50 años de Porsche 911: el 964 que nos engatusó de 1988 a 1993

50 años de Porsche 911: el 964 que nos engatusó de 1988 a 1993
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En el año 1988 se presentó una de las generaciones del Porsche 911 más admiradas y cotizadas hoy en día, el 964. En unos días os vamos a ofrecer una miniprueba de la versión más radical de este modelo, el Carrera RS lightweight, pero mientras tanto, repasemos su trayectoria desde el 1988 hasta el 1993 en que dejó paso al 993.

El 964 tenía el 85% de las piezas nuevas respecto al Serie G, así pues podemos hablar de un modelo completamente nuevo que además adoptaba algunas soluciones técnicas del superdeportivo 959. El motor bóxer, de 3.6 litros y refrigerado por aire, desarrollaba 250 caballos de potencia y por primera vez se ofreció en versión Carrera 4. Si si, llegó la tracción integral al 911.

Aunque la evolución estética respecto al Serie G no era rompedora, si que había muchos detalles que permitían diferenciar claremente a ambos modelos. El cambio más llamativo lo encontramos en los paragolpes, ahora mucho más estilizados y fabricados en poliuretano.

Porsche 911 964 Carrera RS

El Porsche 911 se estilizaba, abandonando esos paragolpes característicos de la generación anterior que hacían que pareciese un coche de choque. También llegó con el 964 uno de los principales signos de identidad del Porsche 911 y que todavía hoy siguen montando casi todas las versiones.

Hablamos del alerón trasero retráctil que se desplegaba automáticamente al superar cierta velocidad, y que se podía desplegar también mediante un mando situado en el salpicadero. Es sin duda una de las señas de identidad del Porsche 911, e incluso las dos últimas generaciones de los Turbo lo equipan. Mecánicamente los 964 comenzaron con un motor atmosférico de 3.600 C.C que entregaba 250 caballos.

Importantes cambios en el interior del 964

La premisa principal a la hora de diseñar el interior, fue mejorar el confort. Hubo una evolución importante entre este modelo y su predecesor en este sentido, algo que se valora todavía hoy en día a la hora de elegir un 964 o un Serie G como clásico para pasear de vez en cuando.

Porsche 911 964

El 964 incorporó el ABS, la caja de cambios Triptronic opcional, la dirección asistida e incluso los airbags. El chasis estaba desarrollado desde cero, e incorporaba muelles helicoidales en lugar de la suspensión rígida con barras de torsión del modelo anterior.

Aparte de mejorar el comportamiento, el confort ganó mucho con esta evolución. El éxito del 964 fue enorme, de forma que Porsche decidió diversificar un poco más la gama lanzando, aparte del Carrera 4, las versiones Cabriolet, Targa y a partir de 1990 el 964 Turbo.

El todopoderoso Turbo montaba en un principio un motor bóxer 3.3 litros. En el año 1992, ese motor fue sustituído por uno de 3.6 litros que desarrollaba 360 caballos. Después llegarían las versiones Turbo S, el Speedster y el Carrera RS.

Porsche 911 Carrera RS 964

De este último que sale en la foto, os ofreceremos una prueba en breve que seguro no os deja indiferentes. He entendido a la perfección por qué es hoy uno de los modelos más valorados por los múltiples coleccionistas de la marca. Menudo juguete más divertido.

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