Peugeot RCZ 1.6 THP, toma de contacto

Antes de que hagamos una prueba más completa del Peugeot RCZ surgió la posibilidad de hacer una prueba más cortita. Pudimos tener acceso a dos versiones, 1.6 THP 156 CV CMP (automático) y 1.6 THP 200 CV. En gasolina no dispone de más motorizaciones, luego tenemos aparte un 2.0 HDi de 163 CV.

El primer Peugeot sin números en el nombre es una apuesta de cierto riesgo, pues pelea con coches de más pedigrí en el segmento, aunque lo cierto es que no se queja precisamente mal contra ellos. Entre sus rivales tenemos al Volkswagen Scirocco, Mercedes-Benz Clase CLC, Audi TT y similares.

La primera impresión al abrir las puertas no es la de un Peugeot cualquiera, porque tiene los acabados más lujosos que conozco en la marca. Hay cuero por todas partes, aunque sean piezas que por debajo del forro estén duras como piedras. Eso sí, tanto cuero cuesta un pastizal, 3.500 euritos.

Impresiones de interior y suspensión

Al sentarme en el coche no conseguí una postura anatómicamente agradable con facilidad, sensación que no tuve en la prueba del Audi TT. Acabé con las piernas un poco arqueadas y tenía que estirarme para poder tocar la botonera superior de la consola central. Creo que no estoy mal hecho, pero el coche está más hecho para gente más alta (>1,75 m).

El tablero de instrumentos “al aire” es algo ya muy visto en la marca, como en el Peugeot 207. Llamadme clásico, pero lo prefiero todo encerrado. En este coche se va bajito, cuando paré en un peaje para meter la tarjeta tuve que echar freno de mano y quitarme el cinturón, pero con el asiento en la posición más baja.

La suspensión del Peugeot RCZ es tremendamente informativa. Es como ponerse un preservativo de poco grosor, lo notas todo. Sentía como si las yemas de mis dedos fuesen leyendo el asfalto al rodar, pero sin quemármelos. Eso tiene su consecuencia directa, es poco cómodo, tiene tacto de “quemao”.

Si no te importa notar en el culo cualquier imperfección del asfalto, este es tu coche. Si la rueda derecha pisa un insecto, lo notaremos. Si pisamos una junta de autopista, lo notaremos y bien. Cuando pasemos un resalto urbano, notaremos un buen rebote. En carreteras con firmes irregulares, puede que tengamos la sensación de salir volando si vamos algo embalados.

El Audi TT tiene la suspensión de serie informativa, pero más cómoda, y desde luego me parece más agradable. Luego habrá algún masoquista que ponga una suspensión más dura todavía, sobre gustos no hay nada escrito. Si te gusta que vaya bien dura, puedes dejarla de serie (entiéndase la suspensión).

Habría preferido un tarado del estilo del Peugeot 407 Coupé, que tiene un buen carácter rutero y es más cómodo. El tarado del RCZ es tan duro que casi parece un coche de competición. No hice más de 135 km del tirón con él, pero creo que a las tres horas tendría que parar por muy despejado que me sintiese.

Peugeot RCZ 1.6 THP de 156 CV con cambio automático

Este propulsor tiene un par máximo de 240 Nm a 1.400-4.500 RPM. Con el cambio automático CMP es más lento en aceleración (0-100 km en 8,4 s) y punta (213 km/h) que la versión manual (8 s/217 km/h), y le hace consumir más gasolina (7,3 l/100 km frente a 6,7 l/100 km). ¿Por qué elegir este cambio?

Por comodidad. Tiene desarrollos tirando a largos, aunque con cambio manual son un poco más largos. 140 km/h de marcador vienen a ser 3.000 RPM. En zona urbana solo le he encontrado un defecto, si cuesta arriba ponemos “N” en una detención o semáforo, oiremos ruido de frenos, pero como si hubiésemos roto algo.

No había probado un CMP con gasolina, solo HDi. No notaremos los mismos tirones, es bastante más suave con gasolina y casi parece un convertidor de par. El tiempo de respuesta del kick-down me parece muy razonable, como el Nissan 370Z automático (a ese modelo se lo critico, a este no).

Si pisamos a fondo reduce con presteza y nos mantiene las revoluciones altas “por si acaso” hasta que detecta que nos hemos calmado. Es así y hay que acostumbrarse a ello. Las levas de cambio no vienen de serie, mi unidad de pruebas no las tenía, aunque acepta manejo secuencial por palanca. Cuenta con programa Sport e invernal (Winter).

Con el pie derecho bien educado, es muy agradable porque las transiciones de una marcha a otra son rápidas y sin apenas saltos. Tras haber hecho una buena mezcla de zona urbana, autopista y secundarias, me gastó 7 l/100 km según ordenador. Lo máximo que cogí fueron 140 km/h mediante limitador de velocidad.

La media efectiva fue de 92 km/h. La cifra de consumo casi calca a la oficial, y considerando el recorrido parece fácil conseguir dicho consumo. La media acumulada de otros conductores era 8,8 l/100 km. De todas formas, el motor no me convence, tiene un ruido igual al del 1.6 VTi, que cuanto más sube de vueltas menos atractivo se vuelve, y llega a ser hasta molesto.

Peugeot RCZ 1.6 THP de 200 CV

Al subirme en la segunda unidad de pruebas para desandar el camino, mi opinión sobre este coche cambió razonablemente. Para empezar el cambio de marchas no tenía el típico tacto pastoso e impreciso de los franceses, hasta me gustó. Ahí los bleus pueden apuntarse un tanto, aunque ya era hora.

En manos menos eficientes que las mías, el ordenador acumulaba una media de 9,6 l/100 km. Una vez salí a carretera y pisé el acelerador, el coche parecía un auténtico cohete. “Esto anda mucho para tener 200 CV”, y la respuesta la obtuve por el tacómetro. Los desarrollos del cambio son muy cortos, los más cortos de la gama.

Sube de revoluciones con mucha alegría, y al ser el motor muy progresivo, se comporta como un atmosférico de más de 2 litros por muy poquito. Las insinuaciones al pedal de acelerador se plasman muy rápido en el velocímetro, la pega es que vamos bastante revolucionados incluso en vías rápidas.

A los mismos 140 km/h la aguja de la revoluciones marca unas 3.700 RPM en sexta, en mi opinión poco justificable en un coche moderno. De ahí que la diferencia del THP de 156 CV al de 200 CV sea tan apreciable, este sí que tiene un carácter deportivo y divertido, el motor inferior puede ser solo suficiente.

El sonido es bastante más bonito y más cañero. Sobre el papel apenas hay diferencia en aceleración entre estos motores, pero en recuperaciones el THP 200 funde al otro. Pese a todo, no es más rápido que los Scirocco y TT con motor 2.0 TFSI de 200 CV, y al CLC 250 de 204 CV le supera por poquito gastando menos y siendo más barato.

Haciendo prácticamente el mismo trayecto de regreso y con 94 km/h de media, quedó la cosa en 7,5 l/100 km. Considerando el ritmo y la homologación (6,9 l/100 km) me parece un gasto muy razonable. Pensaba que con marchas tan cortas habría gastado bastante más. Me quedé con ganas de cogerlo más tiempo, pero no pudo ser.

Gama Peugeot RCZ, ¿cuál es más recomendable?

Dejaré totalmente al margen cuestiones de equipamiento. El cambio automático supone un sobreprecio de 1.900 euros sobre el 1.6 THP 156 CV manual, lo descarto para una conducción muy pasional y lo recomiendo para viajar con comodidad o a ritmos normales del tráfico. O eso, o por 950 euros más comprarse el diesel de 163 CV.

Lo “malo” es que el gasolina de 200 CV y el diesel de 163 CV cuestan exactamente lo mismo. El bolsillo pide diesel, el corazón pide gasolina, el cerebro debe decidir. Considerando la filosofía del coche y cómo lleva la suspensión, no lo veo para viajar con frecuencia o nuestro pompis se va a resentir.

Si no se va a hacer un volumen excesivo de kilómetros, recomiendo los gasolina. El diesel de 163 CV sobre el THP de 156 CV hay que mirarlo, porque hay 2.950 euros y 1,4 l/100 km de diferencia. Desde luego el francés sorprende, sobre todo si no tenemos expectativas altas. Con lo que ofrece y lo que cuesta, es para meditarlo.

Precios del Peugeot RCZ

  • RCZ 1.6 THP 156 – 27.950 euros

  • RCZ 1.6 THP 156 CMP – 29.850 euros

  • RCZ 1.6 THP 200 – 30.900 euros

  • RCZ 2.0 HDi 163 – 30.900 euros

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