En carretera es imprescindible prestar la máxima atención y evitar malas prácticas que pongan en riesgo nuestra seguridad y la del resto de conductores. Estas van más allá del exceso de velocidad o del uso del teléfono al volante (dos de las causas más concurrentes de siniestralidad). Hablamos del 'efecto submarino', o del ‘efecto mirón’, por ejemplo.
Además, la DGT también alerta del denominado ‘efecto dominó’, que puede darse, sobre todo, en carreteras con mucho tráfico o circulación densa. ¿Qué es y cómo evitarlo? Lo repasamos.
La distancia de seguridad y una velocidad adecuada, son la clave
Si estamos conduciendo por una vía en la que hay circulación muy densa (o un atasco puntual o retención) y de repente se produce un frenazo brusco, si no llevamos una distancia de seguridad adecuada las probabilidades de que choquemos contra el coche que llevamos delante porque no nos dé tiempo a frenar se disparan exponencialmente.
Cuando además de llevar poca distancia de seguridad, llevamos una velocidad excesiva para las circunstancias de la vía, la colisión por alcance puede llegar a ser tan fuerte que no sólo golpeemos al vehículo que llevemos delante: es que lo desplazaremos de tal forma, que este golpeará a su vez al coche que lleve delante, y así sucesivamente, en lo que se llama ‘efecto dominó’, como el popular juego de mesa, o ‘reacción en cadena’.
Así, como recuerda la DGT, no dejar un espacio suficiente con el vehículo que nos precede como para frenar con seguridad cuando sea necesario, aparte de daños en los vehículos “puede tener consecuencias graves en forma de lesiones para los ocupantes”.
Entre los problemas más habituales derivados de estos alcances traseros, está el latigazo cervical. Este puede producir lesiones menores como rigidez y dolor de cuello, pero también más graves como pequeñas hemorragias internas, hernias discales, rotura de ligamentos o incluso problemas neurológicos graves.
Por tanto, prestar atención a la carretera siempre, mantener la distancia de seguridad y una velocidad adecuada a la vía y a sus circunstancias serán precauciones clave a tener en cuenta si queremos evitar este peligroso efecto.
La DGT tiene un 'truco' para que podamos calcular con mayor efectividad el hueco que debemos dejar con el vehículo que circula delante del nuestro: es tan sencillo como contar dos segundos desde que ese vehículo pase por un punto hasta que pasemos nosotros.
Sin embargo, dos segundos pueden ser insuficientes ante frenadas muy fuertes, con mal tiempo o en situaciones de baja visibilidad como lluvia o niebla, por ejemplo. En esas circunstancias, el cálculo más adecuado sería de cuatro segundos.
Y es que hemos de tener en cuenta las referencias sobre cuánta distancia recorres en dos segundos según la DGT: a 50 km/h un coche recorre 28 metros, a 90 km/h recorre 50 metros y a 120 km/h, recorre aproximadamente 66 metros.
Asimismo, el Reglamento General de Circulación (RGC) explica que “todo conductor de un vehículo que circule detrás de otro deberá dejar entre ambos un espacio libre que le permita detenerse en caso de frenado brusco, sin colisionar con él, teniendo en cuenta especialmente la velocidad, las condiciones de adherencia y frenado”.
En este punto conviene recordar que, como norma general, si un conductor no respeta la distancia de seguridad, pueden ser sancionado con una multa de 200 euros y perder cuatro puntos en el carné de conducir.