Scania, el fabricante sueco de camiones y autobuses propiedad del Grupo Volkswagen, ha puesto a prueba la seguridad de la batería de su primer camión eléctrico estrellando contra el mismo un Volkswagen Golf de séptima generación.
El examen, que la propia marca ha difundido en vídeo, resulta un tanto llamativo pues habitualmente vemos cómo organizaciones como Euro NCAP testa la seguridad de diversos modelos, pero para ello utiliza estructuras que impactan desde varios ángulos contra el vehículo en cuestión.
Scania, sin embargo, ha preferido estrellar un coche contra el camión cero emisiones, ya que pone traslada "mucho más estrés a la estructura [que recubre la batería] que si hubiéramos usado una barrera. Queremos que la prueba de choque sea lo más auténtica posible", explica Mikael Littmann, jefe de pruebas mecánicas del fabricante.
Lo ideal para garantizar la seguridad de la batería de un vehículo eléctrico en caso de impacto es que la energía del impacto se distribuya y extienda por toda la estructura que la envuelve, detalla Scania.
Una prueba muy planificada... pero con los bomberos atentos
El objetivo es que se produzca deformación plástica y energía cinética en componentes menos críticos, añade el fabricante, y eso es precisamente lo que comprueban tras la realización del test y desmontar la coraza que envuelve la batería.
De cualquier modo, "los bomberos están atentos cuando se realiza la prueba", apuntilla Jakob Leygraf, ingeniero de pruebas de Scania, por lo que pueda pasar al tratarse de un choque "de verdad".
Antes de realizar la prueba real, no obstante, se realiza una planificación que puede llevar meses y numerosas simulaciones. Se aprovecha que estas son más rápidas y económicas de llevar a cabo, y finalmente el trabajo se plasma en la prueba de choque real "para confirmar que los cálculos precisos", explica Leygraf.
Y es que los bomberos ya alertaron de que no es lo mismo apagar el fuego de un coche eléctrico que el de uno de gasolina o diésel, de modo que los crash tests o pruebas de choque son incluso más cruciales con la progresiva electrificación de los vehículos.
Scania lanzó su primer camión eléctrico el pasado mes de septiembre y está disponible con varias configuraciones (4x2, 6x2, 6x2*4).
En el caso de las versiones con distancias entre ejes de más de 3.950 mm, monta cinco baterías, para un total de 165 kWh y 130 km de autonomía; para todas las distancias entre ejes de más de 4.350 mm, equipa nueve baterías de 300 kWh de capacidad total para 250 km de vida entre cargas.
Estas se alojan en el bastidor y alimentan un motor eléctrico de 230 kW o aproximadamente 310 CV y 1.300 Nm.
El camión, cuyo peso máximo autorizado es de 29 toneladas, utiliza un Sistema de Carga Combinado (CCS) y, recargando a 130 kW CC, las cinco baterías se cargan en menos de 55 minutos y las nueve baterías, en una una hora y media.
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