 2018.
Nos guste o no, al final, el miedo a la multa sigue siendo en determinadas circunstancias un elemento esencial, junto con la formación y la concienciación, a la hora de combatir los accidentes de tráfico.
Foto | versageek