La fiscalía alemana ha impuesto una multa de 535 millones euros a Porsche por descuidar sus obligaciones legales al permitir la venta de vehículos en Europa que no cumplían con las normas de emisiones. Una negligencia en toda regla.
Porsche ha confirmado la sanción económica y ha dicho que con la aceptación del pago de esta multa se finalizan de manera integral los procedimientos de delitos administrativos abiertos por la fiscalía de Stuttgart contra la compañía.
¿Un punto y final?
Porsche, propiedad del Grupo Volkswagen, ha detallado que de los 535 millones de euros que tendrá que pagar, 4 están vinculados a un "incumplimiento negligente" de los deberes de la compañía (evitar que sus modelos equiparan un software ilegal), mientras que los 531 millones restantes corresponden a una parte de los beneficios obtenidos por la compañía, que dependerán de la rentabilidad del grupo.
Según los resultados de la investigación de la fiscalía de Stuttgart, en un departamento de la división de desarrollo se produjeron infracciones negligentes de los deberes de supervisión durante las pruebas de gases contaminantes de vehículos fabricados desde 2009, en especial los óxidos de nitrógeno.
En 2017, el ministro de transportes alemán, Alexander Dobrindt, anunció una llamada a revisión para los Porsche Cayenne equipados con el motor 3.0 litros diésel por equipar un software de gestión motor potencialmente ilegal en relación a las emisiones del modelo.
Porsche ha reiterado que esa actuación se produjo siempre por debajo de la junta ejecutiva y que ellos no desarrollan motores diésel, aludiendo a la firma que se los suministra, que es Audi. La firma de los cuatro aros asumió el año pasado una multa de 800 millones de euros, admitiendo que la manipulación fue deliberada mediante la instalación de un dispositivo que permitía falsear las emisiones en varios de sus modelos de gasóleo.
En mayo de 2018 la Oficina Federal para Vehículos a Motor alemana instó a la marca de Stuttgart a retirar casi 60.000 modelos, entre Porsche Macan y Porsche Cayenne, al ser detectado un software ilegal de reducción de emisiones.
Un mes antes la fiscalía alemana abrió una investigación a empleados y exempleados de Porsche, además de a un miembro de la junta directiva por fraude y publicidad fraudulenta vinculados a la manipulación de sistemas de control de emisiones en automóviles diésel.
La compañía ha asegurado que no ha presentado una apelación, poniendo un punto y final -o eso espera- a la pesadilla que se ha convertido el Dieselgate desde que saliera a la luz en 2015 y que le ha costado al Grupo Volkswagen 30.000 millones de euros hasta la fecha.
Sin embargo, el pago de la multa no impide que los procedimientos abiertos contra directivos de Porsche sigan su curso.
En el otoño de 2018, Porsche anunció su adiós al diésel y asegura estar totalmente centrado en el desarrollo de motores de gasolina de última generación, motores híbridos de alto rendimiento y movilidad eléctrica.