En condiciones de calor extremo no solo es aconsejable poner el coche a punto para que la mecánica sufra lo menos posible.
Como conductores, también es importante adoptar ciertas precauciones complementarias para no ver alteradas nuestras capacidades al volante, evitar la fatiga y otro efectos que pueden ocasionarnos las altas temperaturas como agresividad, tensión y nerviosismo.
En este sentido, la DGT recuerda algunas de las recomendaciones fundamentales para evitar los efectos adversos de las altas temperaturas dentro del coche. Las repasamos.
11 recomendaciones para conducir con seguridad con altas temperaturas
El calor no solo afecta a muchos elementos de nuestro coche, sino que genera incomodidad en el conductor y provoca fatiga, que a su vez, eleva el riesgo de siniestro vial. Según los datos de Tráfico, esta se relaciona hasta con un 30 % de los siniestros viales.
Para evitarlo en la medida de lo posible, la DGT recuerda algunas de las acciones fundamentales a tener en cuenta cuando el termómetro marca más de 35 grados. Aunque algunas parezcan evidentes, no siempre las llevamos a la práctica. Las repasamos:
- Airear el coche: antes de empezar a conducir, mejor bajar las ventanillas del coche para airear el habitáculo e igualar las temperaturas interior y exterior. De esta forma conseguimos ventilar el vehículo y un intercambio de temperatura entre el coche, que puede alcanzar una temperatura en el habitáculo de hasta 70 grados según la DGT, y el aire exterior.
Y partiendo de este punto, también cobra sentido el clásico truco de ‘abanicar’ el coche moviendo enérgicamente la puerta del conductor con la ventanilla bajada, pues así logramos acentuar la convección.
- Aire acondicionado: antes de encender el aire acondicionado, y en relación con el punto anterior, lo mejor es bajar las ventanillas durante los primeros segundos para expulsar al exterior el aire caliente.
- Temperatura óptima: lo ideal es mantener la temperatura del climatizador entre 22° y 24° para evitar enfriamientos por cambios bruscos de temperatura con el exterior. Mejor evitar orientar los aireadores hacia la cara y el pecho.
- Evitar las horas de más calor: siempre es mejor planificar nuestra ruta, consultar el tiempo y evitar las horas de más calor para conducir siempre que sea posible. Imaginemos por ejemplo que sufrimos cualquier avería o emergencia. Siempre será peor a las 15 de la tarde a 40 grados a la sombra.
- Ropa cómoda y nada de chanclas: a la hora de conducir, sobre todo si hace mucho calor, es esencial llevar ropa cómoda y holgada y un calzado que sujete adecuadamente el pie. Ojo, porque aquí hemos de recordar que, ponerse a los mandos de un coche con chanclas, o incluso descalzo, sin camiseta o utilizando una toalla para no mojar el asiento nos puede costar una multa.
Y es que aunque la ley no lo prohíbe expresamente, sí que va en contra de algunos preceptos contemplados en el Reglamento General de Circulación, recogido en el Real Decreto 1428/2003, por lo que la multa o no, dependerá del criterio del agente.
- Hidratarse con frecuencia: lleve bebidas frescas no alcohólicas en el coche. Lo mejor es el agua o zumos de fruta. Beba con frecuencia, sin esperar a tener sed. El café, el té o las bebidas energéticas, ayudan a permanecer despiertos y atentos a corto plazo, pero no eliminan la fatiga simplemente la encubren. Pasado su efecto, volverá a aparecer.
- Hemos de recordar que no debemos consumir absolutamente nada de alcohol si se va a conducir, y menos con calor: disminuye los reflejos drásticamente, crea una sensación de euforia y una falsa seguridad, incluso en los niveles más bajos.
- Comer ligero: es conveniente ingerir una alimentación ligera, rica en proteínas y vitaminas, evitando las comidas grasas, ya que estas pueden provocar fatiga y somnolencia.
- Descansar adecuadamente: lo ideal es parar cada 200 km o 2 horas para hidratarse, airear el vehículo y relajarse durante al menos 15 minutos. Si en cualquier momento se detectan síntomas de fatiga o somnolencia, se ha deparar inmediatamente para descansar o dormir.
- En busca de la sombra, siempre: en las paradas, siempre se ha de procurar detenerse en zonas de sombra. Si no queda otra que parar al sol, jamás debemos dejar, ni por un espacio breve de tiempo, ni a personas mayores, niños o animales dentro del vehículo.
Además, siempre es imprescindible que siempre llevamos con nosotros un parasol, que aunque no hace milagros a altas temperaturas, siempre ayuda. Este elemento no puede evitar que el calor se transfiera por contacto desde el techo hasta el resto del habitáculo, pero contribuye a poder iniciar la marcha sin quemarnos las manos por contacto con el volante
- Cuidado con la última hora de conducción. En un trayecto largo, la fatiga puede ser más acuciante en los últimos momentos del viaje, pues se incrementa nuestra ansiedad de llegar al destino y estaremos más cansados.
Así, en este periodo hay que extremar las precauciones e incluso parar aunque quede poco si apreciamos cualquiera de los síntomas citados anteriormente. Más, si las temperaturas son elevadas.