Cara a cara: Renault 5 frente a Renault Twingo

¿Existe o no existe una conexión entre el nuevo Renault Twingo y el Renault 5? Estos días estamos yendo de un lado a otro, intentando encontrar puntos en común partiendo de lo que nos avanzó la marca días atrás: que el nuevo Twingo se inspira en el mítico utilitario galo. Así hemos hablado del último todo atrás, mirado cómo está el segmento actual, echado la vista atrás en busca del mito R5...

Vamos a ponerlos cara a cara: R5 frente a Twingo. Bien es cierto que la comparativa viene (por parte de la marca) con el R5 Turbo, con su motor central y su tracción derivada al tren trasero, pero quizá el carácter del nuevo Twingo se enmarca también --al menos en parte-- en la filosofía que presidió el nacimiento del primer R5. Todo es cuestión de verlo.

Efectivamente, desde Renault nos contaban días atrás que "las aletas bien marcadas y la inclinación de la luneta recuerdan al célebre R5 Turbo con motor atrás que marcó una época". Por centrar un poco esta cita, si recordamos las particularidades estéticas del 5 Turbo, encontraremos un capó, unas llantas de aleación, unos paragolpes y, por supuesto, unos pasos de rueda específicos.

Quizá el elemento más llamativo e inconfundible del Renault 5 Turbo era aquella zona posterior agrandada que dio paso al conocido sobrenombre de culo gordo para un utilitario que fue concebido partiendo de cero para competir en el Grupo 4 (lo que sería Grupo B a partir de 1983). Digamos que el parecido real con el R5 original era pura coincidencia.

Aquellas brutales entradas de aire, que mostraba en sus aletas de poliéster y que le servían para refrigerar el motor, y el tímido pero orgulloso alerón de espuma rígida de poliuretano que montaba en su zaga, a juego con el pequeño faldón delantero, acababan de dar aspecto fiero a la bestia que entregaba 160 CV de potencia para 970 kg de masa.

¿Hasta qué punto todo esto tiene conexión con la imagen ciertamente decidida, pero muchísimo más domesticada, que exhibe el nuevo Renault Twingo? Desde los tiempos del R5 hasta hoy, las formas se han redondeado y las estéticas se han suavizado mucho. Más de un frontal de esos que calificamos hoy de agresivos nos habría hecho reír si lo hubiéramos tenido en los salvajes 80.

En el nuevo Twingo, la respiración del motor se beneficia de unas bocas traseras que quedan muy matizadas, casi escamoteadas, si las comparamos con las que llevaba el culo gordo. También las ópticas son más comedidas. En general, todo él es más sereno que la brutalidad que exhibía el utilitario galo hace más de 30 años.

Si esto es así, quizá haya que buscar un precedente para el nuevo Twingo más allá de las circunstancias de su configuración todo atrás. Unas circunstancias que, por otra parte, nacen del compromiso con el proyecto smart sustentado por Renault y Daimler al alimón.

De hecho, la misma marca explicaba en otro punto que el nuevo Twingo "toma su inspiración del Twingo original, pero también del R5. Es una interpretación moderna del coche urbano, con una clara apuesta por la innovación en el estilo y la arquitectura", y culminaba la presentación atribuyendo al Twingo características de "coche urbano divertido, lúdico, lleno de chispa".

Ni más ni menos que lo que ofrecía en su día el primer Renault 5, antes de desmelenarse.

Twingo y R5, más atracción que una tracción

Tal y como vimos ayer, la idea con la que se publicitó el Renault 5 desde un principio entroncaba con esa vertiente urbanita y lúdica que recogió el primer Twingo y ahora hereda la nueva generación. De hecho, el Renault 5 no nació más que como evolución del mítico Renault 4.

Su diseñador, Michel Boué, lo plasmó en cuestión de un par de días siguiendo una idea: incorporar a la marca del rombo un nuevo miembro que pudiera añadirse cuanto antes al floreciente segmento B, transformando la imagen excesivamente funcional del R4 en algo más atractivo.

Así, el R5 heredó la base del R4, incluido su motor dispuesto longitudinalmente. Por no cambiarle, no le cambiaron ni la palanca del cambio de marchas, de tipo revólver, de manera que las primeras unidades que se comercializaron en Francia salieron a la calle como una versión bonita del R4.

En 3.505 mm de longitud, con una batalla de 2.405 mm, una anchura de 1.525 mm y una altura de 1.400 mm, el Renault 5 exhibía versatilidad heredada del modelo 4 en combinación con una estética de hatchback novedosa y fresca. Concebido como una berlina de cuatro plazas, el Renault 5 fue primero un utilitario para la familia y, más tarde, símbolo de toda una generación de jóvenes.

Si rompedor fue en su momento el R5, que empleó por primera vez el plástico en los paragolpes y agrandó la luneta a lo largo de una caída que parecía no tener fin, no menos rompedor fue el Renault Twingo al irrumpir en 1993. Con 3,43 metros de longitud que se convertirían en 3,60 metros ya en la segunda generación, el Twingo impactó a su lanzamiento.

Ahora, cuando ya estamos algo más acostumbrados a sus formas y hechuras, que efectivamente recuperan herencias del pasado, el nuevo Twingo puede volver a suponer un revulsivo en su segmento. Pero, la verdad, el Twingo nunca será un R5. Porque R5, aunque el R5 tuvo una infinidad de versiones, sólo hay uno.

Bonus track: las múltiples caras del Renault 5