25 km por la autovía en sentido contrario y ni todas las cámaras de la DGT bastaron para localizarlo
La noche del 22 de mayo, un sujeto condujo durante 25 km en sentido contrario por la la autovía A-42, en Toledo. Cuando puso fin a su recorrido ilegal tomando una salida, se le perdió la pista. Para entonces, varios conductores ya habían llamado a emergencias, advirtiendo de esta temeridad
Tras tres días, la Guardia Civil logró identificarlo, pero no fue gracias a las cámaras de vigilancia que controlaban el tramo por donde circuló. En un momento en el que la vigilancia de la DGT por cámaras es constante para detectar malas conductas al volante, ¿cómo es esto posible?
Siete cámaras, pero sin imágenes
Según explica ABC, fue sobre las 22:00 de la noche de aquel domingo cuando varios conductores alertaron a la Guardia Civil de la presencia de este conductor kamikaze por la A-42.
Y este medio asegura que las cámaras de Tráfico dispuestas en este tramo no identificaron la matrícula del coche -algo que nos ha confirmado la DGT dada su tipología-, como tampoco la marca o el modelo.
Según las primeras informaciones, el conductor o conductora pudo entrar en la A-42 a la altura de Cabañas de la Sagra (se estima que desde el km 55), y se le perdió la pista en lo que se conoce como la Cuesta de las Nieves. Un buen trecho, de unos 25 km de distancia, y terminando ya pasada la ciudad de Toledo.
En este tramo de la A-42 hay instaladas siete cámaras de las nueve totales que vigilan esta autovía. Y también hay un total de seis radares fijos: tres en sentido creciente y otros tres en sentido decreciente.
No obstante, las cámaras no parecieron advertirle, como tampoco los radares. Y es que si bien van equipados con cámara para hacer la pertinente foto, solo saltan si se rebasa el límite de velocidad. Y el kamikaze no debió hacerlo.
Tras ponernos en contacto con Guardia Civil, no nos han detallado cómo llegaron a identificar al sujeto al tratarse de un caso judicial, pero es más que probable que no fuera por las imágenes captadas por las cámaras y que fueran los propios conductores que se toparon con el kamizake los que pusieran los detalles a disposición de la Guardia Civil.
Sea como fuere, y según explica la Guardia Civil a Motorpasión, fue pasados tres días cuando se pudo localizar al sujeto, pasando el 25 de mayo a disposición judicial tras el trabajo de los agentes del Grupo de Investigación y Análisis de la Agrupación de Tráfico.
Cámaras para controlar el tráfico, pero no para detectar infracciones o identificar
La clave la encontramos en que estas siete cámaras ubicadas en el tramo son solo de vigilancia y para la regulación del tráfico, de forma que su función es la de alertar a Tráfico de siniestros, embotellamientos o situaciones de riesgo.
Cámaras limitadas técnicamente. Según nos explica Tráfico, estos dispositivos disponen de zoom únicamente para ver el estado del tráfico y no van dotadas de infrarrojos. Además, y aunque disponen de un sistema de visión nocturna, la DGT detalla que "pierde mucha calidad de visionado".
Y es que ni siquiera en condiciones óptimas, de día y con vehículos parados, no sirven para identificar una matrícula; como mucho marca y modelo.
Es decir, que el cometido de estas cámaras es el de detectar retenciones o posibles incidencias, a fin de gestionarlas. Pero no están preparadas para detectar infracciones como por ejemplo las que controlan el uso indebido del móvil o la utilización del cinturón de seguridad.
Y es que estos dispositivos tienen capacidad de denuncia así que, como un radar, disponen de un zoom capaz de identificar la matrícula. En la A-42 solo hay una cámara de estas características y está colocada fuera de tramo por el que discurrió el kamikaze: en el kilómetro 39,75.
Solo tres ubicadas en el sentido por el que circuló. Por otro lado tenemos que de las siete cámaras dispuestas en ese tramo de 25 km, tres están ubicadas en sentido decreciente y cuatro en creciente. Dado que el conductor iba en dirección Toledo, pero en sentido contrario, las que mejor podrían haberle grabado serían las tres primeras.
Tráfico nos explica que las cámaras pueden orientarse a cualquiera de los sentidos, pero dada la ubicación permite ver mejor en el que están ubicadas, ya que esta vía consta de una mediana que puede llegar a ser amplia según el punto.
Estas tres cámaras podían estar apagadas aquella noche. Además, a los dos días del suceso, comprobamos precisamente que las tres cámaras ubicadas en sentido decreciente estaban fuera de servicio: las colocadas en los kilómetros 72,65, 74,25 y 76,65.
Aunque bien es cierto que no podemos saber si estaban apagadas en el momento del incidente. Desde la DGT nos explican que ante cualquier problema, disponen de un servicio de mantenimiento que resuelve las incidencias en menos de 24 horas.
Eso sí, siempre y cuando sean fallos propios del equipamiento implementado por DGT o por problemas de comunicación: "Cuando el fallo se produce por influencia de terceros (vandalismos, robos de cable, roturas por obras, etc.), su reparación puede demorarse algo más", señalan.
¿Un conductor despistado o un negligente?
La respuesta es que probablemente no fuera un conductor fuera de sí que aquella noche quisiera desatar el caos, a pesar de que en ese tramo había varias salidas. Según recoge ABC estas situaciones son habituales, más de lo que pensamos.
La conducción en sentido contrario, explica a Motorpasión la Guardia Civil, se suele producir debido a que los conductores tienen mermadas sus condiciones psicofísicas.
Esta pérdida de las condiciones psicofísicas necesarias para la conducción de un vehículo a motor se puede dar o bien por la ingesta de alcohol y drogas, de alguna de ellas, o bien por alguna enfermedad de carácter transitoria o incluso de carácter más permanente, las cuales además pueden acentuarse por el paso de los años.
"Esta situación lleva a una incorrecta identificación de la señalización, circunstancia que se agrava en horario nocturno, lo que produce que el conductor se interne en una carretera en sentido contrario", detalla.
Algo más común, por otro lado, en conductores de edad avanzada.
No es tan sencillo: las cámaras valen para lo que valen
Este caso nos demuestra que cada dispositivo tiene una función: una cámara de vigilancia no está preparada para captar matrículas a diferencia de un radar, o una cámara de uso del cinturón, algunos drones o helicópteros Pegasus...
Y no siempre es posible disponer de este avanzado arsenal en la extensa red de carreteras españolas, de cuyos 165.445 kilómetros un elevado porcentaje está vigilado por la DGT.
No en vano, por ejemplo los helicópteros Pegasus son un total de 12, mientras que los drones equipados con zoom son 23 de los 40 disponibles. Las cámaras que sancionan el uso incorrecto del móvil son 216.
Afortunadamente, y aunque seguramente los medios técnicos no acompañaron, el kamikaze fue detenido a los tres días pese a no poder valerse de las imágenes de las cámaras, lo que demuestra la capacidad de la Guardia Civil de Tráfico.
Ejemplo de ello es el último conductor temerario que, esta vez sí totalmente consciente de lo que hacía, fue cazado por un Pegasus a 285 km/h en una autopista de peaje.
A pesar del arsenal del que dispone la DGT, resulta imposible vigilar constantemente cada tramo de autovías y carreteras, y aún así, consiguen pillar a conductores imprudentes.
Este artículo ha sido redactado de manera conjunta entre Alejandra Otero y Victoria Fuentes |
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