La llegada del BMW M3 Touring ha sido posiblemente uno de los acontecimientos más esperados a nivel automovilístico de los últimos años. Esta berlina familiar de 510 CV de potencia parece haber enamorado a muchos por su teórica combinación de practicidad y deportividad. Lo hemos probado y te contamos cuáles han sido nuestras primeras impresiones.
Nunca en los 51 años de historia de BMW M habían desarrollado una versión familiar o Touring del M3, algo que sí había ocurrido en el caso de su hermano mayor el M5 en dos ocasiones y que volverá a llegar con la próxima generación de la berlina grande en 2024.
La división de coches deportivos de BMW decidió que una buena forma de celebrar su 50 Aniversario el año pasado en 2022, era que anunciar el lanzamiento al mercado de este coche que muchos deseaban en voz alta.
El rival natural del Audi RS4
Llamado a competir directamente con uno de los reyes entre las berlinas deportivas, el Audi RS4 Avant y a hacerle frente al siempre presente Mercedes-AMG C63 Estate, este BMW M3 Touring llega con una serie de características que sobre el papel prometen bastante.
Por un lado está su estética, basada en la del BMW M3 Berlina, pero adoptando ahora esa trasera familiar que, integrada con las aletas ensanchadas, las cuatro salidas de escape de gran diámetro y otros detallitos, hacen de él un coche muy atractivo a la vista.
El techo viene acabado de serie en color negro de brillo intenso. Como buen Touring incorpora raíles en el techo de serie y encontramos los perfiles Gurney para dirigir el aire, específicos de este modelo, instalados en el alerón del techo y pintados en el mismo tono.
En opción, el techo también puede estar acabado en el color de la carrocería o se puede encontrar el Paquete exterior M de fibra de carbono en la lista de opciones.
Pero más allá de su aspecto imponente, este coche tiene escondido bajo el capó el excelente motor de 6 cilindros en línea con tecnología M TwinPower Turbo de 510 CV que ya conocimos en los M3 y M4, la caja de cambios M Steptronic de 8 velocidades y el sistema de tracción total M xDrive desconectable.
También, entre las novedades que incorpora, destaca la actualización en materia de tecnología que recibe este modelo. Ya viene equipado con la doble pantalla curva en el salpicadero, formada por dos secciones de 12,3 y 14,9 pulgadas, unidas entre sí y con funcionamiento táctil para poder navegar por sus infinitos (tal vez excesivos) sub menús.
Considero un paso atrás el que se haya integrado la climatización en pantalla en lugar de mantener los mandos independiente que sí tenía el M3 (y los Serie 3) cuando se lanzaron al mercado, pero más error es el hecho de que cuando por ejemplo llevas activado el navegador y pulsas para bajar la temperatura del habitáculo, no regrese automáticamente al menú que llevabas antes activado, obligando a volver a pulsar la pantalla con el consiguiente riesgo que supone para la seguridad. Mal por BMW en este sentido.
El portón trasero con accionamiento eléctrico esconde un maletero de 500 litros de capacidad, lo cual supone 20 litros más que su hermano el M3 Berlina. Si no es un aumento de capacidad suficiente como para justificar la compra de este en lugar del Berlina, cabe destacar que este dispone de la práctica luneta posterior abatible que permite acceder al maletero sin tener que abrir la tapa completa. Ahora ya tienes motivo para decantarte por el Touring.
En marcha con el BMW M3 Touring
Llega el momento más esperado, el de poner en marcha la mecánica y emprender el viaje con el M3 Touring para una primera toma de contacto de algo más de 120 kilómetros.
El botón de arranque destaca en la consola central en color rojo. Al pulsarlo, el motor de seis cilindros cobra vida y lo hace emitiendo una melodía bonita y notable, pero no excesiva en ningún caso. En las últimas generaciones de los BMW M, la intensidad del sonido ha bajado bastantes decibelios, tal vez para cumplir estrictamente con la normativa o tal vez como la adaptación a la electrificación que ya está llegando a esta gama de coches.
La unidad de pruebas venía equipada con el elemento de la discordia en este coche. Se trata de los asientos backet con estructura de fibra de carbono, unos preciosos potros de tortura que si bien le dan un aspecto muy deportivo al habitáculo y son cómodos una vez estás sentados en ellos, hacen que entrar y salir del coche sea un absoluto suplicio por lo mucho que cierran los apoyos laterales de la banqueta.
Son opcionales, permiten ahorrar unos notables 9,6 kilos de peso respecto a los asientos M Sport de serie, así como llevar una posición de conducción muy deportiva con el trasero situado muy abajo, pero también penalizan mucho el confort si vas a usar el coche más allá de un uso esporádico. Creo que con esto queda todo dicho.
Encontrar una posición de conducción adecuada es sencillo por los múltiples reglajes disponibles. Una vez la tenemos, salimos a carretera para empezar haciendo kilómetros por autovía hacia el norte, como podría hacer cualquier familia que dispusiese de un M3 Touring como este.
En este tipo de vías, lo más destacado es como este coche, que tiene una serie de refuerzos a nivel de chasis para hacerlo más rígido y una puesta a punto radical para hacerlo efectivo cuando tiene que serlo, es capaz también de ofrecer un nivel de confort de primera categoría.
Igual que ocurría con el BMW M3 Berlina, este M3 Touring permite viajar con total comodidad, encargándose las suspensiones de filtrar bien las irregularidades del terreno, la caja de cambios M Steptronic de 8 velocidades lleva desahogado el motor 3.0 de seis cilindros y en general, a 120 km/h que es lo permitido en España, solo se sentirá algo más rígido que un 320d Touring, por poner una referencia cercana.
Como buen coche moderno, dispone de diferentes programas para el tipo de conducción que vayamos a hacer en cada momento. En carretera, el programa Confort es perfecto ya que además de premiar el confort, también permite hacer unos consumos muy ajustados para la caballería que llevamos bajo el pie derecho. Si sabes sacarle el partido óptimo, apenas superarás los 10 l/100 km de media.
Los 650 Nm de par que ofrece el motor son un buen aliado cuando queremos hacer cambios de ritmo con rapidez, y siempre podemos usar las enormes y espectaculares levas fijas al volante, de gran tamaño, fabricadas en fibra de carbono y recubiertas por goma de color rojo, que permiten bajar con rapidez las marchas necesarias para tener potencia.
Efectividad fuera de toda duda en curvas
Tras aproximadamente 80 kilómetros de autovía que nos sirvieron para confirmar que el M3 Touring es un gran rutero, llegó el momento de salirnos de la vía de gran volumen en busca de carreteras sinuosas y desiertas en las que sacarle partido a su vertiente más deportiva buscando la otra cara de este coche.
Para ello, pasamos del modo Road al Sport y dejamos el Track para cuando tengamos ocasión de probarlo en circuito, tal vez algún día. Se nota entonces un cambio notable en el carácter del coche, que comienza a ser más reactivo e instantáneo a todos los movimientos que marcamos con el acelerador y la dirección.
La electrónica permite infinitas configuraciones de los diferentes parámetros del coche. Desde la dureza de la dirección hasta la de los amortiguadores o la respuesta del motor, cada uno de ellos con tres niveles, hasta otros como el tacto más o menos deportivo del pedal del freno o el control de tracción que tiene 10 niveles de actuación, desde más hasta menos intrusivo.
La entrega de potencia del motor es muy lineal a pesar de ser turbo, subiendo de vueltas con contundencia a medida que metemos una tras otra las marchas. Corre mucho, y corre muy bien, pero sobre todo corre fácil.
Una de las claves está en el sistema xDrive que va repartiendo la potencia entre ambos ejes para hacerlo súper efectivo y fácil de llevar muy rápido. Si fuese solo de tracción trasera, mandar esos 510 CV de potencia del eje posterior al asfalto sería tarea complicada.
Es un coche que camufla bien el sobrepeso, ya que estamos llevando entre manos una bestia de 1.940 kilos de peso, una barbaridad para tratarse de un M3 sin electrificar. Por suerte es capaz de esconderlos bajo un chasis magnífico que permite absolutamente de todo.
El eje delantero es uno de los elementos clave, ya que es muy comunicativo y no da ni el más mínimo lugar al subviraje. Giras frenando, giras en apoyo, giras tarde y siempre el coche entra y va por el sitio. No arrastra nada y eso permite que lo conduzcas con una agilidad sorprendente.
Es un coche que va sobre raíles y que anima a conducirlo de forma deportiva, pero lo que sí notamos es que ha crecido tanto de tamaño y ha aumentado tanto de peso y potencia, que las clásicas carreteras de montaña por las que antes disfrutábamos de un M3 como el E46 en su habitat natural, ya se le han quedado pequeñas a este.
Mantiene un paso por curva realmente inaudito para ser una berlina familiar deportiva, ya que no debemos olvidar que aunque íbamos solos un compañero de otro medio y yo, lo mismo que estábamos haciendo lo podrías hacer con tus hijos sentados atrás sometiéndoles a fuerzas G que no son precisamente habituales.
A la salida de las curvas, basta con abrir dirección, encarar el punto que queramos y dar gas. El coche sale disparado hacia adelante con esos 650 Nm constantes entre las 2.750 y 5.500 RPM que ayudan a que las rectas desaparezcan en un abrir y cerrar de ojos. Sencillamente sublime.
Igual de bueno que el BMW M3 Berlina
Poco más de 200 kilómetros a los mandos del BMW M3 Touring han servido para confirmar algo que ya sospechaba: este modelo es igual de bueno, de brillante y de completo que el BMW M3 Berlina, pero algo más polivalente y atractivo para algunos.
Es lógico que así sea, ya que no debemos olvidar que este coche es idéntico mecánicamente y en cuanto a cotas que el BMW M3 Berlina. Salvando un sobrepeso de este (hay 150 kilos de diferencia) y la forma de la trasera, ambos coches se diferencian por matices que un simple mortal como yo en carretera abierta, realmente no es capaz de percibir.
Sin duda, un fantástico deportivo familiar con el que BMW está preparada para plantar cara a los RS4 de Audi y Mercedes-AMG C63 Estate, un coche que creo tiene el potencial para canibalizar al propio BMW M3 Berlina.
Su precio de 124.000 euros (poco más de 6.000 euros superior al Berlina), hacen que el BMW M3 Touring tenga todas las papeletas para convertirse en un icono entre los de su tipo, un coche que seguro marcará un antes y un después en el desarrollo de un mito del mundo del automóvil como es el BMW M3.