Diecisiete años después del fin de la comercialización del último Toyota Supra (A80), la marca nipona retoma esta mítica denominación para su nuevo deportivo, el Toyota GR Supra, que para muchos es uno de los deportivos más esperados del año y para los más puristas es una especie de sacrilegio por aquello de su origen alemán y su lejana relación con sus predecesores.
Nosotros acabamos de probarlo tanto en carretera como en circuito para contarte qué tal es este nuevo modelo tanto a nivel dinámico como en otros muchos aspectos. Como sabíamos, en España estará disponible con un único acabado y solamente con el motor turbo de seis cilindros en línea.
Toyota España prevé vender entre 40 y 50 unidades del nuevo Toyota GR Supra en nuestro país (el cupo para Europa es de 130 coches al mes, en todo caso), donde el precio es de 69.900 euros, si bien también se ofrece una fórmula de pago por uso que cuesta 1.250 euros mensuales. Las primeras entregas a clientes tendrán lugar en el mes de octubre.
Pequeño pero matón
Este Toyota Supra A90 es uno de esos coches que necesitas ver al natural para apreciar realmente su diseño. Y es que, para ser sinceros, las fotografías no le hacen demasiada justicia. De hecho, en vivo resulta más llamativo de lo esperado y sus formas curvas lo hacen aún más atractivo que en imágenes. Tiene presencia y atrae miradas allá por donde pasa.
La trasera es sin duda lo más interesante del coche, tanto por sus sinuosas curvas como por su imponente difusor de color negro o las generosas colas de escape. Es cierto que el diseño del frontal es algo más especial, por los faros o la curiosa forma del capó, y quizá no convenza a todo el mundo por igual, pero desde luego hay muchos guiños a los Supra del pasado.
Con 4,38 metros de largo, 1,85 metros de ancho y 1,29 metros de altura, este Toyota GR Supra es un modelo de dimensiones bastante compactas. Mide lo mismo que un Porsche 718 Cayman (4,38 metros) aunque queda lejos de deportivos como el Alpine A110 (4,18 metros), el Audi TT (4,19 metros) o el pequeño Mazda MX-5 (3,92 metros).
Por ponerle alguna pega a nivel de diseño, hay muchas tomas de ventilación repartidas por la carrocería que no son funcionales y, por tanto, son meros adornos. Además tampoco encontramos un botón para abrir el maletero desde el exterior. Solo se puede abrir la tapa desde el mando de la propia llave o bien desde el botón interior, ubicado en la zona baja de la puerta del conductor.
Un interior muy poco japonés
Si bien el diseño exterior tiene su origen en Japón, indudablemente, no se puede decir lo mismo del habitáculo, que rezuma carácter alemán por los cuatro costados. Y es que, como ya sabíamos, el coche se ha desarrollado junto a BMW, y en muchos aspectos es igual que el BMW Z4. En cualquier caso, ofrece un buen espacio para sus dos ocupantes y no resulta nada angosto.
Una vez acomodados en el asiento deportivo, que es cómodo, sujeta bastante bien el cuerpo y en España está tapizado en alcántara, lo primero que llama la atención es el limpio diseño del salpicadero, que irremediablemente nos recuerda al Z4. El volante, las botoneras, el selector del cambio, el mando (iDrive) para controlar el sistema multimedia, y hasta la llave, son BMW.
¿Es esto necesariamente algo negativo? Pues... para nada, ya que el nivel de acabados y ajustes es muy bueno, los materiales son de gran calidad y el tacto de los diferentes mandos es soberbio. Si a esto sumamos un sistema multimedia que funciona a las mil maravillas y un navegador que a nuestro parecer funciona mucho mejor que el de cualquier nipón, al final son todo ventajas.
El cuadro de instrumentos es completamente digital, de 8,8 pulgadas, y como buen deportivo muestra en posición protagonista el cuentavueltas, en el centro de la pantalla. Es un cuadro relativamente sencillo pero tiene un diseño interesante y es de fácil lectura. En el modo manual, además, también toma protagonismo el indicador de la marcha engranada.
El maletero anuncia una capacidad de 290 litros y está conectado al habitáculo, ya que no hay ninguna separación física detrás de los asientos. En principio para el equipaje de sus dos únicos ocupantes parece suficiente.
Al volante del nuevo Toyota GR Supra
Lo que más esperábamos sin duda era descubrir el potencial del coche a nivel dinámico, ya que sobre el papel la receta promete: batalla inferior a la del GT 86 y un centro de gravedad aún más bajo, un peso en vacío de 1.495 kilogramos, distribución de pesos perfecta (50:50), propulsión, diferencial activo trasero y un poderoso motor de seis cilindros.
Este bloque 3.0 litros turbo de seis cilindros en línea está firmado por BMW y ofrece 340 CV entre 5.000 y 6.500 rpm y un par máximo de 500 Nm disponible desde 1.600 vueltas y hasta 4.500 rpm. El cambio es automático exclusivamente (no, no hay caja manual) y es un ZF de convertidor de par y ocho velocidades que cumple con creces. Suave, agradable y suficientemente rápido.
Este GR Supra es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,3 segundos y alcanzar una velocidad máxima limitada a 250 km/h. Por su parte, anuncia un consumo medio homologado (WLTP convertido a NEDC) de 7,5 litros a los cien kilómetros, si bien en conducción deportiva es factible doblar dicha cifra. Y es un coche que invita a abusar del acelerador, desde luego.
Una vez en marcha lo más evidente es lo cómodo que resulta. Los amortiguadores adaptativos hacen que el coche sea bastante suave tanto en ciudad como en carretera, pero a la hora de afrontar un tramo de curvas contienen bien los movimientos de carrocería, si bien no son especialmente firmes en ningún caso. Además, el GR Supra está muy bien insonorizado y apenas llega ruido aerodinámico al interior cuando circulamos a velocidades de autovía.
El motor sorprende por lo lleno que está. Desde apenas 1.500 vueltas empuja con contundencia y sube de vueltas con bastantes ganas. El modo manual de la caja de cambios permite exprimir las marchas a nuestro gusto a través de las levas, de buen tacto. También hay un modo Sport que ajusta los diferentes parámetros del coche (motor, cambio, suspensión...) a su modo más deportivo.
El sonido acompaña, además, ya que es grave a bajas vueltas pero se vuelve más cantarín al estirar las marchas, con el aullido típico de sus seis cilindros siendo más intenso a medida que sube de vueltas. A pesar de todo, es bastante discreto, y aunque el escape suelta alguna pedorreta al ahuecar, no resulta especialmente escandaloso.
En cuanto a comportamiento, es bastante equilibrado, y no parece muy dado al subviraje. De hecho, al entrar forzado en una curva tiende más a dejar escapar la trasera ligeramente. Además, la capacidad de tracción que facilita el diferencial activo (bloqueable de 0 a 100 %) es muy buena, y en muchas ocasiones se siente claramente su intervención. Los neumáticos, por cierto, son Michelin Pilot Super Sport en dimensiones 255/35 ZR19 en el eje delantero y 275/35 ZR19 en el trasero.
Así pues, es un coche ideal para el día a día, por su suavidad y comodidad de marcha, pero al mismo tiempo permite mucha diversión en zonas reviradas, ya que no se mueve nada mal y el motor es una gozada, se mire por donde se mire. La dirección, además, tiene gran tacto y permite colocar el coche de manera precisa.
¿Y qué tal en circuito?
Una vez en pista, en el mítico Circuito del Jarama, salen a relucir algunas de las bondades del coche pero también se hace evidente que, como hemos dicho, parece más pensado para la carretera. Incluso en modo Sport el coche se siente algo blando en circuito, aunque es cierto que esto no supone un gran problema, ya que permite ir bastante rápido y muestra una mayor agilidad de lo esperado.
Según Toyota, el chasis de aluminio del modelo es aún más rígido que el de carbono del Lexus LFA. En cuanto a esquema de suspensión, el GR Supra recurre a torretas McPherson en el eje delantero y un eje trasero de cinco brazos, con los ya citados amortiguadores adaptativos. Además, la dirección es de asistencia eléctrica y el equipo de frenos goza de discos ventilados, de 348 mm delante y 345 mm detrás, junto a pinzas de cuatro y un pistón respectivamente.
El coche es realmente preciso en pista (quizá no tanto como un Porsche Cayman) y se siente ágil, habilidoso y ligero (de hecho es más ligero que su predecesor). Este GR Supra se deja apoyar con contundencia, muestra un aplomo sorprendente y es verdaderamente divertido, sobre todo si desconectamos el control de tracción, lo que permite que el coche nos deleite con alguna que otra cruzada en las salidas de las curvas -con el ESP latente, eso sí-.
A nivel de chasis se siente muy equilibrado y sus reacciones no son nada bruscas. De hecho, todo parece apuntar a que al GR Supra le encanta derrapar, ya que lo hace con bastante soltura y de manera muy natural (echad un vistazo al vídeo promocional del evento que hemos adjuntado).
Por último, cabe apuntar que los frenos son suficientemente potentes y ofrecen una capacidad de frenada bastante buena, aunque es cierto que en un uso muy intenso en circuito acaban fatigándose. Después de varias vueltas no hemos notado un detrimento en la frenada pero sí un cambio en el tacto del pedal, además de algo de ruido y vibraciones. Al fin y al cabo es un coche de calle.
En definitiva, el Toyota GR Supra es rápido, ágil, capaz y sobre todo muy cómodo para el día a día, pero se echa en falta una caja de cambios manual y su precio es bastante elevado. Tanto que por poco más podríamos hacernos con un Porsche 718 Cayman T (71.909 euros) o un BMW M2 Competition (75.450 euros).
Toyota GR Supra en España
En nuestro mercado el precio del Toyota GR Supra lo coloca como una compra más pasional que racional. Como ya hemos comentado, cuesta 69.900 euros (el único acabado disponible), si bien por 1.250 euros al mes hay disponible un renting (48 meses) que incluye mantenimiento, una sustitución de neumáticos, seguro a todo riesgo con franquicia, asistencia en carretera, etc...
El equipamiento de serie incluye faros adaptativos, llantas de 19 pulgadas, pinzas de freno en rojo, cámara de marcha atrás, retrovisores eléctricos con memoria, suspensión adaptativa, asientos de alcántara (calefactados y de ajuste eléctrico), molduras interiores de carbono, el cuadro digital, navegador con pantalla de 8 pulgadas, sistema de audio de 10 altavoces, arranque por botón, etc...
Además, en lo que a seguridad se refiere también equipa el Toyota Safety Sense +, que incorpora desde detector de ángulo muerto, sensores de aparcamiento o aviso de cambio involuntario de carril, hasta sistema precolisión con detección de peatones, control inteligente de luces de carretera o reconocimiento de señales de tráfico.