El Porsche Boxster no fue ni mucho menos el primer Porsche con motor central. El primer coche fabricado por la empresa alemana, el 356 Nr.1 ya llevaba esa configuración tan acertada que se sigue utilizando en los deportivos de hoy en día.
Otros coches míticos de Porsche como el 550 Spyder o los 718 de competición fueron los inspiradores que llevaron a los diseñadores de Porsche a presentar en el Salón de Detroit de 1994 el prototipo de un roadster más asequible que el 911, que dos años después dio origen al Porsche Boxster.
Desde que se lanzó al mercado en 1996, han pasado ya dieciseis años de vida para el Porsche Boxster. El pequeño de la familia está a punto de hacerse mayor de edad, de alcanzar la madurez y de convertirse por tanto en un coche hecho y derecho. Nos hemos ido a Lisboa para conducir el nuevo Porsche Boxster y os invitamos a ocupar el asiento del copiloto para saber que nos ha parecido.
Cuando nació el Porsche Boxster, claramente tenía como objetivo abrir la marca Porsche a un nuevo tipo de cliente, aquel que no podía acceder a un 911 que era por aquel entonces la otra opción disponible en la gama de Stutgart.
Con el paso de los años la gama Porsche se ha ido diversificando. El Cayenne es el superventas de Porsche en España y copa el 60% de sus ventas en nuestro país. Con espacio para toda la familia está también el Porsche Panamera, que representa un 20% de las ventas en España.
El otro 20% de las ventas se las reparten los modelos deportivos, formados por Cayman, Boxster y 911. Dentro de éstos tres modelos, el nuevo Porsche Boxster tiene una personalidad propia que lo diferencia claramente del resto de hermanos.
La nueva carrocería rompe claramente con la estética de las generaciones anteriores del Boxster, que guardaban demasiadas similitudes con los 911, lo cual no le vino muy bien en generaciones poco acertadas de éste como la 996. Es 32 milímetros más largo, 40 más ancho delante y 18 detrás. Además tiene más aplomo sobre la carretera gracias a que la batalla ha aumentado 60 milímetros. Es “más coche”.
Este aumento de tamaño le permite albergar llantas más grandes sin que parezcan desproporcionadas. El Porsche Boxster lleva de serie llantas de 18 pulgadas, mientras que el Boxster S las lleva de 19 pulgadas. Estas tan bonitas que lleva la unidad de pruebas son opcionales de 20 pulgadas y cuestan 1.593 euros. Si no os gustan, hay otros dos modelos también de 20 pulgadas con precios de hasta 2.966 euros.
El nuevo Porsche Boxster sorprende con unas líneas inspiradas en el superdeportivo Carrera GT, algo que se aprecia en cuanto miramos el frontal. Las ópticas delanteras tienen forma de lágrima, y las entradas de aire del paragolpes delantero son más grandes de lo que estamos acostumbrados en Porsche.
El parabrisas delantero está situado en una posición más adelantada y ésto le permite tener más inclinación y que la vista lateral de coche sea más estilizada y deportiva al mismo tiempo. Además aerodinámicamente es mejor, lo que ayuda a reducir consumos y a mantenerlo bien pegado al suelo cuando rueda realmente rápido.
En esa vista lateral, llama poderosamente la atención la entrada de aire que se forma detrás de las puertas, a través de la cual entra el aire de refrigeración del motor.
La trasera es sin duda la que tiene una personalidad más definida. No tiene nada que ver con el aspecto de los Porsche que conocemos hasta el momento, y el alerón desplegable que une ambas ópticas es el elemento más característico y llamativo.
El interior
Si el aspecto exterior poco tiene que ver con los modelos anteriores, en el interior nos encontramos con un habitáculo completamente nuevo, mejor en todos los sentidos y que hace que el nuevo Porsche Boxster esté también en éste sentido muy por encima de sus principales rivales.
El nuevo Boxster parece el Porsche Panamera S Hybrid que probé hace unos meses en miniatura, y no lo digo porque sea pequeño, sino porque la consola central del coche es idéntica salvo que en éste se ha evitado, mediante la simplificación, la borrachera de botones que inundaba el Panamera.
A pesar de ello, una vez más la posición de algunos botones, sobre todo los situados en la zona dónde la consola central hace de unión entre el salpicadero y la separación entre ambos asientos, hacen que accionaros sea más complicado de lo habitual teniendo en cuenta la posición de la palanca de cambios.
Y si ésta se sitúa rodeada de botones, también es cierto que su posición más elevada y más cerca del volante premia la conducción deportiva cuando tenemos que jugar constantemente con el cambio de marchas.
Si habéis montado alguna vez en un Porsche Boxster de los anteriores, tenéis que olvidaros por completo de él. Éste nada tiene que ver. Principalmente se han utilizado líneas rectas al igual que en el 911 y el Panamera para definir la forma del salpicadero.
Encima de la pequeña guantera, una moldura recta recorre el salpicadero desde la puerta del copiloto hasta el volante, y digamos que continúa en el lado izquierdo una vez pasado éste. Esa moldura esconde en su interior dos posavasos desplegables, y es que en el Porsche Boxster a pesar de ser un roadster puro y duro, también se ha buscado la practicidad.
Entre los dos asientos, situados en una posición muy baja y que te obliga a ir con las piernas estiradas como debería ser obligatorio en cualquier coche deportivo, hay una pequeña guantera con tapa. En las puertas también encontramos huecos para dejar los objetos cotidianos, y la forma de éstas me recordó en parte al Audi R8.
Los materiales como el cuero o los plásticos del salpicadero, tienen un tacto realmente bueno. Se nota que estás en un Porsche, y detalles como el Sport Chrono opcional integrado hacen de él un coche completamente nuevo respecto al anterior Porsche Boxster.
Dos maleteros y capota de lona en el Posche Boxster
Como buen roadster, el Porsche Boxster sigue recurriendo a una capota de lona para cubrir a los ocupantes cuando no circulan descapotados. Me gusta que ésto siga siendo así. Aunque admito que los techos duros retráctiles son muy prácticos, estéticamente suelen hacer que los coches pierdan todo su encanto cuando llevan el techo cerrado, y eso es inadmisible en un Porsche.
La nueva capota se repliega quedándose justo encima de las ruedas traseras y no necesita tapa, ya que la forma que adopta hace que quede completamente integrada en la línea del coche. Entre el ahorro que eso supone y la utilización de materiales como el magnesio y el aluminio en su estructura, han conseguido ahorrar en torno a doce kilos, lo cual contribuye a la ligereza que transmite el conjunto cuando estás al volante.
Además la capota tiene un mejor aislamiento acústico que en las versiones anteriores. Para que nos hagamos una idea, rodando a 100 km/h con la capota cerrada han conseguido reducir el ruído de 75 a 71 decibelios, lo que equivale a reducirlo a la mitad para el oído humano.
Todo el proceso de apertura y cierre es completamente automático, y se realiza a través de dos botones situados en la consola central. El de apertura permite que con solo pulsarlo una vez, se descapote entero. El de cierre obliga a mantenerlo pulsado por razones de seguridad.
Abrir o cerrar la capota del nuevo Porsche Boxster solo lleva nueve segundos, y lo mejor de todo es que se puede hacer en marcha siempre y cuando la velocidad no supere los 50 kilómetros por hora.
Con todo esto, hay espacio para las maletas. A falta de uno, hay dos maleteros, el delantero con una capacidad de 150 litros y el trasero con otros 130 litros. Es más que suficiente para llevar el equipaje lógico de los dos pasajeros para una semana.
El único “pero” que le he notado cuando ruedas descapotado es que a pesar de llevar el deflector de viento que se sitúa entre ambos arcos de seguridad, el aislamiento del viento es un punto a mejorar cuando ruedas sin capota.
Aunque también es cierto que cuando lo noté, iba a velocidad bastante alta y no de paseo como se suele ir en la mayoría de los roadster de éste segmento. Por algo es un Porsche, y mañana os contaré mis impresiones de conducción con el Porsche Boxster S con caja de cambios PDK que pude probar.
Continuará…
En Motorpasión | Porsche Boxster, presentación y prueba en Lisboa (parte 2)