Los coches tienen dos formas de comunicarse con sus conductores cuando tienen un problema. Una son los mensajes que proyectan en la pantalla central del salpicadero o en el cuadro de instrumentos. Otra son los testigos o luces que se encienden en el panel de mandos cuando algo va mal.
A los testigos habituales del cuadro, como el de las luces, el del freno de mano o los de los intermitentes, se suman los que se encienden cuando hay alguna anomalía. De esta forma, el coche puede avisar de que hay una bombilla fundida, de que el depósito del líquido limpiaparabrisas está vacío o de que el motor tiene una avería.
La mayoría de estas luces, incluso las que se encienden cuando algo va mal, nos suenan a todos los conductores, pero hay algunas que no son tan conocidas. Es el caso del testigo de la tortuga.
Qué significa la luz de la tortuga en un coche de gasolina y en un eléctrico
Es probable que no la conozcas porque muchos coches no tienen este símbolo y en los que sí puede encenderse es poco probable que lo haga. Tanto los coches con motor de combustión como los eléctricos e híbridos pueden contar con este testigo, aunque es más común entre los modelos electrificados, especialmente entre los cero emisiones.
En todos los casos significa que el coche va a ir más lento, pero el motivo por el que aparece no siempre es el mismo. Cuando el vehículo detecta algún problema, se pone en “modo tortuga” para protegerse limitando las prestaciones, por lo que solo podrás circular a una velocidad muy lenta.
En los coches con motor de combustión se activa cuando hay algún problema mecánico. Para evitar males mayores, el coche se pone en este modo de protección. Es habitual en los modelos diésel y gasolina de Volvo.
Si esto sucede, conviene parar cuanto antes. El problema es que el testigo no dice de qué avería se trata, simplemente indica que algo va mal. Para saber cuál es el problema es necesaria una diagnosis en taller.
También está el caso de algunos Honda. Cuando se apura la reserva y les queda realmente poco combustible en el depósito, es decir, autonomía de 0 kilómetros según el ordenador de a bordo, se activa este testigo y las prestaciones del coche quedan limitadas.
Lo que hay que tener en cuenta es que la distancia que se puede recorrer con este modo activado es muy corta, la justa para apartar el coche de una autovía, por ejemplo. Al repostar un mínimo de combustible el testigo se apaga.
En los eléctricos el símbolo de la tortuga puede aparecer cuando queda poca batería. Si el nivel de carga es demasiado bajo, algunos coches lo compensan activando el modo tortuga. De esa forma, con las prestaciones y otras funciones limitadas, se intenta sacar el máximo partido de la batería restante para alargar al máximo la autonomía.
Podría decirse que el modo tortuga se enciende cuando la batería del coche eléctrico “entra en reserva”. Además de arañar algunos kilómetros de autonomía, este modo trata de evitar daños a largo plazo en la batería que pueden surgir cuando se apura mucho su carga.
El testigo de la tortuga también puede encenderse en un coche eléctrico cuando hay algún problema en el sistema de refrigeración de la batería. Si no funciona bien y la temperatura de la batería de alto voltaje se calienta, el modo tortuga puede limitar las prestaciones para que se enfríe.
Si el porcentaje de carga de la batería no es muy bajo y se enciende esta luz, lo más probable es que pase esto último y la refrigeración no esté funcionando bien. En este caso, lo más recomendable es parar cuanto antes.
Tesla, por ejemplo, indica en su manual de instrucciones que el símbolo de la tortuga significa que "La potencia del vehículo está limitada actualmente, ya que la energía restante en la batería es baja, se están calentando o enfriando los sistemas del vehículo, o el inversor de tracción ha detectado un error".