17 mitos sobre la relación ciclista-conductor que habría que revisar

Difícil tarea la que me ha tocado afrontar a la hora de redactar este artículo, ya que soy totalmente imparcial respecto a este tema (a lo mejor gracias a eso hasta me sale algo medianamente bueno). Y soy imparcial porque soy conductor, ciclista y, ya de paso, motorista (no motero, que no es lo mismo).

Y por eso lo tengo complicado, habría sido más fácil directamente poner verde al colectivo ciclista pero no puedo y me toca hacer ejercicio de reflexión para sacar esos puntos relevantes que exiten en la relación ciclista-conductor y que están popularizados (unos ciertos y otros no tanto). Veamos qué opinan esos malditos ciclistas de esos malditos conductores y viceversa.

Entre conductores y ciclistas la guerra está abierta, siempre lo ha estado pero concretamente en las grandes ciudades el número de bicicletas era inmensamente menor al que se da ahora y, todo hay que decirlo, el nivel de los ciclistas era mayor. Bueno, es que antes eran ciclistas, ahora encontramos gente en bicicleta y ciclistas, que tampoco es lo mismo.

Un detalle a tener en cuenta es que este tipo de guerras son muy comunes y no es la única. Por ejemplo, esquiadores versus snowboarders, skaters versus patinadores, mountain bikers versus senderistas, ciclistas de carretera versus runners, y así podríamos seguir un buen rato.

En carretera encontramos rivalidades como coches contra bicis, coches contra motos, coches contra camiones, coches contra autobuses, coches contra taxis (que son coches pero de otra raza)... En definitiva, coches contra cualquier otro vehículo que comparta la calzada, incluidos el resto de coches, sí, también tenemos una guerra civil. ¿Por qué?

El motivo de las rivalidades

Sencillo, porque siempre tenemos razón, no cometemos errores, si hacemos una pifia el resto se tienen que aguantar porque "si no le he molestao", si damos un toque a otro coche aparcando "no ha sido nada" (pero que el nuestro no nos lo toquen) y, obviamente, nuestras dotes al volante son superiores a las del resto. Y si no es el caso y tenemos asumido que no somos grandes conductores, da igual, se cumplen el resto de condiciones, que son suficientes.

Y esto en el coche es mayúsculo, pero se transmite a cualquier vehículo, aparato o calzado que utilicemos. Es esencia: yo bien, el resto mal.

Por eso pasa lo que pasa y encontramos este tipo de rivalidades. Hoy nos vamos a centrar en la de coche-bici, pero si os gusta puedo seguir con la lista, que por suerte o por desgracia he tocado casi todos los palos y he estado en varios bandos enemigos.

Antes de que empiece la exaltación quiero aclarar que se trata de generalidades, como en todo en esta vida hay excepciones o, en muchos casos, son sólo unos pocos los que lo hacen mal y, sin embargo, dan fama al resto del colectivo (un claro ejemplo es el de los motoristas).

Los ciclistas según los conductores

  • Los ciclistas se creen que la ciudad/carretera es suya (acuérdate de ésta).
  • Los ciclistas no saben lo que es un semáforo en rojo.
  • Los ciclistas piden que se respete la distancia de seguridad pero bien que se meten entre coches.
  • Los ciclistas en pelotón sólo pueden producir accidentes.
  • Los ciclistas son un estorbo en las ciudades porque circulan muy lento y ralentizan al resto de vehículos.
  • Los ciclistas son delincuentes porque no respetan las normas de circulación y, si golpean un coche, se dan a la fuga.
  • Los ciclistas son un peligro, primero te frenan, los adelantas y luego ellos te adelantan a ti.
  • Los ciclistas invaden pasos de cebra y aceras a su antojo poniendo en peligro a los peatones.
  • (Léase con tono despectivo) Los ciclistas van en bici porque no tienen dinero para tener un coche (escuchado en persona, lo prometo).

Los conductores según los ciclistas

  • Los conductores se creen que la ciudad/carretera es suya (¿te suena de algo?).
  • Los conductores se piensan que un palmo es esto y un metro y medio esto otro (ambas medidas marcadas separando las manos y, curiosamente, prácticamente iguales).
  • Los conductores son unos egoístas que se paran en atascos y semáforos sin dejar espacio para pasar entre ellos.
  • Los conductores no tienen ni idea del miedo que se pasa cuando se te pegan detrás.
  • Los conductores no reducen la velocidad nunca al adelantar una bicicleta.
  • Los conductores son unos atacados que se te echan encima, tocan el claxon y acosan a la mínima.
  • Los conductores son unos envidiosos y les joroba que no tengamos que quedarnos atascados como ellos.
  • Los conductores no son conscientes del daño que pueden producir incluso sin llegar a contactar con el ciclista.

¿Te sientes identificado con alguna de estas afirmaciones?

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