Según recoge la cabecera Autonews, la Fiscalía alemana está investigando a empleados y exempleados de Porsche, además de a un miembro de la junta directiva por fraude y publicidad fraudulenta vinculados a la manipulación de sistemas de control de emisiones en automóviles diésel.
Tres sospechosos bajo lupa
Alrededor de 160 funcionarios han registrado este miércoles un total de 10 instalaciones de la filial del Grupo Volkswagen en el marco de la investigación aún abierta por el escándalo Dieselgate.
La Fiscalía se ha centrado en tres sospechosos: un miembro del consejo de administración, un miembro de la alta dirección de Porsche y un tercer empleado que ya no trabaja en la firma alemana. También han tenido lugar de forma paralela registros en dos edificios de Audi, que han sido confirmados por la propia marca, específicamente en Ingolstadt y Neckarsulm.
El verano pasado, el ministro de transportes alemán, Alexander Dobrindt, anunció una llamada a revisión para los Porsche Cayenne equipados con el motor 3.0 litros diésel por equipar un software de gestión motor potencialmente ilegal en relación a las emisiones del modelo.
Dobrindt explicó en la rueda de prensa que retiraba la homologación a más de 22.000 Cayenne. En Alemania, serían 7.500 los coches afectados y unos 22.000 en toda Europa.
Hace un año, la Fiscalía de Múnich registró las principales instalaciones de Audi por una investigación sobre el trucaje de sus motores diésel, poniendo en el punto de mira al CEO de Audi, Rupert Stadler, cuyas oficinas también fueron examinadas. En febrero de este año también tuvieron lugar registros en la oficina central de Audi y hasta en una vivienda particular.
Con estos antecedentes, podemos hablar del Dieselgate como la madre de todos los conflictos familiares, y es que en octubre del año pasado Porsche pidió 200 millones a Audi por daños y perjuicios relacionados con los motores manipulados.