Si hablamos de berlinas, tenemos que hablar de Mercedes-Benz, y hablar de berlinas de Mercedes-Benz es hablar de la Clase E porque su reputación no es precisamente casualidad.
Hemos probado el Mercedes-Benz E 300 e con mecánica híbrida enchufable y nos ha parecido que si lo híbridos enchufables tienen que ser una opción lógica a los coches de gasolina y a los eléctricos al mismo tiempo, deberían ser así.
Mercedes-Benz E 300 e: la realeza de las berlinas
Los tiempos están cambiando. Nos estamos yendo hacia un mercado donde todo son SUV o, en su defecto, crossovers. Hubo un tiempo en el que reinaban las berlinas y hemos ido viendo cómo progresivamente las carrocerías de tres volúmenes han ido perdiendo terreno y representatividad, incluso con modelos que han sido totalmente derrocados.
Otros en cambio presentan una resistencia temible, y es que quien busque un equilibrio perfecto entre comodidad, espacio y calidad de rodadura, las berlinas son quienes gobiernan. Y cuando pensamos en berlinas, hay modelos que automáticamente colocamos en el trono.
Si te preguntan por la mejor berlina producida durante las últimas décadas es muy difícil que no se te venga a la cabeza un Mercedes-Benz, y concretamente uno de la más que reconocida Clase E. Coches que sin hacer demasiado ruido han destacado por argumentos como seguridad, tecnología o sencillamente calidad general.
Hace algo más de un año que la Clase E de Mercedes ha recibido una interesante actualización. Puede que haya sido discreta, pero como siempre en la marca de la estrella con el cariño que le ponen a la que es una de las berlinas de lujo más competitivas y completas del mercado.
Por fuera han mantenido una línea continuísta, apoyándose en los rasgos definitorios de las berlinas de Mercedes con su gran parrilla delantera, ahora un poco más grande que antes y escoltada por grandes faros alargados a cada lado.
La silueta clásica mantiene unas líneas suaves, dejando que sean los propios volúmenes del cuatro puertas los que hablen, sin exagerar nervios innecesariamente. Se ha buscado potenciar la ya muy alta elegancia de la Clase E, y se han añadido algunos toques para mejorar la aerodinámica en los paragolpes delanteros y traseros que de paso le dan una estampa más imponente y deportiva.
En la parte trasera destacan unos pilotos que estrenan una nueva firma lumínica con formas triangulares y un enlace visual entre los pilotos con una línea horizontal que recorre transversalmente el portón del maletero.
Toda la iluminación es LED con faros delanteros matriciales Digital Light que pueden proyectar animaciones. La parrilla retroiluminada también es de nueva factura.
Es un coche que roza los 5 metros de largo (4.949 mm) y pese a ello no parece un coche descomunal. Menos aún en esta spec con elementos exteriores en negro que le hacen pasar aún más desapercibido.
Interior aún mejor de lo que ya era
Por dentro como de costumbre en mercedes hay una iluminación ambiental que se puede configurar al gusto en un color, varios colores o incluso de manera animada. Un recurso puramente visual, pero que me ha gustado cómo Mercedes-Benz lo ha utilizado a modo de avisador de aparcamiento, marcando las zonas que se aproximan a un objeto en rojo, o como alerta en caso de frenada de emergencia o presencia de vehículos en ángulo muerto.
Al margen del apartado estético que cuenta con muchísimas posibilidades de personalización, el interior del E 300 e destaca por una muy buena calidad de acabados. Los ensamblajes recurren a materiales nobles combinados con elementos plásticos. Estos últimos me han parecido mejores que en las versiones anteriores.
Se ha mejorado la calidad general de los elementos al mismo tiempo que se ha actualizado el salpicadero para dejar un entorno prácticamente calcado al de los EQE, EQS y Clase S.
Esto es una gran pantalla de 12,3 pulgadas delante del conductor. Un gran cuadro digital de altísima calidad con varios modos de visualización, efecto de profundidad 3D (opcional) y muchísima información disponible.
Algunos modos como los datos de consumo junto a los dos relojes de estilo clásico me han parecido la configuración más legible y completa. Otra como el modo Sport del cuadro de mandos me ha parecido innecesario y que no le pega a una berlina de este estilo.
El cuadro de mandos se complementa con un head-up display proyectado sobre el parabrisas que tiene un tamaño considerable y muy buenas opciones de regulación tanto vertical como lateralmente, de intensidad, y del tipo de información, por lo que nos ha parecido muy útil para no apartar la vista de la carretera ni siquiera siguiendo las instrucciones del navegador.
En cambio sí me ha parecido prescindible la tercera pantalla opcional que ahora puede ocupar el Clase E. Se trata de la MBUX Superscreen, que incluye una pantalla independiente para el copiloto integrada en la 'misma' pieza de la pantalla central y que puede servir como entretenimiento para el ocupante corriendo aplicaciones nativas como juegos o YouTube.
Entre medias se encuentra una gran pantalla táctil de 14,4 pulgadas que ha recibido una actualización con respecto a las pantallas similares que habíamos probado hasta ahora de Mercedes. La navegación me ha parecido aún más fluida e intuitiva con menús bien repartidos y fácilmente entendibles.
A excepción de una pequeña barra inferior con algunas funciones, el interior del Clase E ha prescindido por completo de los botones físicos y todo se agrupa en la gran pantalla central. En el marco inferior de ésta se mantienen accesos directos y controles de la climatización que aunque son prácticos, no llegan a ser tan simples de manejar como una ruleta de temperatura.
Las grandes superficies táctiles tienen una contrapartida: muchas huellas. Por lo demás el entorno está muy bien resuelo con mandos de tacto y función extremadamente agradables, desde el botón de arranque/parada has los mandos de los intermitentes.
El volante se equipa el ya tradicional aro de tamaño contenido y diseño AMG con la zona inferior achatada y radios horizontales dobles. En estos radios se agrupan en la izquierda los controles de la instrumentación y en la derecha los del equipo multimedia.
En cuanto a diseño estos botones táctiles resultan extremadamente elegantes y bien integrados, pero en un uso continuado hay que estar más pendiente de la cuenta que con un pulsador o un scroll tradicional como sí mantiene Audi por ejemplo.
Priorizando la comodidad
Los asientos me han encantado. No llegan a ser tan extremádamente cómodos como los de un Clase S pero están muy conseguidos. En este Clase E se nota que Mercedes ha puesto un especial cuidado en que los ocupantes se sientan bien.
La posición es muy de berlina, en una ubicación bastante baja en comparación con lo que nos encontramos últimamente, pero los asientos te abrazan con un mullido agradable y un reposacabezas que le da un toque muy premium.
Las posibilidades de regulación eléctricas son amplias y pueden incluir tanto la longitud de la banqueta como la anchura de la zona lumbar. Combinados con una columna de dirección con un amplio rango de ajuste (eléctrico) es fácil sentirse cómodo dentro de este coche y al mismo tiempo conectado con el entorno porque la visibilidad es buena.
La amplitud es muy correcta. Transversalmente hay mucho espacio para los hombros en las plazas delanteras con una consola central amplia con un gran espacio para guardar objetos delante y guantera en el reposabrazos.
En las plazas traseras el espacio es escaso para tres ocupantes y perfecto para dos, sobre todo teniendo en cuenta que en el centro tenemos un túnel de transmisión bastante voluminoso. Lo que sí hay siempre incluso en la posición más retrasada de los asientos delanteros es espacio para las piernas y para los pies bajo los asientos frontales.
Es destacable la posibilidad de incluir un eje trasero direccional. Precisamente este es el culpable de que una berlina grande de 5 metros pueda maniobrar con muchísima más facilidad de la que aparenta. Mi garaje es un tanto complicado y lo he aparcado mejor que coches considerablemente más pequeños.
Para el maletero tenemos una capacidad de 370 litros con mucha profundidad pero no mucha altura disponible. Esto se debe a la presencia de la batería, que ocupa buena parte de los 540 litros de las versiones que no son PHEV. El portón abierto no deja un acceso especialmente amplio, por lo que en esta carrocería de cuatro puertas tiene espacio más que suficiente pero no el necesario para cargar objetos voluminosos.
Chasis noble con un motor híbrido totalmente justificado
Si hay una cosa que me llama la atención de la Clase E es ver cómo en Mercedes están apostando por las mecánicas híbridas, y no es para menos.
El motor de gasolina de cuatro cilindros cubica 1.999 centímetros cúbicos, recurre a un turbo y se asocia a una caja de cambios de convertidor de par con nueve velocidades que lleva la potencia a las ruedas traseras.
Este motor produce 204 CV y 320 Nm de par motor, que no son cifras especialmente altas, pero se complementa con un motor eléctrico que se intercala en la caja de cambios y que aporta 95 kW (129 CV) y 440 Nm. En total las cifras combinadas son de 313 CV y 550 Nm.
La buena sincronía del sistema eléctrico con el tren de potencia de gasolina nos deja un conjunto que si bien no es rápido (no es su propósito), sí es extremadamente disfrutable, suave y progresivo.
En las arrancadas desde parado el motor eléctrico cobra una importante presencia aunque el motor de gasolina esté en marcha y se percibe realmente bien la entrega de par para mover un coche de 2,2 toneladas con un nivel de sonoridad muy bajo.
Una vez en marcha si la demanda no es alta el motor eléctrico es perfectamente útil para mover el conjunto manteniendo apagado el motor de gasolina. Las transiciones entre el motor de combustión apagado o encendido son prácticamente imperceptibles, y se notan mucho más los cambios de marcha que la alternancia entre un modo de conducción u otro.
La batería es considerablemente más grande que la de un híbrido convencional y tiene una capacidad de 25,4 kWh, con una potencia de carga máxima de 55 kW que permiten realizar una carga 0-80% en 20 minutos. La autonomía máxima del sistema en modo eléctrico es de 118 km.
Con esta capacidad de carga y la buenísima integración entre el motor de gasolina y el eléctrico tenemos un coche muy eficiente, capaz de ofrecer consumos que podrían ser irreales hasta hace bien poco para una berlina grande de gasolina.
Aparte de los cinco modos de conducción de los que principalmente usamos el híbrido, el sistema de frenada regenerativa cuenta con tres niveles que podemos regular desde las levas del volante (D-, D y D+). Hacen la misma función que modulando con el pedal y frena bien, pero igual que pasa con otros híbridos de este tipo el tacto es un tanto impreciso cuando nos acercamos a una detención completa.
Pero lo que verdaderamente destaca de este Clase E (y del resto de Clase E) es que tiene una calidad de rodadura superior a la competencia. Todo es suave, desde los primeros movimientos del volante hasta las reacciones a alta velocidad.
Se trata de un coche con un aplomo muy particular. Es muy cómodo porque las suspensiones filtran muy, muy bien todo el terreno y al mismo tiempo ofrecen la consistencia necesaria para que la carrocería no se descomponga nunca.
Puede que los movimientos de la carrocería resulten amplios y parezca un coche blando. La realidad es que el tarado que han desarrollado es perfecto para digerir imprevistos e incluso atacar con confianza curvas rápidas aunque sintamos que la carrocería se inclina.
Si a esto le añadimos un muy buen nivel de insonorización que cuenta incluso con doble acristalamiento tenemos un coche que nos aísla del entorno y nos permite centrarnos en disfrutar de recorrer kilómetros.
Si tuviera que comprarme un Mercedes-Benz Clase E para utilizar a diario, muy probablemente me decantaría por una mecánica híbrida enchufable incluso sin tener un punto de carga en casa.
Con una batería relativamente pequeña que se puede recargar rápido fuera de casa se pueden hacer muchos kilómetros sin recurrir al motor de combustión o utilizando el motor eléctrico como un compañero perfecto de éste.
El resultado no son solo consumos muy, muy bajos, que nos han dejado una cifra final de 4,2 litros a los 100 km al final de nuestra prueba, sino que además los desarrollan con un nivel muy superior de confort gracias a que se reduce notablemente tanto el uso del cambio como la sonoridad.
El precio base de este Mercedes E 300 e parte de 69.200 euros, pero a nuestra unidad habría que añadirle el paquete AMG Line Premium Plus (17.839,64 euros), paquete Night (477,95 euros), pintura Gris Grafito (1.197,90 euros), llantas AMG de 20" (1.464,10 euros), paquete tapizado de cuero (2.063,05 euros), cuero beige macchiato (266,20 euros), paquete Enegizing Plus (3.400,10 euros), techo solar (2.129,60 euros), MBUX Superscreen (1.802,90 euros). En total: más de 100.000 euros.
Es un precio que se sitúa en la media de la competencia como Audi A6 o BMW Serie 5, pero con más equipamiento disponible y una calidad de rodadura que se sitúa un punto por encima.
Mercedes-Benz E 300 e 2024 - Valoración
7,6
A favor
- Confort de marcha
- Suavidad del sistema híbrido
- Autonomía eléctrica
- Equipamiento tecnológico
En contra
- Precio
- Peso elevado
- Acabados ligeramente por debajo de su competencia directa
La saga de berlinas de Mercedes-Benz es implacable. La firma de la estrella ha sido siempre un referente en confort, calidad y seguridad, y se nota que el Mercedes-Benz E 300 e es un producto al que le han puesto un mimo exquisito que a final se transmite al resto de modelos de la marca.
Si el Clase E ya es un coche muy, muy bueno, en esta versión híbrida enchufable de gasolina (que también tiene equivalente diésel) cobra aún más sentido al ofrecer un plus de comodidad gracias a la presencia de su motor eléctrico.
Pero no es un coche que utilice la etiqueta CERO como reclamo, sino que cobra todo el sentido al ser una mecánica que puede superar de largo los 100 km en modo 100% eléctrico.
Mercedes-Benz E 300 e 2024 - Ficha técnica
Mercedes-Benz E 300 e |
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Motor térmico |
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TIPO |
Gasolina. Cuatro cilindros en línea |
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CILINDRADA |
1.999 cc |
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POTENCIA MÁXIMA |
204 CV a 6.100 rpm |
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PAR MÁXIMO |
320 Nm a 2.000 - 4.000 rpm |
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TRANSMISIÓN |
Automática de nueve velocidades |
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TRACCIÓN |
Trasera |
Motor Eléctrico |
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POTENCIA MÁXIMA |
95 kW (129 CV) |
|
PAR MOTOR |
440 Nm |
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BATERÍA |
25,4 kWh |
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POTENCIA RECARGA MÁX |
55 kW |
etiqueta |
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CERO |
dimensiones |
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LARGO |
4.949 mm |
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ANCHO |
1.880 mm |
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ALTO |
1.480 mm |
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BATALLA |
2.961 mm |
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PESO |
2.210 kg |
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CAPACIDAD MALETERO |
370 litros |
Prestaciones y consumos |
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0-100 KM/H |
6,4 segundos |
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VELOCIDAD MÁXIMA |
236 km/h |
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CONSUMO HOMOLOGADO |
0,5 l/100 km |
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CONSUMO MEDIO PRUEBA |
4,2 l/100 km |
precio |
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69.200 euros |
El coche para esta prueba ha sido prestado por Mercedes-Benz. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.