Desde los cinturones de seguridad que se volvieron populares en los años 70, hasta el frenado autónomo que domina los textos de presentación de casi todo producto moderno, la seguridad en los coches ha aumentado de forma brutal en casi medio siglo, y ten por seguro que con los años lo seguirá haciendo.
Si Volvo ya prometió que en 2020 nadie morirá en uno de sus coches, SEAT pone sobre la mesa una declaración aún más ambiciosa: El coche del futuro evitará por completo los accidentes. ¿Cómo lo harán? Aún están en ello. ¿Cuándo será ese día? "En un futuro no muy lejano", aseguran.
Cuando se diseña un coche, no todo es complacer el gusto del diseñador. Hay que reservar ciertas áreas que permitan aumentar los niveles de seguridad, que requieren más que solo asistencias de conducción, cinturones de seguridad y airbags. La instalación de espumas de diferentes densidades, la forma del parachoques e incluso del capó permiten absorber la energía del impacto, con lo que SEAT asegura reducir 20% la probabilidad de sufrir daños graves en caso de un percance.
Pero más allá de reducir los estragos de un choque, la industria hace años que avanza en sistemas de seguridad activa, para evitar el siniestro en sí mismo. Ya hay detección de peatones, alertas de colisión, frenado automático y alerta de cambio involuntario de carril, pero aún estamos lejos de evitar por completo un choque. SEAT, y muchas otras marcas, como BMW, están trabajando en tecnologías capaces de cambiar la velocidad o modificar la trayectoria del coche de manera autónoma, valiéndose de sensores, radares y cámaras.
Es muy ambicioso decir que el coche del futuro evitará por completo los accidentes, a menos que se conduzcan de manera autónoma como el prototipo de Mercedes en el CES. Estamos seguros que muchas vidas se salvarán gracias a que los coches se frenarán solos y modificarán la trayectoria, pero siempre que haya un humano detrás del volante estaremos propensos a errores. ¿O cómo se combatirán las imprudencias de quien circula a exceso de velocidad y realiza una maniobra brusca que luego no puede controlar? Aquí entra en juego algo más que las asistencias de conducción; se requieren coches cuya respuesta en maniobras de emergencia sea siempre controlable, pero con los límites que impone la física.
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