Los materiales sostenibles se están convirtiendo en una opción cada vez más habitual de las marcas: lo hemos visto en el corcho reciclado que luce el habitáculo del Mazda MX-30, las botellas de plástico recicladas que usa Ford en sus componentes o las fibras de eucalipto que se usan en los modelos de Jaguar-Land Rover.
Ahora SEAT ha puesto en marcha una prueba piloto para fabricar piezas de coche a partir de cáscara de arroz. De momento ha puesto a prueba este material en el SEAT León con el objetivo de reducir los productos plásticos y los derivados del petróleo.
Piezas más ligeras y de materiales renovables
En un proyecto piloto basado en la economía circular, SEAT investiga el uso de Oryzite en los revestimientos de sus coches. Se trata de un método que, mezclado con otros compuestos termoplásticos y termoestables, puede modelarse y usarse en sustitución del plástico y materiales derivados del petróleo.
Los de Martorell quieren dar de esta forma salida a los 800 millones de toneladas de cáscara de arroz que se desechan tras el proceso de cosecha en el mundo cada año:
"En la Cámara Arrocera del Montsià, con una producción de 60.000 toneladas de arroz al año, buscamos una alternativa para aprovechar toda la cantidad de cáscara que se quemaba, unas 12.000 toneladas, y la convertimos en Oryzite", explica el CEO de Oryzite, Iban Ganduxé.
Además de esto, el uso de cáscara de arroz promete piezas más ligeras, como se está comprobando en el portón trasero, el doble piso de carga del maletero o el revestimiento del techo del SEAT León.
Actualmente se están analizando los revestimientos para saber qué cantidad de cáscara es posible utilizar para que se cumplan los requerimientos técnicos y de calidad.
Por ejemplo, el doble piso de carga del maletero pasa por pruebas de carga en las que debe soportar hasta 100 kilos de peso concentrados en un mismo punto para comprobar su rigidez y fuerza. También pruebas térmicas, que se realizan en la cámara climática, para analizar su resistencia al calor, el frío y la humedad.
En esta misma línea, un grupo de científicos españoles de la Universidad de Córdoba desarrollaron baterías de litio-azufre para coches eléctricos con cáscaras de almendra, prometiendo que con esta materia prima se puede conseguir aumentar la autonomía en nada menos que un 60 % y realizar cargas en menos de una hora.
Se refuerza así la posibilidad de utilizar residuos de biomasa como fuentes sostenibles de materiales también para el almacenamiento de energía.
También Ford se asoció hace un año con McDonald's para convertir la cáscara de los granos de café en componentes de coches, como la carcasa de los faros, elementos plásticos del habitáculo o incluso piezas ubicadas bajo el capó.
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