Aunque en la carretera el Mini Cooper nos convence, lo cierto es que no termina de vencer en el apartado actual. En cuanto a equipamiento, el Mini viene bastante pelado para un utilitario de su precio, y hay que elegir numerosos opcionales inflando el precio. Pasa como en un BMW.
Los Mini más económicos vienen sin llantas de aleación, aire acondicionado u ordenador de a bordo, entre otras carencias. Siempre que miremos el anuncio de un Mini, el precio es una simple referencia, porque prácticamente nadie se compra un Mini sin comprar absolutamente ningún extra.
En los utilitarios, normalmente, eso tiene un pase. No te llega para más equipamiento y te puedes llevar el más básico. En el Mini eso no está muy bien visto, es complicado ver uno por la calle sin sus llantas o sin alguna personalización exterior, que nunca sale gratis.
Equipamiento de serie y opcional
El modelo Cooper, aunque trae más equipamiento que los Mini One, lo cierto es que sigue teniendo unas carencias de equipamiento bastante reseñables. Hay que pagar aparte por el climatizador automático (no por el aire acondicionado), ordenador, sensores de lluvia y luces, sensores de aparcamiento, reposabrazos delantero, alfombrillas de velours, etc.
Diversos equipamientos van incluidos en paquetes, que, según nuestro presupuesto, pueden simplificarnos bastante la vida. Hay que tener mucho cuidado con los paquetes porque cuando van completos pueden pegarnos un buen palo. Por ejemplo, el paquete Pepper cuesta más de 2.000 euros en un Mini One. Veamos algunos:
- Salt: alfombrillas, ajuste en altura del asiento del acompañante, paquete de compartimentos, faros antiniebla (inc), ordenador y paquete de iluminación interior: 482 euros (4,75% IM)
- Pepper: volante de cuero (inc), alfombrillas, ajuste en altura del asiento del acompañante, paquete de compartimentos, faros antiniebla (inc), climatizador, ordenador, paquete de iluminación interior, Radio Boost: 985,10 euros (4,75% IM)
- Chili: tela cuero Ray, volante multifunción, alfombrillas de velours, ajuste en altura del asiento del acompañante, paquete de compartimentos, faros antiniebla (inc), climatizador, ordenador, paquete de luces interiores, Radio Boost: 2.429,22 euros (4,75% IM)
Los Mini Cooper D, como no pagan impuesto de matriculación, tienen estos extras un poco más económicos, porque no tributan al 4,75% adicional que el gasolina sí paga. Adicionalmente, los petroleros reciben un pelín más de equipamiento que los gasolina con algunos paquetes.
Al coche se le puede poner prácticamente lo que nos apetezca: techo solar, llantas, vinilos, decoración de espejos, cromados, sistema de navegación profesional, luces de xenón, suspensión deportiva, mucha personalización de colores y tejidos/cuero, colores exteriores, kit estético John Cooper Works, etc.
Los usuarios de iPhone/iPod tienen posibilidades adicionales con el extra Mini Connected, que cuesta unos 250 euros y requiere la pantalla integrada por narices. Mejora la experiencia multimedia y telemática en el coche, imprescindible para los adictos a lo último y a vivir permanentemente enganchados.
Los demás nos conformaremos con la conectividad Bluetooth, el control por voz (que requiere paciencia y entrenamiento por nuestra parte por la cantidad de funciones que tiene), toma USB, volante multifunción, etc. Sí, está claro, rivales más baratos tienen todas estas cosas de serie en acabados intermedios.
Uno de sus puntos fuertes es la personalización. Las posibilidades son numerosísimas, y solo configurando la estética de nuestro nuevo Mini nos podemos tirar un buen rato delante de Internet. Llantas por aquí, colores, esta tela, ese vinilo, este paquete chachipiruli, etc.
Cuestión aparte es el tema de los accesorios, donde podemos encontrar cosas tan peregrinas como los retrovisores exteriores tipo Union Jack en blanco y negro que tiene la unidad de pruebas. Los faros cromados delanteros sobre la parrilla también son accesorios. Hasta puede tener la Union Jack ¡en los intermitentes laterales!
Sabiendo BMW que sus clientes suelen tener algo de pasta, estas personalizaciones no son muy económicas. Por ejemplo, las carcasas exteriores en amarillo de los retrovisores cuestan 134,28 euros, y el alerón de techo para el Cooper, 219,33 euros. El coche es Mini, pero el presupuesto tiene que ser más bien Maxi.
Seguridad activa y pasiva
Como vimos anteriormente, nos hallamos ante un modelo en mitad de ciclo de vida, el Mini (R56) se renovó en 2007 y una de las modificaciones menos evidente fue relativa a la seguridad. Respecto al primer modelo de la era BMW moderna, creció un poco para aumentar su seguridad pasiva.
Tanto, que el modelo 2007 tuvo cinco estrellas EuroNCAP, con 33 puntos en colisión frontal. Su nivel de seguridad infantil es de tres estrellas, y el de protección a peatones, de dos estrellas. Se evaluó antes de 2009, cuando las normas se endurecieron, por lo que no hay datos de protección cervical ni de sistemas de seguridad adicionales.
El Mini, da igual que sea One, Cooper o Cooper S, proporciona una protección adecuada para la cabeza y el torso, más para el pasajero que para el conductor, y las piernas van peor protegidas. En cuanto a la protección de peatones, es bastante mejorable, sobre todo si nos hemos puesto esos faros adicionales tan chulos.
Una de las pegas del coche es que no tiene fijaciones ISOFIX en el asiento del acompañante, solo se pueden montar la sillita atrás, donde no sobra espacio ni para colocarla, ni para la silla en sí. Al menos, casi todo el equipamiento de serie fundamental es de serie, salvo la desconexión opcional del airbag de pasajero (para llevar una sillita).
En seguridad activa, todo Mini viene con su control de estabilidad (DSC), control de tracción (DTC), ABS, control de frenada en curva (CBC), monitor de presión de neumáticos y doble chivato de abrochado de cinturón de seguridad (opcional en toda la gama, por cero euros).
En seguridad pasiva, tiene cuatro plazas, cuatro reposacabezas y cuatro cinturones de tres puntos (con pretensores y limitadores de carga). Cuenta con seis airbags, los frontales delanteros, laterales delanteros y los de cortina. En caso de colisión, se abren los seguros y se encienden los intermitentes de emergencia.
Por cierto, otro de sus extras es el control dinámico de tracción (DTC), opcional en toda la gama salvo el JCW. Es una suerte de diferencial autoblocante a base de frenos, es decir, la rueda con menos tracción recibe fuerza de frenado para beneficiar a la que mejor tracciona, unos 160 euros de media.
No tiene sistemas de seguridad adicionales a los que puede tener un utilitario generalista reciente. Nos podemos ir olvidando de control de crucero con radar (ACC), avisador de ángulo muerto en retrovisor, de monitor de cansancio del conductor, reposacabezas activos y esas zarandajas.
Eso sí, coches mucho más económicos que este ya permiten tener frenado automático en ciudad a 30 km/h, o llamada de emergencia automática. En ese sentido el Mini no es tan puntero. El que se lo compra, ya sabe lo que hay, si el objetivo es el máximo “coche” por el mínimo precio, se está equivocando en este caso.
Continuará...
En Motorpasión | Mini Cooper, prueba (exterior e interior, conducción y dinámica)