Probamos el nuevo Subaru Impreza. Un coche compacto equilibrado como alternativa a los SUV

La quinta generación del Subaru Impreza llega al mercado español como un nuevo producto que, con sus 4,46 metros de largo, se enmarca en el segmento de los coches compactos. Se trata del séptimo modelo de la familia Subaru y es una alternativa equilibrada y bien equipada a los SUV que dominan el mercado hoy en día. Lo hemos conducido, y estas son nuestras primeras impresiones.

El nombre Impreza es tal vez el más famoso de todos los modelos Subaru. No en vano, este Impreza reinventado en forma de coche compacto tiene a sus espaldas más de 3,5 millones de unidades vendidas en todo el mundo.

El Subaru Impreza es ahora un compacto

Con los años el Impreza ha ido mutando, hasta acabar siendo el producto que hoy llega a nuestro país, un coche compacto de cinco puertas, con 4,46 metros de largo y 385 litros de maletero construido sobre la nueva plataforma global de la marca que comparte con el XV, un modelo que por cierto está funcionando muy bien en un mercado que demanda principalmente modelos SUV.

Después de que la anterior generación del Impreza no se llegase a vender en España, el nuevo modelo de quinta generación llega con los dos elementos básicos que esperas encontrar en un Subaru: motor 1.6 bóxer de gasolina y tracción integral permanente simétrica Symmetrical All-Wheel Drive.

El nuevo Subaru Impreza podríamos considerarlo un XV pero con menos altura al suelo

A todo ello, hay que añadir el sistema EyeSight que ya conocíamos en otros modelos de la familia Subaru, el cual incluye aviso de colisión, frenada pre-colisión, asistencia a la frenada pre-colisión, control de crucero y de crucero adaptativo, aviso de salida del carril, permanencia en el carril, control del acelerador, aviso de derrapado y aviso de avance del coche delantero.

El nuevo modelo, está disponible únicamente con el motor 1.6 de gasolina de 114 CV, y según la marca es el motor con más sentido en el mercado actual ya que 3 de cada 4 Subaru que se venden en España son de gasolina.

Estética Subaru y practicidad asegurada

El Subaru Impreza luce un diseño sobrio y elegante, deportivo en algunos aspectos e inconfundiblemente Subaru. La característica parrilla delantera, las ópticas con luces diurnas LED que simulan el movimiento de los pistones bóxer o las ópticas traseras compactas, lo convierten en una especie de XV sin elevación de altura, por resumirlo de forma práctica.

En el interior nos encontramos con un habitáculo bien resuelto, en el que se consigue un equilibrio muy bueno entre practicidad, calidad de acabados y disposición de los mandos. El volante multifunción y las pantallas situadas tanto en la parte central del salpicadero como en la parte superior, muestran mucha más información de la que acostumbramos a ver en un coche de este segmento.

Lo primero que me llamó la atención cuando me senté al volante del Subaru Impreza fue que cuenta con bastantes huecos situados muy a mano para dejar cartera y móvil, algo que no pueden decir otros coches de este segmento peor resueltos en este sentido.

También destaca la enorme superficie acristalada, los finos pilares A que facilitan la visión perimetral desde el puesto de conducción y en general la sensación de amplitud para tratarse de un coche de 4,46 metros.

Silencio y equilibrio, sus principales señas de identidad

Durante la presentación del nuevo Subaru Impreza, tuvimos ocasión de hacer una ruta de unos 120 kilómetros que incluía una parada para hacer pruebas de slalom y manejabilidad en una pista de pruebas cerrada al tráfico.

En marcha por tramos interurbanos, el Subaru Impreza cumple más que de sobra con su cometido. El motor bóxer tiene bajos, y parece entenderse a la perfección con la caja de cambios automática Lineartronic, que es la única que estará disponible.

Saliendo a carretera, y teniendo en cuenta que estamos ante un coche de 114 caballos, no debemos esperar grandes prestaciones. Ese no es su objetivo, pero sí es su objetivo transmitir una alta calidad de rodadura y lo consigue. En este sentido el Subaru Impreza demuestra estar entre los referentes de su segmento gracias a una sonoridad realmente baja, tanto de motor como de rodadura en general.

El silencio y la ausencia de vibraciones redundan en un confort de marcha digno de modelos de segmentos superiores, lo cuál hace que conducir el Impreza sea placentero, mientras los consumos medios que marcaba el ordenador de abordo apenas alcanzaban los 7 l/100 km.

En las pruebas de slalom y dinámica, el coche sorprende una vez más en positivo. Como buen Subaru, la tracción integral permanente Symmetrical All-Wheel Drive y el equilibrio que le otorga la mecánica bóxer, unidos a su bajo centro de gravedad, hacen que sea extremadamente preciso y eficaz a los movimientos de volante.

Pudimos hacer un slalom a alta velocidad y lo más sorprendente de todo fue el escaso movimiento de la carrocería en los cambios de dirección, y la tendencia a la neutralidad en los apoyos más fuertes. Nada de sobreviraje ni subviraje, en parte gracias al Active Torque Split que distribuye el par entre las ruedas delanteras y traseras y al Active Torque Vectoring (ATV) que afina el comportamiento dinámico al frenar las ruedas interiores y reducir del par motor que llega a esas ruedas mientras aumenta el que se envía a las ruedas exteriores.

Un motor, dos acabados y mucho equipamiento desde 20.400 euros

El nuevo Subaru Impreza está ya a la venta con un único motor y dos niveles de acabado: el 1.6 Sport y el 1.6-S Executive. El primero de ellos, el de acceso, cuesta de PVP 21.800 euros que, con la actual campaña promocional (1.400 €) se queda en 20.400 euros. El 1.6-S Executive por su parte tiene un PVP de 24.900 euros a los que si se resta los 1.700 de campaña promocional, se queda en un precio de 23.200 euros.

Destaca el completo equipamiento de serie con 7 Airbags (frontales, laterales delanteros, de cortina y de rodilla para el conductor), llantas de 16” con tapacubos, reposacabezas activos y ajustables delanteros, control dinámico de comportamiento del vehículo VDC, anclajes ISOFIX, pilotos traseros de LED, sistema HBA de ayuda al cambio de luces largas/cortas, respaldos traseros plegables 60:40, climatizador automático con filtro antipolvo, sistema de información y entretenimiento compatible con Apple CarPlay® y Android Auto®, volante multifunción, Bluetooth®, puertos USB y auxiliar, ordenador de a bordo y freno de mano eléctrico con asistente de arranque en pendiente.

Por encima el acabado Executive añade entre otros los faros LED adaptativos, luces antiniebla delanteras, retrovisores exteriores eléctricos plegables y térmicos, llantas de aleación de 17”, asientos delanteros calefactables, volante y palanca de cambios forrados en cuero, climatizador bizona con activación por voz, sistema de información y entretenimiento Subaru StarLink y cámara de visión trasera.

Sin duda, el nuevo Subaru Impreza 2018 es una opción que debería estar en las quinielas de quien busque un compacto seguro (tiene 5 estrellas EuroNCAP) de bien comportamiento dinámico sin grandes pretensiones en cuanto a prestaciones y premiando un equipamiento de primera con un precio ajustado. También debería ser una opción para los que no necesitan realmente un SUV y quieran un compacto distinto con el que desmarcarse de los superventas del segmento. Un coche con personalidad y nombre propio.

También te puede gustar

Portada de Motorpasión

Ver todos los comentarios en https://www.motorpasion.com

VER 31 Comentarios