Audi RS5, prueba (conducción y dinámica)

Después de que literalmente se nos haya caído la baba admirando las líneas elegantes y deportivas de la carrocería del Audi RS5 Coupé y de repasar con detalle un interior que combina lo mejor de un GT y un superdeportivo, llega el momento más esperado, poner en marcha el motor V8 y tratar de sacarle el máximo partido.

Con 450 caballos de potencia, el Audi RS5 se posiciona como el coche más potente de su categoría, superando a su rival por excelencia el BMW M3 en 30 caballos. Este último tiene más de 25 años de historia a sus espaldas, y por méritos propios ha conseguido posicionarse como “la referencia”.

Pero con la llegada del nuevo Audi RS5, puede que el reinado del M3 se haya terminado. ¿Habrá sucumbido la tracción trasera a la tecnología Quattro en conducción deportiva? ¿Será el Audi RS5 tan divertido como es el BMW M3? ¿Estamos ante el deportivo “racional” definitivo? Comprobémoslo…

Para poner en marcha la bestia, puedes pulsar la “llave” o hacerlo a través de un botón situado en la consola central. Nada más ponerlo en marcha, un espectacular rugido emana de las dos salidas de escape, dejando paso inmediatamente a un sonido discreto, tanto que podemos llegar a pensar que estamos ante un coche utilitario. ¿Y eso?

Pues muy sencillo, el Audi RS5 lleva de serie el sistema Audi Drive Select, que permite elegir entre varias configuraciones de la respuesta del coche. En el modo confort, el sonido del escape es casi inapreciable, mientras que en el modo dynamic se convierte en una ronca y preciosa melodía para los oídos. Pero ya contaremos como se comporta en cada uno de los modos más adelante.

Bajo el capó se esconde un motor V8 FSI de 4.163 c.c, básicamente el mismo bloque que monta el Audi S5. En este caso está debidamente afinado para entregar ni más ni menos que 450 caballos de potencia cuando la aguja llega a las 8.250 revoluciones por minuto. Estos son regimenes más propios de un coche de carreras que de uno de calle, pero es que el Audi RS5 se parece más a los primeros que a los segundos.

Voy a contaros primero como se comporta el coche cuando en el Audi Drive Select eliges el modo Dynamic, el más deportivo de todos y dónde el Audi RS5 pone todo su potencial encima de la mesa. La respuesta a los movimientos del acelerador son absolutamente instantáneos, desde que pisas el pedal derecho notas como te pegas al asiento al mismo tiempo que el coche acelera con fuerza sin perder un ápice de tracción en ningún momento.

El Audi RS5 acelera tanto que llega a producir problemas en el cuello si juegas a los dragster con él, pero esto no es un problema, es lo que un comprador de un coche como este busca. Tarda sólo 4,6 segundos en pasar de 0 a 100 kilómetros por hora, pero lo más llamativo es que el motor sigue acelerando con la misma fuerza incluso cuando supera esta velocidad.

0 a 200 km/h en sólo 10,9 segundos y ahí no termina la cosa, ya que incluso por encima de esa velocidad, el motor sigue entregando fuerza, potencia y parece no acabarse nunca. Es más, la diversión sólo se acaba cuando la electrónica entra en acción limitando la velocidad máxima a 250 kilómetros por hora, aunque opcionalmente por 1.935 euros Audi te da la oportunidad de llegar a los 280 km/h.

Las sensaciones en las aceleraciones son espectaculares, el motor entrega la potencia de forma muy lineal pero contundente al mismo tiempo. Apenas se notan los cambios de marcha cuando lo llevamos en modo automático, ya que el cambio DSG de 7 velocidades dispone de dos embragues y las transiciones entre una y otra son instantáneas.

El cambio de marchas está muy bien afinado para este coche, y tanto en el modo D (automático) como en el S (automático), parece adivinar en cada momento que es lo que queremos de él. En el modo S, que se elige moviendo la palanca hacia la derecha, cada vez que el cambio reduce una marcha da automaticamente un pequeño toque de acelerador, para que la marcha inferior entre más fácil.

Para los que no sean demasiado fans de los modos automáticos, hay dos levas detrás del volante que permiten manejar el coche exactamente igual que si fuese un manual, acelerando hasta el corte siempre que queramos sin que el cambio decida subir de marchas por nosotros.

El sonido el motor cuando sube de marchas se vuelve cada vez más ronco, más embriagador y más espectacular, tanto que deberás tener cuidado de cuando pisas con fuerza, ya que puedes hacer que los viandantes piensen que vas demasiado rápido incluso aunque estés acelerando en primera. Lo digo por experiencia.

El sistema Quattro con el diferencial central de corona

Me gustó mucho el comportamiento dinámico del Audi RS5, ya que en todo momento el coche se mostró ágil, eficaz en curvas y muy rápido en los cambios de trayectoria. Me recordó mucho al dinamismo de su hermano mayor el Audi R8, aunque con alguna diferencia.

Y es que el Audi RS5 estrena una nueva evolución del sistema de tracción Quattro estrenado en el año 1980 en el Salón de Ginebra con la incorporación del diferencial central autoblocante de corona y gestión del par individual para cada rueda. ¿Como funciona? Eso me preguntaba yo.

Por simplificarlo, se trata de dos coronas que giran dentro del diferencial central. Una de ellas envía fuerza al diferencial del eje delantero, mientras que la otra lo hace al trasero. En funcionamiento normal, envían el 60% de la fuerza al eje trasero y el 40% al eje delantero, siento este uno de los principales motivos que le da ese carácter deportivo del que hablaba.

Tanto es así, que cuando hay una pérdida de tracción en el eje delantero, el Audi RS5 puede llegar a enviar un 85% de la fuerza al eje trasero, mientras que la fuerza máxima para el delantero es de un 70%. ¿Que conseguimos con todo esto?

Para comprobarlo, nada mejor que desconectar por completo el ESP, (este dispone de un modo intermedio deportivo que permite cierto deslizamiento controlado) y tratar de rodar rápido de verdad. El comportamiento del coche en esta configuración es el más radical, y eso se nota cuando lo provocas.

A la entrada de las curvas, el coche se muestra noble a las indicaciones que hagamos con el volante, gracias a una dirección directa y bien puesta a punto a pesar de alguna crítica que ha recibido. Dentro de la curva, las suspensiones firmes y un chasis muy rígido evitan los movimientos inesperados que nunca queremos encontrarnos en un deportivo de altas prestaciones, ya que todo ocurre muy rápido.

Pero lo mejor llega a la hora de salir de las curvas más cerradas, cuando le damos gas con fuerza y buscamos la diversión. Ahí el eje trasero tiende a adelantar al delantero, permite derrapar y hacerlo de forma muy sencilla. El coche cuando nota que la parte trasera está derrapando, envía la fuerza al eje delantero, al mismo tiempo que vas dosificando los caballos con el acelerador y corrigiendo el sobreviraje con la dirección haciendo contravolante.

Es una maniobra que en un coche tracción trasera es delicada, y requiere de cierta destreza. Pero en el caso del Audi RS5 se convierte en algo “sencillo” de hacer, de ahí que el coche permita disfrutar tanto al volante manteniendo unos niveles de seguridad que otros no pueden ofrecer.

En Motorpasión | Audi RS5, prueba (exterior e interior, conducción y dinámica, equipamiento y seguridad, valoración y ficha técnica)

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