Francia recula: no serán obligatorios los alcoholímetros a bordo

De vez en cuando, los gobernantes reciben un soplo de clarividencia y pasan a pensar con lógica. Eso ha sucedido más allá de los Pirineos. Francia ya no exigirá que llevemos alcoholímetro si cruzamos la frontera para pasar el día allí. El Gobierno ha dado marcha atrás respecto a la obligación de llevar alcoholímetro en el coche, en la moto, en el bus y en el camión. Y eso vale para tout le monde.

Recordemos de qué iba la película. A finales de 2011, en vísperas de año electoral, Nicolas Sarkozy esbozó su idea de establecer autocontroles de alcoholemia en los coches y concienciar a los conductores sobre el riesgo de combinar alcohol y volante, a la vez que se evitaba un buen gasto en boquillas. François Hollande heredó el trono y con él, la idea.

A partir de aquí, la historia se puede resumir con tres titulares que, si os fijáis bien, preludiaban este desenlace tan vergonzoso como previsible:

  1. "Sople y sabrá", Francia quiere alcoholímetros en bares y coches, de diciembre de 2011, donde explicábamos en qué consistía básicamente la propuesta, que entonces creíamos que se enfocaría sólo a alcoholímetros fijos en vehículos nuevos.
  2. Si vas a Francia, recuerda que es obligatorio el etilómetro... aunque ya no queden desechables, de julio de 2012, donde comentábamos la entrada en vigor de la medida, aunque ya decíamos que había periodo de gracia para los... infractores, que las multas por no llevar etilómetro, cuya cuantía sería de 11 euros (hasta 33 euros para casos conflictivos), no comenzarían a extenderse hasta noviembre... y, ojo, que no había alcoholímetros para todos.
  3. Francia aplaza hasta marzo las multas por no llevar etilómetro, de octubre de 2012, donde explicábamos lo que estaba cantado: a un mes de empezar a sablear a los conductores, las más altas instancias francesas se dieron cuenta de que como siguieran el plan establecido iban a rodar cabezas cerca de La Bastilla, porque las fábricas de China y Norte de África que debían abastecer a Francia de etilómetros desechables eran incapaces de satisfacer la demanda.

Una ley absurda que nunca debió promulgarse

Era de cajón que la medida perdiera fuelle. De hecho, cuando explicamos lo del aplazamiento ya supimos que había un cierto runrún sobre quitar la norma cuando apenas había entrado en vigor. Al final no ha durado ni un año esta ley, que casi podría competir por el Guinness, en la categoría de leyes absurdas, con las británicas Locomotive Acts de 1865, aquellas del tipo con la bandera roja que debía acompañar, caminando, a todos los vehículos que se movieran por Reino Unido.

¿Por qué era absurda la ley francesa? Veamos. Oficialmente al menos, la idea era concienciar a los conductores sobre el peligro de combinar alcohol y conducción. Bien, pues para hacer eso se traza una campaña de concienciación, no se obliga a un conductor a comprar un cachivache de dudosa utilidad cuando el conductor ya está concienciado.

Un ejemplo que se me ocurre ahora sobre conductores que no beben, precisamente en Francia. ¿Alguien se ha parado a pensar en la cantidad de musulmanes --abstemios por cuestiones de religión-- que hay en el país vecino? Si es que sólo con pensarlo da risa. Dicen que para que una ley se cumpla debe estar legitimada por quienes la deben cumplir. ¿Qué legitimidad podía tener esta ley?

Cuando hablamos de tratar un factor de riesgo vial ligado a la ingesta de drogas (y el alcohol es una de ellas), es un ataque directo partir de la base de que todo el mundo conduce drogado. A ver, que Francia arrastraba un problema de alcoholemias preocupante, con tasas superiores a la legal en el 30% de los siniestros según datos oficiales de Sécurité Routière. Quien la haga, que la pague, claro que sí. Pero que no hagan pagar por una infracción que uno no piensa cometer.

Y no, la obligatoriedad del alcoholímetro no es comparable a la obligatoriedad del chaleco reflectante o los triángulos de emergencia (los V-16). Uno no elige cuándo va a pinchar una rueda, pero sí cuándo va a beber alcohol para luego ponerse al volante.

Una ley cara, muy cara

Siguiente punto: ley absurda, sí, pero de padres mu espabilaos. Aunque en un principio entendimos que servía cualquier etilómetro homologado, resultó que no, que en Francia había que llevar un etilómetro que cumpliera con la norma NF X20704, que como se deduce por las siglas se trata de une Norme Française.

Eso nos lleva a que todo el mundo tuviera que pasar por caja en Francia --abonando, por cierto, los impuestos sobre el valor añadido a las arcas francesas--, no fuera caso que cruzaran la frontera con un etilómetro que no sirviera. Oh là là! C'est magnific! Pero eso no es todo. Resulta que para hacerse con uno de esos maravillosos artefactos que se ve que no debían de tener parangón con ningún otro alcoholímetro comprado fuera de Francia, había que ponerse a la cola.

Y, tal y como sabe cualquier ciudadano con un coeficiente mental medio, cuando hay más demanda que oferta, primero se agotan los alcoholímetros baratos, luego los caros, los precios se disparan... Hasta cinco veces se llegó a multiplicar el precio de aquellos alcoholímetros que cumplían con la norma NF X20704. ¡España, país de pícaros! Ya.

Pero, ¿cómo es que faltaban tantos alcoholímetros? Si Francia es un país de 66 millones de habitantes, ¿qué debe de tener? ¿35 millones de conductores? Bueno, teniendo en cuenta que Francia queda a mitad de la ruta transeuropea, y teniendo en cuenta que exigían que cualquiera que pasara por allí llevara un etilómetro a cuestas, pues como que el caos estaba llamado a producirse.

En efecto, Francia está en medio de Europa Occidental, sobre todo si se trata de ir de turismo a España o de vender o comprar cosas de Reino Unido. Sólo había que mirar un mapa para entender el potencial de esta ley. Por mucho que se esmeraran las fábricas situadas en el Norte de África y en China, había que trabajar a muchos turnos para abastecer a media Europa con cacharrillos de esos. Se entiende que las fábricas estaban dimensionadas para fabricar elementos de control, no elementos obligatorios. Hay una diferencia a la hora de planificar producciones.

Por cierto, otro detalle nimio de estos que gustan cuando los conductores se dan cuenta. Los alcoholímetros que valen porque cumplen la famosa norma NF X20704... fallan. Epic fail! A saber si es porque fallan de serie o porque se han tenido que fabricar tantos en tan poco tiempo que no ha sido posible mantener el mínimo nivel de calidad exigible. Pero vamos, que fallan.

De hecho, las razones aducidas por el Gobierno para desechar la ley son dos: falta de fiabilidad y falta de aprovisionamiento de los etilómetros. Ahora, sólo falta que se pronuncien el Consejo Nacional de Seguridad Vial de Francia y las asociaciones de conductores y de víctimas de la carretera. Esperemos que piensen, ellos también, que estas no son maneras de hacer las cosas.

Vía | El Mundo Gráfico | Nuclear Vacuum En Motorpasión | Francia aplaza hasta marzo las multas por no llevar etilómetro En Circula Seguro | La obligatoriedad de instalar alcoholímetros en Francia no entrará en vigor

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