Con la primavera entrando cada vez antes (hola, cerezos floreciendo en febrero), los alérgicos se enfrentan cada año a un periodo más largo de rinitis, estornudos, somnolencia por la medicación y otros efectos secundarios, como un falso positivo al volante.
Según datos de la sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, en España hay ocho millones de alérgicos al polen (sobre todo a las gramíneas), y se calcula que entre el 2 y el 5 % de los siniestros viales anuales con heridos guardan relación con las alergias respiratorias.
Mal pronóstico para esta primavera
La época anual de alergias abarca seis meses: desde marzo hasta septiembre (en el mejor de los casos).
Este año se espera que sea especialmente intenso debido a un invierno húmedo con temperaturas suaves y fuertes nevadas, con el posterior deshielo. Esto está favoreciendo el desarrollo de todas las plantas, especialmente las gramíneas salvajes.
De los ocho millones de españoles que son alérgicos, cerca de siete sufren los síntomas debido a las gramíneas, seguido de plantas como el olivo, arizónica, plátano de sombra, salsola y parietaria.
El 50 % de los alérgicos sufre alteraciones del sueño y, por ejemplo, el 40 % de los que padecen rinitis alérgica sufren somnolencia diurna, según datos de la DGT.
De hecho, entre el 2 % y el 5% de los accidentes anuales con heridos guardan relación con las alergias respiratorias (siendo mortal el 2 % de estos siniestros), explica la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE).
Se calcula que una serie de estornudos de dos o tres segundos puede llegar a dejar al conductor sin visión de la carretera durante casi 100 metros, tras lo cual necesitará otro lapso de tiempo para recuperar el nivel de atención.
La DGT también pone sobre aviso: "Una crisis de estornudos va asociada generalmente a lagrimeo de ojos, por lo que, en caso de circular a 100 km/h, la distancia recorrida sin mirar a la carretera puede alcanzar los 140 metros. Si el tiempo estornudando se mantiene durante diez segundos, la distancia se duplica".
La medicación al volante
Los medicamentos que más se utilizan para combatir las alergias son los conocidos como antihistamínicos, bloqueadores de la histamina: una sustancia química que produce síntomas y que el sistema inmunitario libera durante una reacción alérgica.
De acuerdo al CNAE pueden ser contraproducentes e incompatibles con la conducción ya que los principios activos de que están compuestos pueden producir somnolencia, entre otros efectos secundarios.
Los de primera generación, como los compuestos por Dimenhidrinato (Biodramina) o la Doxilamina (Dormidina), producen somnolencia y unos efectos en la capacidad de conducción similares a conducir con una tasa de alcohol en sangre de 0,5-0,8 g/l.
Los de última generación, como las Cetirizinas (Alercina) o la Desloratadina (Aerius) producen menos somnolencia, pero aún así deben tomarse con precaución.
La DGT aconseja comenzar el tratamiento dos o tres días antes de iniciar un viaje, ya que los efectos sedativos disminuyen al adaptarse el organismo.
Recordemos que hay una larga lista de medicamentos que se pueden adquirir sin receta que pueden inducir un falso positivo durante el drogotest, como el Ibuprofeno o los antihistamínicos.
Consejos para conductores con alergia
- Conducir con las ventanillas cerradas y no poner fuerte el aire acondicionado.
- Mantener limpios los conductos de ventilación y el filtro antipolen. Es aconsejable hacerse con filtros HEPA, de alta capacidad.
- Evitar conducir al amanecer y por zonas húmedas por su alta concentración polínica.
- No consumir alcohol y evitar tomar también café, té u otras sustancias estimulantes.
- Limpiar el coche con frecuencia con una aspiradora potente para eliminar ácaros de moquetas y tapicerías y productos líquidos para ventanas, salpicadero, etc. sobre todo si se ha transportado animales.
- Utilizar gafas de sol. Con la alergia se agudiza la sensibilidad a la luz, incrementando el malestar en la zona orbital y la conjuntivitis alérgica.
- No automedicarse y prestar atención a la combinación de fármacos.
La buena noticia es que las mascarillas FFP2 y FFP3 homologadas actúan de filtro ante las partículas alérgicas (además de las contaminantes), disminuyendo la sintomatología de la alergia.
No obstante, según explica el director de comunicación de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, David Baquero, no todas las mascarillas son efectivas. Entre ellas se encuentra la quirúrgica, por no sellar completamente la zona facial.
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