El motor 1.4 TSI de 122 CV es el segundo más potente de la gama en gasolina, por delante del indestructible 1.6 8v de 102 CV. Este motor es muy conocido en otros coches de VAG pero se ha estrenado en el Octavia con el modelo actual. Resulta una motorización asquerosamente interesante, veremos por qué.
Reemplaza al 1.6 FSI de inyección directa y 115 CV, en su día una novedad pero ya obsoleto y superado. Aumenta la potencia, la respuesta y disminuye el consumo apreciablemente. Además, es una alternativa muy razonable a los motores diesel por varios motivos. ¿Alguien piensa que un 1.4 es poco motor para este coche? Pues que siga leyendo…
Conducción y dinámica
Este motor tiene un solo turbocompresor y no tiene compresor volumétrico (más información de este motor), así que en realidad es un TFSI, pero comercialmente se le llama de otra forma. Con 1.390 cc entrega 122 CV a 5.000 RPM y un par máximo de 200 Nm a 1.500-4.000 RPM. Su curva de potencia, muy plana en un margen de revoluciones amplio, es una de sus características más apreciables.
Otra ventaja es la de su austeridad de combustible. Antes de llenarlo completamente hice un recorrido corto con él, que de no ser por el puto atasco que pillé, habría llegado a casa gastando 4,8 l/100 km, con una pendiente ligeramente descendente. En un recorrido más largo y con pendiente en contra le hice 5,0 l/100 km clavados, conduciendo con mucha suavidad.
Una vez lleno y con el ordenador a cero, me dirigí hacia Murcia con muy poco tráfico, así que pude mantener un buen trote. A 120 km/h el error del velocímetro es de sólo 4 km/h. Procuré circular entre 2.600 RPM (120) y 2.800 RPM (130), aprovechando los descensos para recuperar velocidad y pisando el acelerador con mucho cuidado. No utilicé para nada el control de crucero.
Me planté en Murcia en solo 3 horas y 40 minutos, a una media real de 108 km/h. Declaró 6,3 l/100 km de gasolina, 400 kilómetros hechos y una autonomía prevista de 520 kilómetros adicionales. Esta cifra rebaja la de la ficha técnica del coche, 6,6 l/100 km. Con un SEAT León y esta motorización hice Madrid-Valencia a 120 km/h, muy cargado, e hizo 6 l/100 km.
Gracias a la sexta velocidad el motor puede ir muy bajo de vueltas, pero sin pecar de mala respuesta y sin necesidad de bajar a quinta en autovía. Este motor sorprende por su baja cilindrada y buena respuesta. Es muy silencioso y la rumorosidad es inalcanzable por cualquier motor diesel. Tranquilo, pero no perezoso, reduciendo de marcha demuestra tener huevos.
El viaje se me hizo relativamente corto. Los Octavia son coches muy confortables de suspensión, y como pude comprobar con otra unidad en trazado de montaña, el ajuste está cercano a la perfección por su compromiso entre estabilidad y comodidad, de los mejores de su categoría. Los neumáticos meten un poco de ruido al habitáculo, pero dentro de la normalidad.
Volví a Madrid con el mismo planteamiento que a la ida. Utilizando una combinación distinta para volver a casa, igualé la velocidad media de 108 km/h y el consumo subió a 6,4 l/100 km. Es muy curioso, pero la otra unidad de Octavia que probé era un 2.0 TDI DSG de 140 CV. El consumo que declaró fue precisamente 6,4 l/100 km conduciendo un poco más rápido que el TSI.
La reserva pitó a los 744 kilómetros, con autonomía para hacer 110 km más. Eso nos da 854 kilómetros. Dejé de conducir a los 849 km y con una autonomía de 20 km más. Un kilometraje “real” de 870 km nos da una media real de 6,32 l/100 km, pero como los coches de VAG siempre hacen más kilómetros de los que dicen, tenemos un consumo real inferior a 6,3 l/100 km.
De acuerdo, realicé una conducción muy orientada al consumo, pero con velocidades perfectamente compatibles con una movilidad ágil, bastó con no estresarme. Con una conducción más desahogada subirá a casi 7 litros, valores perfectamente tolerables para una berlina gasolina de casi 4,6 metros y casi 1.300 kilogramos de peso.
La conducción del Škoda Octavia es muy parecida a la de un Golf o un A3. El puesto de conducción es estupendo, los mandos tienen buen tacto y precisión, la información mostrada es útil para el conductor y se viaja de una forma cómoda. Si nos ponemos muy pijoteros, el tacto del cambio es un poco blandito, pero exacto en su guiado y de calidad aparente.
Sin embargo, ahí va una pega: el reposabrazos central a veces molesta al introducir una velocidad par (2ª, 4ª ó 6ª). También se puede reprochar, según algunos gustos, que la entrega de potencia a altas revoluciones parece tener altibajos, es algo que he notado en otros 1.4 TSI de coches del grupo VAG, no es un defecto en sí del motor.
El 1.4 TSI de 122 CV sólo es apreciablemente audible si se circula muy deprisa o en fases de aceleración fuerte. Si se abusa del efecto del turbo este motor puede subir su consumo en mayor medida que un 1.6 ó 1.8 atmosférico de igual potencia, pero por lo general su rendimiento (prestaciones/consumo) es superior a la media y es de los mejores de su clase.
De fábrica el motor 1.6 de 102 CV se puede adaptar a funcionar con GLP, pierde prestaciones respecto a este motor pero moverse resulta más económico incluso que con un motor diesel. Hasta que no lleguen los 1.6 TDI de 105 CV, no recomiendo a priori el 1.9 TDI de 105 CV, a este motor ya le ha llegado su hora y está superado en rendimiento, tecnología y agrado de uso.
Sin embargo, el TDI se puede amortizar en menos de 30.000 km con los precios actuales de combustible, las tarifas están muy próximas a igualdad de equipamiento. Es claramente más lento en cuanto a aceleración, pues el TSI tiene más potencia, pero en recuperaciones irán parejos. A los gasolineros les va a encantar este motor.
El Škoda Octavia es un modelo de esos que llamo “redondos”, todo un rara avis. En castellano llano, muchas ventajas, pocos o ningún defecto, y encima el precio es bueno. Respecto a la conducción en general, el resultado está claro, es un modelo muy recomendable. La elección del motor es asímismo de las más recomendables de la gama.
Con este motor coge una punta de 203 km/h, y acelera a 100 km/h en sólo 9,7 segundos. Según la ficha técnica hace menos kilómetros de los que llegué a hacerle, ideal para hypermilers que odien el diesel y que no quieran menores prestaciones por usar GLP. Bueno, digo GLP de fábrica, porque el 1.4 TSI también se puede adaptar por nuestra cuenta.
En Motorpasión | Škoda Octavia 1.4 TSI – Parte 1, Parte 3 y Parte 4