El Hyundai Kona ha experimentado su primer y notable restyling a principios de año. Unos cambios estéticos que acompañaban unas mejoras técnicas, como en las suspensiones, por ejemplo. Aprovechamos los cambios aportados al superventas de Hyundai para probar la versión híbrida y averiguar si sigue siendo un modelo recomendable, capaz de enfrentarse el competitivo segmento de los SUV pequeños.
El Hyundai Kona es el coche que mejor ejemplifica el camino recorrido por Hyundai en los últimos años. No solamente el coche se vende muy bien (más de 228.000 unidades en Europa desde su lanzamiento), sino que además lo hace con una gama ultra completa que incluye toda clase de motores: gasolina, gasolina mild hybrid, diésel mild hybrid, híbrido clásico y eléctrico.
Hasta cuenta con una deportiva versión Kona N de 280 CV que llegará en pocos meses al mercado. En frente, la mayoría de marcas optan por reducir al mínimo las versiones que componen las gamas de sus modelos. En medio de tantas opciones que ofrece la firma coreana, probamos el Hyundai Kona 1.6 Híbrido de 140 CV, un modelo que arranca en 25.390 euros con el acabado Maxx, pero que en nuestra unidad de prueba con acabado Style Sky cuesta 30.990 euros.
El restyling operado hace unos meses tampoco sigue las tendencias actuales. La mayoría de fabricantes apenas aportan algunos retoques cosméticos a sus modelos cuando toca actualizarlos. Muchas veces, más allá de nuevos faros diurnos con firma lumínica LED y un nuevo parachoques, no hay grandes cambios. En ocasiones, incluso, cuesta diferenciar el uno del otro el modelo pre y post restyling.
En general, las marcas se justifican aludiendo a la necesidad de mantener el valor del modelo saliente (tendrá que vender en el mercado de segunda mano las unidades que recupera de los leasing y renting) como al viejo dicho de “si funciona, no lo toques”.
Hyundai, en cambio, ha querido llamar la atención y quiere que se sepa que estamos frente a un nuevo Kona. Así, ha dado una nueva personalidad al Kona con un frontal francamente nuevo. Y lo ha hecho sin cambiar las aletas y el capó (lo que encarecería el restyling).
Los faros, la calandra y el parachoques son completamente nuevos y le confiere un aire más depurado que en la versión anterior. Todavía hay mucho plástico oscuro que rodea el coche, pero la sensación en general es la de un coche más actual y depurado. Los cambios en la zaga son de la misma vena, una simplificación de los elementos, aunque los cambios no son tan marcados.
El resultado es un coche más atractivo, a mi modo de ver, que la versión anterior. Y sobre todo gana personalidad en un segmento en el que contar con un diseño atractivo o llamativo es esencial, como evidencian el renovado Renault Captur, el original Toyota C-HR y el nuevo Nissan Juke.
A bordo: servicios conectados y espacio
Si bien en la carrocería los cambios son evidentes, en el habitáculo apenas se notan. Se limitan a la disponibilidad de nuevos colores y materiales en algunos mercados, como una nueva tapicería de cuero en color beige, kaki o negro. El freno de mano es ahora eléctrico y la consola central es más abierta en su parte inferior. Detrás, ahora están disponibles asientos traseros calefactables, además de estrenar tomas USB para la segunda fila de asientos.
El cuadro de instrumentos es ahora digital y la pantalla táctil que domina el salpicadero es de 10,25 pulgadas (la misma que estrena el nuevo Hyundai i20). Cuenta con la última versión de los servicios conectados de Hyundai Blue Link.
Ésta incluye el perfil de usuario, la navegación de última milla (para seguir la ruta en el móvil hasta el destino una vez el coche aparcado), rutas conectadas e información de estacionamiento en tiempo real. Además, es compatible con los sistemas Android Auto y Apple Car Play, ambos de forma inalámbrica.
La tapicería de cuero es de serie en este acabado Style Sky, así como los ajustes eléctricos para el asiento conductor, los asientos delanteros calefactados y ventilados y la calefacción también para los asientos traseros.
A nivel de ayudas a la conducción, el Kona Híbrido ha hecho los deberes y cuenta con asistente activo de mantenimiento de carril (actúa sobre la dirección), el asistente de frenada automática de emergencia que detecta tanto peatones como ciclistas (usando ahora sensores y una cámara para mejorar la detección).
El sistema de alerta de tráfico cruzado trasero también puede activar los frenos si fuese necesario (en el modelo saliente se limitaba a una advertencia sonora). Y todo ello es de serie en este acabado Style Sky. Lo cual no deja de ser algo especialmente relevante en un coche de este segmento. Vale que con este acabado el Kona cuesta unos 30.000 euros, pero al menos el cliente se lleva un coche muy bien equipado. En todo caso, es más de lo que la mayoría de sus rivales en ese orden de precio ofrecen.
Uno de los puntos positivos del Hyundai Kona desde sus inicios ha su excelente habitabilidad con respecto a sus dimensiones exteriores. Sólo mide 4,20 m de largo, pero sigue mimando a sus pasajeros traseros con mucho espacio para las rodillas, lo que puede ayudarles a olvidarse de la excesiva firmeza de los asientos. Por otra parte, están en una posición un tanto alta por lo que el espacio para la cabeza es un poco limitado detrás para los más altos (más de 1,85 m).
En cuanto al maletero, puede absorber unos más que correctos 374 litros de volumen de carga. A modo comparación, el Toyota C-HR puede contar con 358 litros, el Volkswagen T-Cross con 385 litros y el Renault Captur E-Tech (híbrido no enchufable), con entre 305 y 440 litros gracias a sus asientos traseros correderos.
Al volante: confort y eficiencia
A nivel mecánico, tampoco hay cambios. Equipa un 4 cilindros de 1.6 litros de 105 CV combinado con un motor eléctrico de 32 kW (43,5 CV) para una potencial total de 141 CV. Van asociados a un cambio automático de doble embrague y 6 relaciones. Y por qué iba a Hyundai a cambiar algo que funciona perfectamente.
El interés principal de hacerse con un híbrido es la promesa de un bajo consumo. Y este Kona híbrido no defrauda en ese aspecto. A lo largo de la prueba, el Kona híbrido nos gastó una media de 5,5 l/100 km, con una punta a 6,6 l/100 km en conducción deportiva (algo para lo que no está pensado, por otra parte). En ciudad y con algo de práctica es incluso posible bajar de los 4,5 l/100 km gracias a la frenada regenerativa regulable vía las levas en el volante.
El Kona híbrido solo dispone de dos modos de conducción, accesibles vía el pomo de cambio, Eco y Sport. El modo Sport no aporta realmente nada. La respuesta del motor al acelerador es un poco más directa y el cambio no cambia de marcha si no lo hacemos vía el pomo o las levas. No es más rápido ni tenemos un overboost por parte del motor eléctrico. En realidad, más que Sport, debería llamarse modo Manual.
El ECO, por su parte, permite regular la frenada regenerativa vías las levas del volante. En este modo, las levas no actúan sobre las marchas. Actúan como en el Kona Eléctrico en la intensidad de la deceralación para recargar la pequeña batería de 1,65 kWh. Disponemos de hasta tres posiciones de retención y una sin retención, en rueda libre.
El truco, como en un eléctrico, está en usar la ausencia de frenada regenerativa -que actúa como un freno motor- en aceleración y a velocidad constante. En el momento de frenar, le damos a la leva izquierda (-) como si bajáramos de marcha, usando así la frenada regenerativa. Para salir del semáforo, le damos a la leva derecha (+), como si subiéramos de marcha, con el objetivo de liberar el motor eléctrico y que la aceleración sea sin trabas.
Eso sí, en la práctica no es necesario jugar con las levas para obtener un bajo consumo. Con o sin frenada regenerativa activada, el Kona se mueve en torno a los 5 l/100 km en ciudad. Parte del bajo consumo del Kona hay que dárselo también a los neumáticos Michelin Primacy 4, con una baja resistencia a la rodadura asumida por la marca. En seco, nada que objetar, pero la motricidad es algo deficiente bajo la lluvia, especialmente en ciudad. Son muy sensibles al par motor y es muy fácil patinar al salir de los semáforos, hay que dosificar bien.
Por otra parte, el uso de la frenada regenerativa de este Kona híbrido no será del gusto de todos. Y es que hay mucho freno motor inicial, lógico, pero luego da la sensación de una falta de mordiente por parte de los frenos. La transición entre frenada regenerativa y frenos físicos no está lograda en este modelo. Al contrario, el cambio de tracción térmica a gasolina y viceversa es tan suave que apenas se nota. La transición es muy refinada.
Con motivo del restyling, Hyundai ha realizado una serie de mejoras en la suspensión, con nuevas barras estabilizadoras, y en la puesta a punto de la dirección para mejorar la comodidad sin afectar negativamente el dinamismo del coche.
En la práctica, la sensación que procura es mejor que en el anterior Kona. Y aunque el coche es globalmente cómodo y refinado, mejorando con respecto al modelo pre restyling, sigue siendo un poco firme al pasar sobre los baches y resaltes más pronunciados. Por otra parte, los movimientos de carrocería son un tanto marcados en las vías más reviradas.
En cuanto a la dirección tiene una precisión y rápidez simplemente correctas, lo suficiente para librarse de críticas. De todos modos, es más que suficiente para su cometido, pues no es ningún coche con pretensión deportiva. Para eso, otro día, veremos cómo es el Hyundai Kona N.
Hyundai Kona 1.6 HEV híbrido: nuestra valoración
7,6
A favor
- Relación precio-calidad-equipamiento
- Consumo
- Frenada regenerativa regulable
- Habitabilidad en plazas traseras
En contra
- Presentación un tanto austera
- Motricidad perfectible sobre mojado
Con este restyling, Hyundai ha corregido los pocos y menores defectos que tenía el primer Kona Híbrido, convirtiéndolo en un producto todavía más consistente en cuanto a prestaciones, eficiencia, confort y equipamiento. Y eso es todo lo que necesita para competir en un mercado en el que sus rivales no se lo ponen fácil.
|
|
---|---|
Motores |
Gasolina: 4 cilindros en línea de 1.580 cc. Turbo. 105 CV a 5.700 rpm y 147 Nm a 4.000 rpm. Eléctrico: síncrono de imanes permanentes. 32 kW (43,5 CV) y 170 Nm. |
Batería |
Polímero de iones de litio. 1,65 kWh de capacidad |
potencia máxima Total |
141 CV a 5.700 rpm |
par máximo total |
165 Nm |
transmisión |
Tracción delantera. Cambio automático de doble embrague y 6 relaciones. |
dimensiones (Largo x ancho x alto) |
4.205 x 1.565 x 1.800 mm |
batalla |
2.600 mm |
maletero |
374 litros |
peso |
1.376 kg |
80 a 120 km/h |
7,7 s |
0 a 100 km/h |
11 segundos |
velocidad máxima |
161 km/h |
consumo medio homologado (WLTP) |
5,1 l/100 km |
consumo medio en prueba |
5,5 l/100 km |
El coche para esta prueba ha sido prestado por Hyundai. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas. |
En Motorpasión | Probamos el nuevo SEAT Ateca: el SUV diésel sigue sin versión híbrida, pero mejora en tecnología, calidad y estética