Probamos el Peugeot 308 GTI: 270 CV, pero sobre todo un gran trabajo de Peugeot Sport
Peugeot ha actualizado su exitosa gama 308 con un pequeño lavado de cara y la llegada de nuevas mejoras tecnológicas y de equipamiento bastante destacables.
Lógicamente esa actualización afecta también a la versión deportiva, el Peugeot 308 GTi de 270 CV de potencia. Para comprobar de lo que es capaz, nada mejor que darse unas vueltas como hemos hecho al Circuito del Jarama.
Lo primero que hay que destacar son los nuevos sistemas que ya incorpora el 308 GTi que está a la venta en los concesionarios españoles por 32.050 euros. En materia de seguridad incluye las novedades presentadas en los 3008 y 5008.
Distance Alert (alerta de riesgo de colisión), Active Safety Brake (frenado automático de emergencia), alerta de cambio involuntario de carril con actuación en la dirección o la alerta de atención del conductor son solo algunas de las novedades que incorpora desde ahora en materia de seguridad activa.
Pero hoy de lo que se trata, es de sacarle el máximo partido y ver cómo de deportivo es este modelo que además aseguran es perfectamente útil para el día a día, como si tuviese dos personalidades, una cuando llevas a tus hijos al colegio o vas a hacer la compra y otra cuando te escapas a tu tramo favorito de curvas o incluso a un circuito.
Un exterior muy francés, sobrio pero provocador
En el pit lane del Circuito del Jarama nos esperaban 10 unidades del Peugeot 308 GTi perfectamente alineadas y relucientes. 2.700 caballos de potencia para que les sacásemos el jugo en el siempre técnico y rápido trazado madrileño.
A la vista el 308 GTi tiene un punto de equilibrio entre deportividad y elegancia, entre sobriedad y provocación. Son pocos los cambios estéticos respecto a un 308 normal y respecto a la generación anterior, pero son suficientes para que aquellos que sepan apreciar un coche deportivo los disfruten.
El faldón delantero específico con entradas de aire más grandes pintadas en color negro lacado y un pequeño perfil rojo, las luces Full LED con perfiles integrados o la llamativa parrilla delantera en color negro con las letras Peugeot inscritas en color rojo, marcan el aspecto agresivo que merece el apellido GTi.
En la vista lateral el 308 GTi se ve muy compacto, muy consistente. En esta versión la distancia al suelo se reduce 11 mm respecto a un 308 normal, y las llantas de 19 pulgadas de nombre Carbone19 son espectaculares.
No son un capricho sin más, en su interior albergan el potente equipo de frenos específico para esta versión: discos de 380 mm delante con pinzas pintadas en rojo y firmadas Peugeot Sport, mientras que atrás los discos tienen 268 mm.
En la trasera, basta con dos salidas de escape integradas en el perfil del paragolpes y el logotipo Peugeot en color rojo para demostrar que el aspecto deportivo no necesariamente tiene que conseguirse a base de alerones excesivos.
Detalles en rojo y dos asientos que envuelven
Si el exterior del Peugeot 308 GTi es equilibrado entre deportividad y sobriedad, en el interior encontramos un grado más de deportividad.
El motivo principal son los dos espectaculares asientos que presiden el habitáculo, muy envolventes y de aspecto espectacular. La calidad que transmiten es muy alta, al estar tapizados en un mixto cuero-Alcantara®.
El color negro se ha aplicado al resto del habitáculo, techo incluido, lo cual ayuda a conseguir ese ambiente deportivo y sobrio al mismo tiempo que se complementa con soluciones únicas como los relojes con grafía en blanco en modo normal y teñidos en rojo en modo Sport.
El pequeño volante del 308, cuenta en esta versión con la posición central marcada en rojo, a juego con las costuras que se reparten por todo el interior.
Las molduras de las puertas llevan unas placas plateadas con las inscripciones “Peugeot Sport” y “GTi” realizadas en aluminio al igual que el pedalier.
Por lo demás, el habitáculo del 308 GTi es tan práctico como el de cualquier otra versión de la gama, con sus 420 litros de maletero y siempre contando con acceso a través de las puertas delanteras y posteriores, ya que no existe una carrocería de tres puertas.
Tres tandas muy intensas en circuito
El momento más esperado llegó después de un briefing en el que los responsables de la marca nos desvelaron las novedades principales del nuevo 308 GTi, un coche que se ha situado desde su lanzamiento en 2015 como el segundo compacto deportivo más vendido en España, solo por detrás del SEAT León Cupra.
Bajamos a la recta de boxes y me toca coger el primer coche del grupo de cinco que vamos a salir a pista. Circularemos sin un coche de referencia delante y con la única premisa de respetar las dos chicanes que habían dispuesto a final de recta y antes de la bajada Bugatti, los dos puntos más rápidos del trazado.
Encontrar una postura de conducción cómoda es fácil gracias a los reglajes de volante y asiento. Cuando el semáforo se pone verde salgo a pista y comienza entonces la sorpresa.
No había tenido ocasión hasta el momento de conducir el 308 GTi, solo lo había cogido Javier Álvarez en este mismo escenario hace dos años, y sinceramente tenía alguna duda sobre la patada que iba a tener el motor 1.6 THP de 270 CV.
Pensaba que un motor de tan poca cilindrada se iba a percibir algo justo para mover un coche de este tamaño, sobre todo teniendo en cuenta que muchos rivales recurren a bloques dos litros, pero admito que nada más llegar a la segunda curva ya sabía que me había equivocado.
El 308 GTi corre mucho y lo hace con fuerza desde muy abajo, con una capacidad de tracción que sorprende desde el primer momento.
El diferencial autoblocante Torsen delantero tarado al 35% se encarga de plantear la batalla entre los neumáticos y el asfalto, que parecen pelearse entre sí para que el coche avance sin concesiones.
La dirección es otro de los aspectos que más rápido llaman mi atención. El volante pequeño y con la parte inferior plana, tiene un tacto muy característico y requiere cierta adaptación, pero una vez que le has cogido la medida, es sorprendente lo comunicativa que es la dirección.
La dirección es muy ágil y precisa y eso hace que conducirlo con finura sea coser y cantar. El chasis va mu asentado, transmitiendo en todo momento esa dosis de confianza necesaria para aplicar ritmos muy altos.
Subiendo la Rampa Pegaso, el motor sube de vueltas con tanto brío que parece estar advirtiéndome para que jamás vuelta a subestimar un pequeño 1.6 THP nacido en Peugeot Sport.
Juro que no volveré a hacerlo, porque después de subir con el pie a fondo y meter quinta justo antes de las curvas de Ascari, sentí respeto al encarar esas dos rápidas a derechas e izquierdas que no permiten ningún error.
Por suerte el chasis está tan compensado, que no hay que sentir respeto a la hora de apoyar el coche fuerte o al acometer la frenada de la Hípica, la cual realizo con estabilidad y confianza.
En este sentido, el equipo de frenos pareció estar a un gran nivel, ya que no mostró síntoma alguno de desfallecimiento en toda la tanda, programada a tres vueltas.
Sin duda son unas magníficas primeras impresiones, pero aun quedaban dos tandas más antes de acabar el día. Volví a boxes y cuando lo hacía, me di cuenta de que la tanda anterior la había hecho sin el modo Sport activado.
Ahora en modo Sport
Un refrigerio, algo de aire fresco y en menos tiempo del esperado estaba de nuevo al volante de otro Peugeot 308 GTi, en este caso con la pintura bicolor azul y negra, listo para salir a pista. Esta vez sí activé el modo Sport con el botón situado en la consola central.
Es fácil saber si lo llevas o no activado porque el cuadro de mandos se tiñe en rojo y en la pantalla central se muestran tres diagramas de potencia, presión del turbo y par motor.
Semáforo verde y salgo a pista, en esta ocasión cerrando el pelotón de cinco coches. Desde los primeros compases, el modo Sport se percibe por una mayor inmediatez de las reacciones.
Basta con acariciar el acelerador para encontrar respuesta, la dirección parece algo más firme y en general el conjunto transmite más confianza si cabe para subir dos niveles la intensidad del pilotaje.
Las curvas rápidas se pueden tomar a un ritmo muy alto, ya que apenas hay oscilaciones de la carrocería y las suspensiones trabajan para que el coche vaya sobre raíles.
Esos 11 milímetros de altura de la carrocería que han rebajado, unidos a la estabilizadora delantera más rígida son parte de la clave.
Llego muy rápido a las curvas de Le Mans tras salir de Varzi a una velocidad muy alta disfrutando del sonido del motor, apoyado por el equipo de audio, y creo que fue en ese punto del circuito donde me enamoré perdidamente del tacto de la dirección, precisa y directa.
Basta con poner la vista en el vértice al que te quieres dirigir, meter volante y el coche te hace pasar exactamente por el punto que tenías en mente con precisión milimétrica.
Poco a poco voy aumentando el ritmo, y el conjunto no parece alterarse por ello.
La relación peso/potencia es de 4,6 Kg/CV, un registro realmente bueno en el que el uso de un motor 1.6 en lugar de un dos litros, tiene mucho que ver en que consiga homologar sólo 1.280 kilos de peso total del conjunto.
El motor está en muy lleno desde abajo, y los 330 Nm que ofrece desde 1.900 RPM ayudan a que sea fácil llevarlo rápido incluso sin ir siempre en la marcha óptima.
La potencia máxima la entrega muy arriba, a 6.000 RPM, pero hasta llegar a ese punto es una delicia estirar todas y cada una de las seis marchas.
La palanca de cambios tiene unos recorridos muy cortos y precisos, con un mando selector de esos que no dan opción de error: metes la marcha y sientes que la has metido en cada cambio.
Las cifras oficiales hablan de 0 a 100 km/h en 6 segundos, 25,3 segundos en alcanzar los 1.000 metros desde parado y una velocidad máxima auto limitada a 250 km/h.
Conclusiones
Sin duda, todas las cifras que acompañan al 308 GTi quedan en un segundo plano en un conjunto que transite unas sensaciones excelentes. En este caso después de tres tandas en circuito, no tengo ninguna duda, estamos ante un Top 3 de su segmento. Todo el que quiera un coche compacto deportivo con dos personalidades bien marcadas, la práctica y la deportiva, tiene en el Peugeot 308 GTi una muy buena opción.
La firma de Peugeot Sport no se queda solo en una herramienta de marketing, en este caso e igual que ocurrió con su hermano pequeño el 208 GTi y el maravilloso RCZ R, el departamento de competición ha hecho que por 32.050 euros tengas uno de los mejores compactos deportivos del mercado. Y eso, teniendo en cuenta lo nutrido que está este segmento, es mucho decir.