Los conductores de Madrid tienen un nuevo factor a tener en cuenta al transitar por la capital. Las calles urbanas con un único sentido verán limitada su velocidad a 30 km/h, mientras que aquellas en las que la acera está a la misma altura que la calzada el límite será de 20 km/h.
Madrid quiere ser una ciudad más amable
Estas medidas suponen una nueva iniciativa del consistorio para mejorar la calidad del aire de Madrid y crear una ciudad más favorable para lo peatones y ciclistas. Por eso también en las calles afectadas por la limitación a 20 km/h los peatones tendrán permitido cruzar por cualquier punto de la vía sin tener que recurrir a los pasos de cebra.
A falta de que se redacte el texto completo, la nueva Ordenanza podría afectar también a vías con un carril por sentido con la intención de reducir la siniestralidad y, sobre todo, crear un entorno más amable con los ciclistas que en calles estrechas tienden a quedar desprotegidos u obligados a invadir la acera.
Posiblemente otra de las medidas que menos gusten a los conductores será la plausible ampliación de las zonas de estacionamiento regulado que se recoge en el nuevo borrador de la Ordenanza de Movilidad Sostenible.
Adicionalmente, el Área de Medio Ambiente y Movilidad Sostenible del Ayuntamiento de Madrid recalca la necesidad de modificar la Ordenanza porque "pese a la extensión y complejidad del texto elaborado en 2007 no regula asuntos como los aparcamientos, los nuevos dispositivos de movilidad personal y fenómenos de economía colaborativa como el car-pooling.
El consistorio de Manuela Carmena pretende así cuidar un poco más la salud de los habitantes de la capital reduciendo las emisiones contaminantes, mejorar la Seguridad Vial e incentivar los medios de transporte colectivo en lugar del privado así como los transportes sostenibles (a pie o en bicicleta) como objetivos principales.
Motos fuera de las aceras, aparcamientos vecinales y más bicicletas
La nueva modificación del a Ordenanza de Movilidad Sostenible de Madrid incluirá en su texto la prohibición expresa de que las motocicletas puedan aparcar en aceras si no dejan libre un espacio de al menos tres metros para los peatones. Hasta ahora podían aparcar en aceras de tres metros salvo prohibición. Parece lo mismo, pero no lo es, y recupera los fantasmas de Navidades pasadas y sus multas a las motos aparcadas en Gran Vía.
Otra iniciativa abierta por el consistorio es la posible creación de las Zonas de Aparcamiento Vecinal. Serán barrios adyacentes a las áreas de estacionamiento regulado en las que los vecinos podrán solicitar zonas de estacionamiento en las que no tendrán que pagar los 24 euros anuales de los residentes en zona verde, pero sí los coches que no pertenezcan a dicha zona.
Con un colectivo ciclista cada vez más numeroso, el consistorios ha hecho caso a algunas de sus reclamaciones y a partir de la aprobación de la Ordenanza dará algunos beneficios a su utilización. Por ejemplo, en los semáforos podrán girar a la derecha cuando estén en fase roja si el giro está permitido.
Además los ciclistas también podrán circular en ambos sentidos en calles de doble dirección en zonas residenciales con límites de 20 km/h o menos o en los carriles bici si se señaliza expresamente.
También se recogerán algunos nuevos requisitos para los nuevos servicios de alquiler de bicicletas sin punto fijo de recogida/entrega, obligando a que todas cuenten con seguro, matrícula, servicio de recolocación, mantenimiento y revisiones técnicas para garantizar su buen estado y disponibilidad en cualquier punto de la urbe.
Qué tiene más valor, ¿ir más rápido o una muerte?
La reducción en los límites de velocidad tiene otra consecuencia positiva derivada. Los límites en vías urbanas se redujeron de 60 a 50 km/h (sólo un poco, para no ir demasiado despacio no vaya a ser que lleguemos tarde a lo que sea) cuando se demostró que a esa velocidad un atropello tenía una probabilidad de resultar en muerte del peatón del 50%, mucho mejor que casi el 100% a 80 km/h. A 30 km/h la probabilidad de fallecimiento es del 5%.
Ahora bien, esta reducción de la velocidad no es una iniciativa novedosa ni inédita del Ayuntamiento de Madrid. En 2008 la DGT y la Federación Española de Municipios y provincias ya anunciaron un convenio en 2008 para reducir la velocidad en el 80% de las vías urbanas de toda España. Sí, hace 10 años.
Nos hemos autoconvencido de que los límites de velocidad son justos o incluso demasiado restrictivos, de hecho nos los saltamos con cierta vehemencia. Ante ese derecho de los conductores a conducir rápido, su libertad al volante, se antepone una regulación más severa de las velocidades máximas en ciudad en este caso, pero tiene un fundamento lógico.
Cuando poco a poco las muertes causadas por incidentes de tráfico se van reduciendo, cada vez es más complicado mantener la tendencia. Las administraciones públicas buscan la preservación y de paso tener un dato estadístico del que sentirse orgullosos, así que esta reducción de los límites tiene todo el sentido, aunque sólo sea para evitar una muerte por atropello.