Continuamos con el lanzamiento del nuevo Ford Focus, que supone toda una revolución en la gama Ford y en el mismo segmento C. No es un modelo más, tiene la posibilidad de equipar cosas nunca vistas en el segmento, y desde luego en un coche de su precio. Merece la pena examinarlo a fondo para descubrirlo todo.
Ya comprobamos en la primera parte cómo va en carretera, ahora vamos a analizarlo más bien parado, con más calma. No me parece de entrada un coche accesible a cualquiera por el arsenal de tecnología que tiene, requiere un periodo de adaptación un poco largo, porque el coche parece una videoconsola con ruedas.
De todas formas, como de serie no lo tiene todo, no será mucho problema, pero dominar todos sus aparatitos lleva tiempo, a menos que seamos alguien acostumbrado a manejar tecnología a menudo. Ha dejado a la generación anterior totalmente obsoleta, parece un coche más de 2015 que de 2011. Comprobemos por qué.
Interior del Ford Focus
Al igual que en la generación anterior, tenemos un coche con un puesto de conducción bueno, ideado para conducir bien, no para transportarse únicamente. Nos envuelve un ambiente de calidad más perceptible que antes, y desde luego, parece ser un coche más caro en los materiales principales, el diseño o los elementos disponibles.
Las unidades probadas tenían muchos extras, por lo que el interior acabó poblado de botones y mandos, que pueden llegar a ser muy numerosos. De lo mismo pecaba el primer Citroën C4. No han sido muy osados en las formas, el volante y el tablero de instrumentos están donde siempre han estado, pero sí hay cambios en la función.
Durante las 3-4 horas que estuve al volante no me dio tiempo a utilizar todas las funciones, pero como alguien acostumbrado a tocar aparatos electrónicos desde pequeño, sí lo hice a un ritmo muy superior al de alguien que se lo acaba de comprar, deformación profesional. Por ejemplo, no encontré el asistente de conducción eficiente (Eco Mode).
Con la unidad diesel, fui con dos pasajeros adultos, y se encontraban a sus anchas. Ha aumentado la batalla (distancia entre ejes), aunque es más bajito y tiene menos anchura, lo cual le hace ganar puntos visualmente pero perder habitabilidad. De hecho el Focus Sedan es una alternativa muy tentadora a una berlina clásica más grande (segmento D).
Según la ficha técnica, las tres carrocerías ofrecen la misma habitabilidad en cuanto a altura delante (993 mm con techo solar, si no 977 mm), espacio para piernas (1.094 mm), espacio de piernas trasero (849 mm), espacio a la espalda delante (1.411 mm) y espacio para la espalda detrás (1.336 mm).
Sí es diferente la altura atrás, 962 mm para el compacto, 961-962 mm para el sedán (dependiendo del techo solar) y 999 mm para el familiar. Exteriormente no coinciden las longitudes ni la altura del techo, por lo que coincidiremos en que es bastante homogéneo a efectos de cotas interiores.
La versión de cinco puertas tiene un maletero generoso, de 363 litros. Si nos decantamos por el sedán, subimos a 475 litros útiles. En cuanto al familiar, 490 litros. Esos datos corresponden a maletero cargado hasta la bandeja con kit de reparación de pinchazos. Con rueda de repuesto pequeña, es menos, y con una del mismo tamaño, menos aún.
Por ejemplo, con rueda pequeña (galleta), bajamos a 316, 412 y 476 litros útiles. Si equipamos una del mismo tamaño, serían 277 litros para el compacto y 372 litros para el sedán. No podemos abatir asientos en el sedán, sí en los otros, hasta 1.148 litros en el compacto y 1.516 litros en el familiar.
La versión Sportbreak/Wagon podrá tener cierre automático del portón, una solución que ya tiene por ejemplo el Opel Astra Sports Tourer. El familiar llegará un poco más adelante, a día de hoy las primeras unidades están saliendo de fábrica. Como suele ser habitual, habrá un ligero sobreprecio, será más caro que los otros dos.
Un prodigioso equipamiento tecnológico
Al producirse en volúmenes muy grandes, el Ford Focus permite tener equipamiento no visto antes en el segmento C a un precio competitivo. Además, permite una suma de elementos que por separado los fabricantes competidores no ofrecen, ni siquiera en segmento C Premium.
Muchas tecnologías son totalmente nuevas en el Focus, aunque no en la competencia (generalistas y Premium). No es nada osado decir que el Focus es el compacto más equipable del mercado, pero también hay que decir que no todo es de serie y que habrá que pagar por ello. En un Premium el desembolso aumentaría mucho más.
Faltan algunos elementos que vendrán pronto, como Ford Sync y cámara de aparcamiento trasera. No tiene ni tendrá freno de estacionamiento automático, tampoco Auto Suck. Lo que sí habrá es versiones ST, y bueno, teniendo eso uno ya se consuela.
Sumario tecnológico del Ford Focus
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Active Grille Shutter: Rejilla de ventilación activa, se abre cuando es necesario el flujo de aire y se cierra para mejorar la aerodinámica del coche y el consumo (2%). Esto ya se ve de forma masiva en BMW.
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Active Park Assist: Sistema de aparcamiento automático, controla la dirección y el conductor solo ha de encontrar un sitio y mover el coche hacia delante o hacia atrás.
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Adaptive Cruise Control: Control de crucero adaptativo, utiliza ondas radar para medir la distancia con el coche precedente, algo poco visto en segmento C.
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Auto High Beam: Cambio de luces largas automático, tanto para tráfico en nuestro sentido como para los que vienen de frente. Tampoco es frecuente en segmento C.
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Auto-Start-Stop: Apaga el motor de combustión interna en las detenciones en muchos casos, solo para los 1.6 Ecoboost y 1.6 TDCi por el momento.
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Blind Spot Information System: Sistema de aviso de ángulo muerto, el retrovisor tiene un piloto iluminado si hay un coche en la diagonal que no hemos visto. Por ejemplo lo tienen los Mazda3.
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Driver Alert: Monitoriza la atención del conductor comparando patrones de comportamiento cada siete minutos. Si se percibe que está fatigado, se le pide que pare el coche. Al abrir las puertas se reinicializa, permitiendo cambio de conductor (o engañarlo).
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EPAS con chasis mejorado: Dirección asistida eléctrica, como en la mayoría de modelos actuales.
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Motores Ford EcoBoost: Gasolina turbo con inyección directa, más potencia y menos consumo.
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Ford ECOnetic Technologies: Medidas encaminadas a reducir el consumo de combustible.
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Lane Departure Warning: Una cámara lee la carretera, si vamos a abandonar el carril sin haber accionado el intermitente, el volante vibrará y se mostrará una alerta visual.
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Lane Keeping Aid: Mientras estamos saliendo del carril, el volante se “resiste” un poco para ayudarnos a volver a la trayectoria. También nos llamará la atención si no ponemos las manos en el volante. Por ejemplo, lo tiene el Honda Accord.
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Low Speed Safety System: Busca reflectantes (matrículas o chalecos) para evitar impactos o minorar sus consecuencias circulando dentro de ciudad. Detiene el coche por completo, calando el motor.
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Limitador de velocidad: Como los coches franceses, ya trae limitador y regulador, que no afectan al freno, solo al acelerador.
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Torque Vectoring Control: Control Vectorial de par, es decir, un diferencial delantero electrónico, como el XDS de SEAT.
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Traffic Sign Recognition: Reconocimiento de señales de tráfico, como el Opel Eye. Solo monitoriza las señales de velocidad y adelantamiento, recordándonos las prohibiciones vigentes o fin de prohibición.
Un coche muy sensitivo
Lo sé, ha quedado como un anuncio de preservativos o guantes de fregar, pero tiene su sentido. El coche está atiborrado de sensores, solo le falta poder constiparse o encender una lucecita si se circula en las cercanías de una granja donde apesta a estiércol. Y además de eso, ya casi solo le falta pensar.
Tiene sensores de aparcamiento delanteros y traseros, también diagonales (para buscar aparcamiento). Una cámara frontal lee las señales, y un sistema LIDAR busca objetos frontales. El sistema BLIS detecta coches en el ángulo muerto de los retrovisores. Luego falta la cámara de aparcamiento trasera o la detección de las luces de otros coches o el radar del control de crucero.
Todo esta ristra de sensores permiten al coche ser más confortable en el día a día, facilitando la vida al conductor. También permitirá a más de uno librarse de un accidente. Si no fuera porque no es políticamente muy correcto, le habrían instalado un detector de radares de serie, porque poco más se queda sin detectar.
En resumen
Guardo gratos recuerdos de la generación previa del Focus, pero este modelo le gana en prácticamente todo. Habrá quien eche de menos la anterior dirección electrohidráulica, simplicidad o más anchura en las plazas traseras. En cuanto a motores, solo talibanes de los atmosféricos (2.0 156 CV) echarán de menos una motorización.
Como el nuevo modelo no pesa más, no pierde agilidad, aunque los desarrollos del cambio no son iguales y eso puede ensombrecer este progreso a nivel subjetivo. En motores, ni un paso atrás, y sin sorpresas desagradables como recuperar el viejo 1.8 TDCi. Y no faltará la versión eléctrica en 2012, la híbrida está por ver si llega.
Lástima que en esta generación se jubilen la versión de tres puertas por sus bajas ventas o la descapotable. De todas formas, Ford ha conseguido un coche excelente para muchísimos mercados, inclusive el exigente mercado de EEUU, y eso tiene bastante mérito: el 80% de las piezas son comunes en cualquier nuevo Focus.
Los gastos del viaje para esta presentación han sido asumidos por la marca. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.
En Motorpasión | Ford Focus, presentación y prueba (parte 1)