Probamos el Mercedes-Benz E 300 de: una berlina diésel PHEV que suma eficiencia pero resta maletero
El Mercedes-Benz Clase E ha llegado completado la mitad de su ciclo de vida. Aprovechando el restyling que ha introducido la marca en 2020 también ha llegado el turno de las versiones híbridas enchufables, así que nos hemos puesto a los mandos del nuevo Mercedes-Benz E 300 de 4MATIC.
Esta berlina grande roza los 5 metros de largo, pero encierra mucho más que un lavado de cara. Es un coche muy interesante para aquellos que realizan desplazamientos cortos, que tengan acceso un aparcamiento con enchufe y que quieran un coche grande con buenas prestaciones y bajo consumo.
Mercedes-Benz E 300 de 4MATIC: evolución lógica
El Mercedes-Benz E 300 de es una actualización con respecto a la berlina de la estrella que conocíamos hasta ahora, que se pone al día estéticamente para acomodarse a los últimos diseños de la familia alemana.
Se mantienen las cinco carrocerías existentes en esta generación: berlina, familiar, coupé, cabrio y All-Terrain. Lo que cambia es el diseño exterior, ligeramente renovado para ofrecer una línea más fluída y fresca, que ya le iba haciendo falta a la berlina alemana para seguir siendo una de las referencias del sector.
En general el nuevo Clase E ha ganado en cuanto a que tiene una presencia más atlética gracias a una serie de cambios sutiles, pero no pierde ni un ápice de la clase y la sobriedad innata que caracteriza a una berlina de lujo que ya es toda una institución en el mercado.
La parrilla ahora es más grande y está mejor integrada que antes, acompañada por unos grupos ópticos con tecnología LED rasgados y que hacen juego con las entradas de aire inferiores en los laterales del paragolpes delantero.
Los diseños de las llantas son nuevos para poner la notadiferenciadora en la vista lateral, mientras que en la zaga encontramos unos pilotos LED más estilizados y en formato triangular que se extiende por los laterales. Al estilo del nuevo Mercedes-Benz Clase S.
Pero no estamos ante un Clase E cualquiera. En este caso es el E 300 de 4MATIC, híbrido enchufable, así que luce orgulloso las insignias EQ Power en sus aletar laterales, además de un puerto de carga en la esquina derecha del paragolpes trasero.
Ligeros cambios para un interior más sofisticado
Si pasamos al interior del nuevo Clase E híbrido enchufable tampoco es que encontremos muchas diferencias, aunque las hay. En líneas generales el salpicadero, sus formas y su distribución es idéntica, pero cambian los materiales utilizados y algunos elementos.
En este caso la parte superior del salpicadero está tapizada y recubierta con un material blando, seguida de una zona media con inserciones de madera oscura de poro abierto para arropar a los aireadores y dar un aire cálido al interior y que se divide de la zona inferior con una tira de iluminación ambiental.
Al menos en esta configuración con colores marrones muy clásicos, la tapicería también en color marrón pero claro y las molduras en madera, la franja de iluminación ambiental no queda demasiado bien integrada, especialmente si se escogen colores azules aunque eso es cuestión de gustos.
Si hay un cambio notable en el nuevo Clase E es la adopción del nuevo volante táctil de la marca. Esta unidad equipaba el paquete AMG con el volante de Affalterbach, es decir, un volante tirando a pequeño, de aro grueso y tres radios dobles.
La novedad que aporta este volante es la adopción de botones táctiles en vez de físicos y la incorporación de tecnología capacitiva para detectar que llevamos las manos en el volante sin tener que ejercer presión sobre la dirección.
Estos cambios hacen que los avisos de atención sean más precisos y su imagen sea notablemente más moderna. A cambio también hay matices menos positivos como un funcionamiento un tanto confuso. Los controles son los mismos que antes, pero ahora son más difíciles de usar sin mirar, pues no sabemos qué botón estamos tocando aunque hay ciertas superficies en relieve.
Los mandos destinados a la navegación en los ejes verticale horizontal más el OK están algo hundidos para reconocerlos al tacto, aunque hay que hilar fino para su manejo, pues la superficie sobre la que actuar es tirando a pequeña. El funcionamiento podría ser más intuitivo.
Por delante del volante tenemos la doble pantalla que ya conocíamos antes, aunque ahora con un software revisado. Sus medidas pueden ser de 10,25 o de 12,3 pulgadas como es el caso, incluyendo Mercedes-Benz User Experience (MBUX), comandos naturales para el reconocimiento de voz y realidad aumentada para las instrucciones del GPS.
Lo que más nos ha gustado es que Mercedes-Benz pese a usar un módulo táctil sigue confiando al mando de gestión para controlar el sistema de infoentretenimiento con la mano derecha. Un control rápido, efectivo y con feedback táctil que nos parece de lo mejor del mercado y casi empatado con el iDrive de BMW, que quizá es un punto más intuitivo gracias a su mando rotatorio.
Este mando táctil es nuevo y sustituye al anterior acabado en negro piano, mucho más compacto y agradable de utilizar. Por lo demás no hay muchos cambios más allá de la supresión del reloj analógico sobre la guantera de la consola, y se mantienen ciertos botones físicos para los controles de la climatización y algunos accesos directos.
Mercedes-Benz E 300 de 4MATIC: electrificando el confort
Sentados al volante del Clase E híbrido enchufable diésel arrancamos el motor y... silencio absoluto. Esta mecánica PHEV prioriza siempre que puede la movilidad eléctrica, pero a baja velocidad y en parado el motor térmico nunca se activa salvo que le ordenemos lo contrario, convirtiendo al E 300 de 4MATIC en un diésel especialmente silencioso.
Al ponernos en marcha el E 300 de 4MATIC destaca por una suavidad de marcha envidiable y un aislamiento muy bueno que hace aún más agradable desplazarse con esta berlina. Incluso cuando el motor diésel entra en funcionamiento su sonoridad se queda aplacada. Cuando pasa de eléctrico a diésel se nota, pero apenas percibimos un leve tirón y la el ruido contenido del motor.
A nivel mecánico, el Mercedes-Benz E 300 de combina un motor diésel 2.0 de cuatro cilindros turbo con 194 CV y 400 Nm de par motor. Por otro lado el apartado térmico se complementa con un motor eléctrico de 90 kW (122 CV) alimentado por una batería de iones de litio de 13,5 kWh de capacidad total y 9,3 kWh útiles. De manera combinada sus cifras alcanzan 306 CV y 700 Nm de par motor.
Lo curioso de este sistema eléctrico es que el motor se integra dentro de la caja de cambios automática de nueve relaciones por convertidor de par, aprovechando al máximo el espacio y la energía cinética para poder recuperar electricidad y mandarla de vuelta a la batería.
Una batería que por cierto se coloca tras los asientos traseros, en el maletero, delatando que esta hibridación se ha realizado sobre una plataforma no pensada para ello y penalizando mucho la capacidad del maletero. De los 540 litros del Clase E convencional se pasa a 370 litros para el enchufable. Un recorte más que notable y que nos deja con un inmenso ladrillo inamovible que penaliza la carga, especialmente si queremos meter un objeto grande con los asientos abatidos.
Pero volviendo al motor, la elección mecánica del E 300 de 4MATIC es efectiva. Es un coche grande que consigue moverse con mucha soltura, ya sea en modo eléctrico, en modo térmico o en ambos al mismo tiempo.
Hemos podido realizar recorridos de más de 40 kilómetros en modo 100% eléctrico sin echar de menos el motor térmico. Se mueve bien a velocidades del día a día y salvo situaciones muy puntuales como un adelantamiento sin anticipación no echaremos en falta la intervención del motor diésel. En este aspecto se gana la etiqueta CERO.
En el otro extremo, usando sólo el motor térmico, el Clase E híbrido enchufable se desenvuelve con aún más brío, y con un extra todavía adicional si también empuja el apartado eléctrico para conseguir toda la entrega disponible.
En este caso y conduciendo en modo Sport, pese a que la caja de cambios 9G TRONIC de nueve velocidades y de convertidor de par es buena y trabaja con suavidad, sí que tiene un funcionamiento algo lento y no todo lo sutil que podría ser cuando reclamamos potencia inmediata. Hay un cierto lag.
En cualquier caso y hablando exclusivamente en lo referente al motor, el Mercedes-Benz E 300 de 4MATIC es una forma más que interesante de conseguir un coche amplio de más de 300 CV con buenas prestaciones y el consumo de un coche de 200 CV o menos.
Las suspensiones de serie de este Clase E brillan. Mercedes-Benz ha conseguido una berlina grande con un comportamiento soberbio sobre cualquier tipo de asfalto. Es un coche sobradamente cómodo en el que se ha primado el confort sobre cualquier otra consideración.
Incluso rodando sobre asfaltos rotos o con baches pronunciados, la capacidad del Clase E para filtrar las irregularidades sin traducirlas en sacudidas es excelente. Viajar con él por vías rápidas es una experiencia altamente recomendable. Es lujo en movimiento.
A la hora de trazar curvas en carreteras más sinuosas las suspensiones siguen comportándose bien, pero no destacan por su firmeza. La carrocería cede y se nota que es un coche que supera de largo las 2 toneladas de peso y notamos cómo las leyes de la física empujan las ruedas delanteras hacia el exterior, pero manteniendo un comportamiento noble, predecible y extremadamente seguro.
Por otro lado, la capacidad de tracción de esta berlina equipada con el sistema 4MATIC de la firma alemana es un argumento añadido más para apuntalar el buen comportamiento del modelo.
El tacto de la direccion es muy asistido. Las ayudas a la conducción que equipa obligan a que la información que ofrece sea muy filtrada, pero tampoco llega a ser una de esas direcciones que no dicen nada. Los movimientos del volante se traducen en un muy buen trabajo de suspensiones y se agradece.
Hay que reconocer que el clima que se genera en el interior del Mercedes-Benz E 300 de 4MATIC es de los mejores para recorrer kilómetros, ya sean en ciudad o realizando viajes frecuentes, porque es un coche donde el confort se lleva un paso más allá.
Después de recorrer un buen puñado de kilómetros con este coche puedes darte cuenta de lo importante que son los asientos. En el caso de los delanteros son una oda a la comodidad. Se trata de un par de butacas con un mullido extremadamente generoso y de buena amplitud que gracias a sus reglajes eléctricos nos permitirán encontrar una postura confortable, sí o sí.
Sólo les pondríamos un pero, y es que para personas de talla media o pequeña como es mi caso (170 cm y 66 kg) me sobra asiento por los laterales y echamos en falta algo de sujección en curvas.
En las plazas traseras la electrificación no ha afectado lo más mínimo a la habitabilidad, con una banqueta amplia y que no llega a la comodidad de las plazas delanteras, pero intenta acercarse con un relleno blando pero firme. Sólo penaliza la plaza central, castigada por el túnel de la transmisión y el reposabrazos abatible que convierte su respaldo en una superficie poco acolchada y convexa.
Consumo anormalmente bajo para una berlina del segmento E
Con respecto al consumo hay que decir que en condiciones reales la diferencia con respecto a lo que este coche homologa la diferencia es brutal, pero ojo, porque es la discusión infinita sobre los consumos homologados en los coches híbridos enchufables.
El Mercedes-Benz E 300 de 4MATIC homologa bajo ciclo WLTP 1,3 litros cada 100 km. Esta cifra es realmente baja e inusual para un coche de más de 300 CV y que supera las 2 toneladas de peso. El por qué se centra en el proceso de homologación WLTP y sus pruebas, donde los PHEV realizan cuatro test de 23 km.
Echando cuentas, un híbrido enchufable como este E 300 de con la batería al 100% podrá completar dos ciclos completos en modo eléctrico y los otros dos gestionando la energía restante más la que pueda ir recuperando. ¿La homologación WLTP es más próxima a la realidad? Sí, pero también los PHEV juegan con ventaja, y aprovechan esta ventaja al máximo.
Obviamente en una conducción real estas cifras cambian mucho y al concluir nuestra prueba el Clase E híbrido enchufable diésel nos ha dejado un consumo de 4,6 litros a los 100 km, un consumo más propio de un utilitario austero que de una berlina grande, acompañado por una media final de 6,8 kWh/100 km.
Durante la primera parte de nuestra prueba hemos hecho el uso de alguien que dispone de punto de recarga para recargar a diario la batería al 100% y aprovechar su capacidad para moverse en modo eléctrico. En este caso hemos conseguido hacer un uso cotidiano sin tener que recurrir ni un solo minuto al motor térmico, con un consumo ligeramente superior a 25 kWh/100 km.
También le hemos llevado al extremo opuesto, conduciendo sin recargar y en entornos poco propicios (carreteras secundarias y autovía). En el caso más desfavorable para este tipo de coche el consumo de combustible se sitúa fácilmente en 7 l/100 km, así que no destaca por ser precisamente bajo pero tampoco lo podemos criticar por ser un consumo alto.
Aun así es capaz de recargar las baterías de manera satisfactoria incluso si no le forzamos a hacerlo con el modo Battery Level. Durante una ruta por carretera de curvas de casi una hora en modo Sport+ consiguió pasar de un 1% de batería a un 13%.
En cualquier caso, nos ha gustado del Clase E 300 de que siempre se reserva un mínimo de batería por debajo del porcentaje disponible que muestra en pantalla, y puede mover al coche en todas las maniobras a baja velocidad, además de recuperar, gestionar e invertir de manera óptima. Más de lo que hacen otros híbridos enchufables.
Los tiempos de recarga para una toma de corriente doméstica a 2,3 kW son de unas 5 horas para alcanzar el 100% según la marca, aunque se puede tomar alguna hora más por lo que hemos visto. Un tiempo razonable para una recarga diaria durante la noche.
Lo que no es tan razonable es que Mercedes-Benz siga sin disponer de una solución de almacenamiento para los dos cables de carga que vienen con el coche y tengan que quedar tirados sin más en el maletero, ocupando espacio o moviéndose con la marcha.
El Mercedes-Benz E 300 de contra su competencia
Tras la renovación introducida en 2020, el Mercedes-Benz E 300 de 4MATIC se pone a la venta desde 67.925 euros, casi 3.000 euros más caro que el E 300 de (65.150 euros). Es un precio elevado, pero acorde a la tecnología que lleva y sobre todo a la calidad de marcha que ofrece a cambio.
Aparte de su mecánica electrificada compartida con el E 300 e de gasolina, el Mercedes-Benz E 300 de es el único coche híbrido enchufable del segmento E con una mecánica diésel. La diferencia de precio entre las versiones gasolina y diésel es de unos 1.100 euros.
Por eso no tiene un rival directo en el mercado; todas las alternativas se mueven con gasolina. Con respecto a su oposición más directa, el Mercedes-Benz E 300 de 4MATIC es más barato, pues con 67.925 euros se enfrenta al Audi A6 55 TFSIe quattro (76.905 euros), BMW 530e xDrive (69.900 euros) o Volvo S90 T8 Twin AWD Recharge (70.950 euros).
Sólo hay una opción similar para una berlina de casi 5 metros, unos 300 CV y mecánica híbrida enchufable que sea más barata aunque mucho menos potente: el DS 9 E-Tense Rivoli de 225 CV por 56.531 euros.
Mercedes-Benz E 300 de 2021 - Valoración
7.2
A favor
- Consumo reducido
- Confort de marcha
- Etirqueta CERO
- Sistema híbrido bien integrado
En contra
- Precio alto
- Pérdida de espacio en el maletero
- Ciertas ausencias de equipamiento
Mercedes-Benz sigue apostando por una configuración propia y distinta en cuanto a la electrificación de sus modelos. La tecnología EQ Power se implementa de una manera inteligente y, sobre todo, eficiente.
El Mercedes-Benz E 300 de no es un coche precisamente asequible, pues roza los 70.000 euros, pero a cambio ofrece argumentos más que interesantes que le pueden convertir en una buena compra para quien busque un coche amplio, confortable y con un consumo muy bajo para su envergaruda.
Además su tecnología híbrida enchufable le permite conseguir la etiqueta CERO de la DGT, con las ventajas para aquellos que suelan tener que acceder a zonas de bajas emisiones.
Mercedes-Benz E 300 de 2021 - Ficha técnica
Mercedes-Benz E 300 de 4MATIC |
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Motor |
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MOTOR TÉRMICO |
Diésel. Cuatro cilindros en línea turbo, 1.950 cc |
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POTENCIA MÁXIMA |
194 CV a 3.800 rpm |
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PAR MÁXIMO |
400 Nm a 1.600-2.800 rpm |
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TRANSMISIÓN |
Automática DSG de siete relaciones |
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TRACCIÓN |
Total |
|
POTENCIA MÁXIMA (MOTOR ELÉCTRICO) |
90 kW (122 CV) |
|
PAR MÁXIMO (MOTOR ELÉCTRICO) |
440 Nm |
|
POTENCIA COMBINADA |
306 CV |
|
PAR MOTOR COMBINADO |
700 Nm |
|
CAPACIDAD BATERÍA |
13,5 kWh (9,3 kWh útiles) |
|
POTENCIA MÁXIMA RECARGA |
11 kW |
|
TIEMPO DE RECARGA |
1,5 - 5 horas |
dimensiones |
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|
LARGO |
4.935 mm |
|
ANCHO |
1.852 mm |
|
ALTO |
1.481 mm |
|
BATALLA |
2.939 mm |
|
PESO |
2.130 kg |
|
CAPACIDAD MALETERO |
370 litros |
Prestaciones y consumos |
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|
0-100 KM/H |
5,9 segundos |
|
VELOCIDAD MÁXIMA |
235 km/h |
|
CONSUMO HOMOLOGADO (WLTP) |
1,3 l/100 km |
|
CONSUMO MEDIO PRUEBA |
4,6 l/100 km - 6,8 kWh/100 km |
precio |
|
67.925 euros |
El coche para esta prueba ha sido prestado por Mercedes-Benz. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas. |
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