En primavera tuvimos la posibilidad de probar el escalón de acceso de la gama Astra en diesel, el 1.3 CDTI de 95 CV con Stop&Start. Fue una prueba muy breve y dentro de una urbanización, de modo que tocaba hacer lo propio en carretera, y así ha sido. Esta vez le hemos metido unos 1.250 kilómetros.
Casualmente, la unidad probada es la misma que en la presentación primaveral, en color negro, versión Enjoy y con llantas opcionales de 17 pulgadas. Carece de ordenador de a bordo, es opcional en los Essentia y Enjoy, por lo que los resultados no son tan precisos como me gustaría.
El Astra CDTI de 95 CV solo se vende ya con el Stop&Start, y homologa un consumo de 3,9 l/100 km. Según el manual de instrucciones de la unidad de pruebas, 4,1 l/100 km, aunque es por falta de actualización del mismo, eso es lo que debería gastar sin el Stop&Start. El código del motor es A13DTE.
Datos técnicos del Opel Astra ecoFLEX
Sobre el frío papel tenemos 190 Nm a 1.750-3.250 RPM y 95 CV de potencia a 4.000 RPM. Es un motor de 1.248 cc, el diesel más pequeño del segmento C, con un consumo de aceite de 0,06 l/100 km. Alcanza 175 km/h como máximo, acelera a 0-100 km/h en 14,5 segundos. El cambio es manual de cinco relaciones, no lo hay automático.
Con estos neumáticos, Hankook Ventus S2 215/50 R17, se ofrece a los particulares, pero con llantas de acero. Solo los Opel Astra para flotas se venden con llantas de 16 pulgadas, los demás llevan 17 pulgadas de serie. Como en el Corsa ecoFLEX, en el manual la presión recomendada para gastar poco es mucho más alta: 2,7 bares (ECO) frente a 2,2 (Confort).
El ecoFLEX de 95 CV tiene un depósito más pequeño que el resto de los Astra. En vez de 56 litros, tiene 46 litros. Por otra parte, no tiene una reserva corriente, cuando se enciende la lucecita amarilla, tenemos unos 50 kilómetros de autonomía. El kilometraje en el momento de la recogida era de casi 4.650 kilómetros.
Prueba en autovía
Con el depósito lleno (verificado) salí de Madrid hacia Sevilla por la ruta habitual, A-5 y A-66, a velocidad legal todo el rato. La temperatura era elevada, hizo falta el aire acondicionado todo el viaje, pero la mayor parte del tiempo estuvo a máxima potencia. No, no iba con un abrigo esquimal.
El climatizador manual del Astra con este motor nos exige llevar el aire muy fuerte si no queremos asarnos cuando aprieta Lorenzo, porque expulsa menos flujo que otros coches. En provincias calurosas lo más normal será llevar el aire al máximo o en la potencia inmediatamente inferior.
Con una quinta de 0,67 de relación de cambio y un diferencial de 3,94 nos salen, con esta dimensión de rueda, 46,18 km/h en la marcha más larga a 1.000 RPM. Por lo tanto, hay que circular a 2.600 RPM para llevar 120 km/h reales. No necesita una sexta para gastar menos, porque este motor con ese desarrollo y 1.400 kg de coche en vacío ya va justico.
La primera velocidad es quizás larga para ser ágil, aunque son 8,36 km/h a 1.000 RPM. Si no somos finos con los pedales, tiene un calado relativamente fácil. No se lo recomiendo a quien tenga que lidiar habitualmente con pendientes en su pueblo. En lugares como Medina Sidonia (Cádiz) se puede sufrir mucho (o nosotros, o el embrague).
Al no tener el control de crucero de serie, mantuve el ritmo constantemente con la ayuda de mi domesticado pie derecho. Las pocas veces que tuve que recuperar velocidad, debido al tráfico, aprecié que sí, las recuperaciones le cuestan su trabajo. No es un coche para alguien que suela tener prisa.
Llegué a destino (542 km) aproximadamente cinco horas después, casi 105 km/h de media real, es una ruta que favorece mucho ir rápido sin saltarse los límites de velocidad, a diferencia de la A-4. Pisé muy poca población hasta llegar a destino, más a la ida que a la vuelta, el tráfico me obligó, ya que no soy amigo de los atascos.
Nada que ampliar sobre mis impresiones del Stop&Start, si se arranca con suavidad no hay problema, si se quiere ser muy rápido, igual nos quedamos calados, aunque el sistema se puede desconectar si circulamos digamos “tensos”. Aunque esté el A/C puesto, el motor se para, solo que la velocidad del ventilador baja un poco para mantener la temperatura.
El compresor sigue funcionando por correa, por lo que no enfría, solo mantiene temperatura. No me vi obligado a desconectar el sistema para tener más frío disponible, la electrónica lo hace todo. Sobre los 480 km la aguja señaló la mitad del depósito. Hice noche y volví otro día, sin mover más el coche.
El recorrido inverso es en pendiente ascendente, con un desnivel de 600 metros, especialmente intenso en la zona de montaña entre Extremadura y Andalucía. En la zona de la Media Fanega, con pendientes del 10%, el Astra mantuvo el ritmo con mucha dignidad en quinta, aunque con conductor y poco equipaje, no sé cómo respondería a tope de carga.
Se supone que a 120 km/h en quinta el motor está en zona de par máximo, luego debería soportarlo bien, y lo hace. Eso sí, poca aceleración vamos a obtener cuesta arriba aunque pisemos a fondo. A los 690 kilómetros la aguja del combustible señala ya 3/4 consumidos. Recordemos que son 46 litros.
Proporcionalmente, serían 34,5 litros consumidos, luego serían 5 l/100 km si la medición de la aguja fuese exacta. Y si la mitad es la mitad real (que suele ser más de), hablaríamos de 23 litros y 480 km, luego 4,8 l/100 km. Es razonable, en el descenso se consume menos que en el ascenso.
A los 810 kilómetros entro en reserva y me detengo a repostar 14 kilómetros después. Serían unos 860 kilómetros teóricos, luego se nos va el cálculo a 5,35 l/100 km. No es un dato demasiado bajo, pero es contenido y realista. Apagué la sed del coche con 23,4 litros (30 euros) y seguí mi camino.
De vuelta en Madrid
Según el GPS portátil que llevé, me planté en la capital a una media de 107 km/h, en la que se incluye el repostaje, y el ritmo fue el mismo, trote de 120 reales. Antes de devolver el coche, le metí más autopista en condiciones similares, hasta volver a ver el pitido de la reserva a los 385 km del último repostaje.
Eso significa que los 23,4 litros han durado 400 kilómetros, la media se reajusta a 5,8 l/100 km. Dicho de otra forma, el coche se ha movido en un rango de 5,3 a 5,8 l/100 km. Considerando los 50 km de reserva y todas las demás cifras, sale 5,5 l/100 km, por lo que todo esto tiene bastante precisión.
El Astra 5 puertas con este motor, viajando solo y con poco/nada de equipaje, a velocidades legales, me ha gastado eso. Es un consumo competitivo con un híbrido, aunque este concretamente implica un sacrificio en prestaciones hasta respecto al Honda Insight. El 1.7 CDTI (110 CV) no es más austero que el 1.3 CDTI.
Entenderé que haya escepticismo con la validez del resultado, así que me voy a apoyar en otros. En Spritmonitor encuentro 4 coches como este, y el que menos gasta 5,09 l/100 km, el que más, 6,03 l/100 km. La media está en 5,37 l/100 km, que es similar a lo que he calculado, y esto sí que son consumos reales.
A mi compañero Javier Álvarez, con el Volkswagen Golf Bluemotion de 105 CV, y también a unos 120 km/h reales, le salió una media de 4,7-4,9 l/100 km (según ordenador, ver prueba). En Spritmonitor, los Golf sacan 5,38 l/100 km con el 1.6 TDI de 105 CV, los Bluemotion lo rebajan a 5,06 l/100 km.
Por lo tanto, a pesar de tener menos cilindrada que el motor del Golf, no consume mucho menos, también hay que decir que hay gente con el Bluemotion que declara 4,21 l/100 km reales, como este caballero (y tiene un Variant). Eso sí, no consume mucho tampoco.
Conclusiones
Los motores del Astra, en general, no son campeones en consumo porque el peso del coche tiene que mejorar. Ahora bien, el ecoFLEX de 95 CV es una opción económica en términos reales para quien haga autovía fundamentalmente, y no haga mucha secundaria. Entonces se nota más que se lleva un coche de digamos poca potencia.
Para ir a velocidades legales, no necesita más caballos, salvo en las recuperaciones. Se le atragantan las prisas en zona urbana, los adelantamientos forzados y los puertos de montaña. ¿Y el gasolina equivalente? No lo recomiendo, el 1.4 de 100 CV gasta 2 l/100 km más que el CDTI según los datos de Spritmonitor.
En el nivel Enjoy, que es más decente que básico, el gasolina cuesta 16.490 euros, y el diesel probado 17.870 euros, una diferencia de 1.380 euros. Es amortizable a medio plazo, con y sin averías. El 1.6 de 115 CV de gasolina solo es 360 euros más barato, y el diesel se rentabiliza muy deprisa. Estos precios no tienen añadido el descuento promocional, son PVP.
Las prestaciones del CDTI no son su fuerte, y como más de uno se ha dado cuenta, no sé cuánto consume cuando se va deprisa. A partir de 140 km/h ya son más de 3.000 RPM, y los diesel suelen caer mucho en eficiencia a ese régimen. La velocidad máxima se alcanza, teóricamente, a casi 4.000 RPM con estas ruedas.
Está claro, no es para “correr”. Es más recomendable para alguien que viva en una zona lisa, como Valencia y alrededores, que quien se tiene que pelear con la orografía todos los días, véase un asturiano. De todas formas, en este precio, yo personalmente me tiraba de cabeza a un híbrido.
El otro ecoFLEX de la gama es el Astra 1.7 CDTI de 130 CV, que homologa 3,7 l/100 km, menos que el CDTI de 95 CV. A falta de comprobación real, yo diría que este consume menos desde luego en autopista, va más desahogado de revoluciones y en par máximo. Habrá que mirarlo más hacia delante.
El coche para esta prueba ha sido prestado por Opel. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.
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