Como estos son días tontos de esos en los que ni tú ni yo tenemos muchas ganas de trabajar, hoy voy a recurrir al ingente banco de imágenes de la DGT para ilustrar lo que en buena justicia podríamos denominar Rusiaspañistánpasión. El nombre se las trae, sí, pero refleja algo que me has dicho más de un sábado: que algunas entregas de RuзуaPaзуФи™ se podrían grabar por aquí.
No sé si nos llega el vodka para tanto en España, pero algunos vídeos hay que nos hacen pensar que si esto no es RuзуaPaзуФи™, al menos lo parece. Para muestra, cinco actitudes surrealistas con las que elaborar nuestra fauna en ruta de hoy, una edición muy visual, muy de resumen de fin de año.
Adelante, pide pista que despego
¿Qué más da si hay un montón de flechas de retorno pintadas sobre el asfalto? Si ya de normal la señalización es opinable, las marcas viales son la dotación más fácil de pasar por alto. Si a eso le unimos la manía que tiene más de uno de pegarse al camión al que pretenden adelantar, reduciendo así la visibilidad necesaria para emprender la maniobra, tenemos un susto de lo más majo para ir abriendo boca.
Por cierto, que aquí recibirá el premio Conductor de tasca aquel que ose decir: "Pero si no pasa nada, si al final hay hueco para que pasen los tres y no hay problema". Porque el día menos pensado llega el instante que lo cambia todo.
Media vuelta... ¡ar!
Cuando uno quiere dar media vuelta tiene dos opciones: hacerlo como un conductor, siguiendo hasta encontrar un buen lugar para realizar la maniobra con seguridad, o hacerlo como un cafre. Esta última opción se conoce también como jugar la carta "es que yo quería ir para allá".
Aquí recibe el premio Rompetechos el conductor del vídeo, por no mirar absolutamente nada antes de dar semejante volantazo con el coche. De todas maneras, no sorprende mucho este punto. Lo de no mirar va en el mismo pack que lo de dar media vuelta porque sí.
Fumando espero la toña que yo quiero
Luego están los que no quieren pasar nervios al volante y, ya que están puestos, se ponen hasta arriba de lo que pillan por ahí. Si no fuera porque a este tipo nos lo podríamos encontrar tanto tú como yo por la carretera, dan ganas de acordarse del vídeo aquel de las '10 Drogen die sie nicht nehmen sollten.... wenn sie Auto fahren' ('10 drogas que no hay que tomar al conducir').
La cosa es que quizá te resulte simpático que el tío se lleve el premio Malabarista del volante, pero si lo piensas un poco es como para decirle cuatro cosas bien dichas. Aunque también es verdad que seguramente habría que esperar a que se le pasaran los efectos de lo que se mete en el cuerpo para aspirar a que comprendiera que las drogas y el coche no se compenetran.
OLA K ASE, TESTREYA O K ASE
En este caso flagrante de uso indiscriminado del móvil, uno puede argumentar lo que le dé la gana, que siempre va a estar de más. Un mensaje puede esperar; y si no puede esperar, siempre es posible detenerse un momentito en un lugar seguro, conversar lo que sea necesario y luego proseguir la marcha.
Aquí, tiene premio Lejía concentrada el primero que diga que si no aparta la mirada de la carretera no es distracción. ¿Sabes por qué? Pues porque uno puede estar mirando y no ver nada. Es lo que se conoce como ceguera atencional.
Sonata para acordeón y ambulancia
Para acabar este ligero repaso al día a día de nuestra fauna en ruta, vamos con el efecto acordeón. Si alguna vez te has encontrado con un atasco que se producía sin causa aparente, lo más seguro es que vivieras de cerca las consecuencias de que alguien (o álguienes) no respetara una distancia de seguridad prudencial. Aquí tienes el porqué, y aquí, la prueba gráfica.
En el vídeo de arriba tienes, además, lo que sucede cuando se mezcla el efecto acordeón con la falta de distancia de seguridad con una más que posible distracción con una velocidad un pelín arriesgada para el lugar donde tiene lugar la acción. Y no, ¡Esto no es RuзуaPaзуФи™!... pero con casos como estos lo parece.