Cuando hablamos de fabricación de coches, lo primero que pensamos es en las marcas en sí, pero nos solemos olvidar de todo el tejido de empresas auxiliares que les sirven, los proveedores. El sábado ocurrió un accidente en Suzhou, en las cercanías de Shangái (China). Es el peor accidente industrial del país en lo que va de año.
La fábrica, perteneciente a Kunshan Zhongrong Metal Products Co., empleaba a 450 trabajadores, de los cuales más de 200 estaban trabajando en pulido de llantas de aleación. A las 7:37 (hora local) del sábado hubo una explosión por acumulación de polvo metálico al recibir una chispa. Van 75 víctimas mortales y 185 heridos, según la agencia de noticias Xinhua.
Este proveedor sirve a Dicastal, un proveedor global y líder mundial en fabricación de llantas de aluminio, según su página Web. Conclusiones preliminares apuntan a insuficientes medidas de seguridad como causa de la explosión. Se anuncian castigos ejemplares para los responsables, marca de la casa en China.
El nombre de General Motors ha salido relacionado en diversas informaciones, ya que es uno de los clientes de Dicastal. Como abogado del diablo he de decir que no creo que las automovilísticas puedan controlar a los proveedores de sus proveedores ni asegurarse que se cumplan todas las normas de seguridad laboral.
Probablemente la cifra de mortalidad aumente y se promuevan cambios para evitar que algo así vuelva a suceder. No es un capítulo cerrado, ni mucho menos. Xinhua reportó 44 muertes instantáneas el sábado, haceos una idea. La mayoría de los heridos son grandes quemados y su situación es delicada.
Vía | Automotive News