La DGT estrenó en 2019 una pequeña flota de drones de vigilancia que ha ido creciendo con el tiempo hasta llegar a 39 unidades. Su misión es la de notificar infracciones como distracciones, uso del cinturón de seguridad o el Sistema de Retención Infantil, o adelantamientos imprudentes a ciclistas.
Pero, ¿cómo se determinan los tramos en lo que se aplicará la vigilancia de drones? ¿Cómo se notifica la denuncia?
Paso 1: elegir el tramo a vigilar
Los jefes provinciales de Tráfico, los Centros de Control de la DGT y los subsectores de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, en base a sus datos, son quienes determinan qué tramos necesitarían que los drones vigilaran la circulación, explica Tráfico.
Con estos datos, y teniendo en cuenta las limitaciones por cuestiones de seguridad (espacio aéreo no controlado, lejos de aeródromos y aeropuertos, posibilidad de estacionar una unidad para realizar el control…), la Unidad de Medios Aéreos (UMA) realiza un listado de las zonas de misiones y un calendario de fechas y tramos.
Las operaciones especiales de tráfico como la Semana Santa o las navidades son momentos propicios para desplegar estos aliados debido al gran número de desplazamientos.
Paso 2: elegir una base segura de despegue
Una vez determinado, con antelación y de acuerdo con la jefatura provincial de Tráfico, el punto a vigilar con los drones, se elije un punto cercano al tramo a vigilar donde se puede estacionar con seguridad la furgoneta de la UMA.
Allí, dicha unidad despliega una manga de viento –para controlar la dirección y velocidad del mismo, que pueden afectar al vuelo– y señaliza en el suelo un perímetro de seguridad donde despegará y aterrizará el dron.
Paso 3: montar el dron y calibrarlo
El paso siguiente es el montaje del dron (que viaja desmontaje y protegido) y comprobar el funcionamiento y la calibración del aparato y de las cámaras que servirán la vigilar la circulación y captar y grabar las posibles infracciones.
Después, se sitúa en el área de seguridad destinada al despegue y, una vez instalada la batería –con una autonomía de vuelo de unos 20 minutos, en función de las características del vuelo y la climatología– el aparato está listo para emprender la misión.
Paso 4: despegue mediante dos operadores
Los dos operadores implicados en la vigilancia hacen despegar el dron, que en su vuelo no cruzará la carretera –salvo autorización expresa– ni volará por encima de 120 metros, ni cerca de lugares estratégicos –aeródromos, aeropuertos, instalaciones de seguridad…– y siempre en el campo visual del piloto.
El dron siempre es operado por un piloto acreditado que controla el vuelo; la cámara puede ser controlada y manejada bien por un funcionario de la UMA o bien por un agente de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, lo cual condiciona la forma de notificar la multa.
Paso 5: vigilancia
El dron sobrevuela las inmediaciones de la carretera en el punto o puntos en que se solicita la vigilancia –por ejemplo, un cruce regulado por un Stop–.
Mientras, el operador de la cámara se dedica a observar y vigilar las maniobras de los conductores, cuyas infracciones quedan grabadas en soporte informático en el equipo que desplaza la UMA.
Mientras tanto, el centro de gestión de Tráfico correspondiente recibe imágenes en directo del estado de tráfico en la zona.
Paso 6: notificación de la denuncia
En función de la disponibilidad, o no, una patrulla de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil se sitúa en las cercanías de la vía vigilada y, en caso de producirse una infracción, siguiendo las instrucciones del operador de la cámara del dron, detiene al conductor responsable y le notifican la apertura del expediente sancionador in situ.
El operador del dron recibe las imágenes en una pantalla acoplada a los mandos de control y las transmite al instante. Las infracciones registradas, explica la DGT, pueden ser utilizadas como prueba para tramitar denuncias.
Fotos | DGT