Porsche electrificará gradualmente su gama para que el 80 % de sus modelos en 2030 sean enchufables. De momento los próximos Porsche 718 y Porsche Macan serán completamente eléctricos, así como el SUV Cayenne. Sin embargo, hay un modelo que la marca alema aspira a no electrificar al 100 % por el momento: el icónico 911.
Según ha asegurado a Reuters el jefe de proyecto de e-fuels de la firma de Stuttgart, Karl Dums, el Porsche 911 seguirá funcionando con pistones en un futuro próximo: “produciremos el 911 con motor de combustión mientras sea posible”, asegura.
Electrificación y e-fuels, los dos caminos que recorrerá Porsche hacia 2030
Pocos coches hay en la historia de la automoción que trascienden al paso de los años dejando su propia huella en el imaginario colectivo. Uno de ellos es sin duda el Porsche 911, un referente en rendimiento, elegancia y diseño que ha cautivado a los amantes del motor durante más de cinco décadas.
Este modelo, que representó un 13 % de las ventas globales de la marca en 2022, podría librarse de la electrificación total. Porsche ya ha afirmado anteriormente que el 911 tendrá algún tipo de motorización híbrida, aunque es probable que esta no sea enchufable.
Dums ha dejado caer que tampoco es posible que el 911 vaya a sobrevivir a la electrificación gracias a los e-fuels o combustibles sintéticos: “nuestra estrategia principal es cambiar a la movilidad eléctrica”, señala. “Los planes de Porsche para sus vehículos eléctricos y la inversión en e-combustible son completamente independientes”.
Así, aunque el paso a la electrificación es la principal prioridad de Porsche de cara a un futuro inmediato, la marca alemana seguirá vinculada al desarrollo de los combustibles sintéticos en los que, además de ser una de las pioneras, ha hecho una importante inversión a través de HIF Global, una empresa energética chilena.
Sin embargo, por su escasez y elevado coste de producción, muchos expertos señalan que el destino de los e-fuels está ligado a modelos de alta gama o al mundo de la competición.
Y es que estos se fabrican a partir de CO₂ y otros gases de efecto invernadero capturados de la atmósfera, de modo que cuando se quema el combustible, las emisiones de carbono se compensan con su producción reciclada, por lo que estos carburantes son neutros en carbono.
Pero el proceso no es completamente productivo: los cálculos del International Council on Clean Transportation (ICCT) sirven para hacerse una idea, pues auguran que en 2030 el coste de fabricación del e-fuel sería todavía de alrededor de 3 euros el litro.
Sin embargo, hay otras visiones más optimistas, enfocadas en que un aumento de la producción y unos precios favorables de la electricidad podrían suponer un abaratamiento significativo de los combustibles sintéticos. Según Bosch, el combustible en sí (excluidos los impuestos) podría costar entre 1,00 y 1,40 euros el litro a largo plazo.
Para Dums, estos combustibles limpios, con sus pros y sus contras, por el momento parecen más dirigidos a acabar en la industria aeronáutica y los vehículos pesados terrestres, “ya que los turismos serán casi todos eléctricos”.
En la actualidad la industria automotriz se encuentra en una encrucijada compleja: por un lado, los e-fuels podrían salvar millones de coches de combustión cuando los prohíban.
Por otro, la transición hacia la electrificación (a la que los grandes fabricantes de coches ya han destinado más de 1,2 billones de dólares) no tiene marcha atrás. Tampoco faltan las marcas que investigan alternativas como el hidrógeno, como BMW, Toyota o Hyundai.
En definitiva, entre los motores eléctricos y los híbridos, parece que Porsche tiene un par de opciones para mantener vivo el 911 de combustión interna durante al menos otra década. Sin embargo, habrá que mentalizarse de que en 2030, el 911 será el último vehículo de combustión interna de Porsche.