Hace tiempo que le vengo dando vueltas a este tema. Me ha pasado más de una vez, que gente mileurista o bimileurista me ha hecho preguntas sobre coches un poquito caros. Véase Mercedes C 63 AMG, BMW M3, Porsche Cayman, Hummer H2, Subaru Impreza STI, Audi TT, Nissan GT-R...
En el momento de empezar las preguntas, no sabía de qué nivel económico estábamos hablando. Cuando me interesé por sus profesiones y sus ingresos, se me quedó cara de circunstancia y estuve aturdido unos segundos. Lo primero que se me vino a la cabeza es: “Colega, ¿estás loco?”
Ahora que lo pienso en frío, sí, están locos. Hablamos de jóvenes de menos de 30 años, que tienen unos ingresos y viven en casa de sus padres: no pagan ni alquiler, ni hipoteca, y les sobra dinero para gastar (o bueno, ese es su punto de vista). ¿Es razonable la compra de un coche así? ¿Se lo pueden permitir?
Comprar un coche es solo el primer paso de un largo camino repleto de dificultades y gastos. Ojalá fuese tan sencillo como pagar el coche y a partir de ahí solo preocuparnos de lavarlo de vez en cuando y echarle combustible al depósito cuando salte la reserva. En el mundo real, eso solo pasa en el renting o en un alquiler.
Permitirse un coche no supone solo que puedas comprarlo, bien a golpe de maletín de billetes o con un préstamo bancario/familiar. Permitirse un coche supone que además puedas mantenerlo, y que a la menor dificultad, no va a tener que quedarse meses parado sin poder utilizarse y recurriendo al autobús.
Lo peor del automóvil, después de los accidentes de tráfico o la contaminación, es la sangría económica que supone, no nos hacemos a la idea de lo tremendamente caro que es tener un coche particular, en la puerta de casa, y disponible siempre para lo que queramos, cuando queramos y sin dar explicaciones a nadie.
Cuando uno se compra un coche de gama alta, lo menos que puede hacer es asegurarlo a todo riesgo, o como mínimo, contra robo, y dormir en plaza de garaje. No entiendo cómo la gente que tiene un coche caro duerme tan plácidamente con el coche en la calle y sin una protección adecuada en caso de robo.
Para empezar, si te roban el coche, y lo más normal es que no vuelvas a verlo, habrás tirado tal cantidad de dinero que te va a doler más que el robo en sí. Nadie nos quitará “lo bailao”, pero nuestra inversión habrá naufragado como el Titanic. Qué menos que tener una compensación adecuada a semejante pérdida.
Luego, un coche así necesita un mantenimiento adecuado. Tener un coche de 60.000 euros, por poner, con las ruedas alisadas, con aceite de supermercado (de coche), pasando las revisiones en una tienda genérica, con una luz fundida o con una avería de las que hacen que el coche pueda moverse es más triste que el principio de Bambi.
Durante cinco años he estado cogiendo coche de prensa semana sí, semana también, y no he tenido un coche en propiedad. No había pagado nunca un seguro, ruedas, revisiones, averías, impuesto de circulación… nada. Si necesitaron combustible se lo eché, y cuando estuvieron sucios y hacían falta fotos, los lavé.
Cuando finalmente di el salto y me compré un coche de segunda mano por 5.000 euros se abrió un mundo nuevo para mi, y especialmente desagradable. Al menos ya consigo reponerme de los nervios cada vez que tengo que repostar un depósito entero. Me faltaba consciencia de lo bestialmente caro que es esto, qué os voy a contar a algunos…
Entre revisiones, averías, impuestos, tasas de gestoría, el seguro, repostajes, piezas de desguace, neumáticos, plaza de aparcamiento… a día de hoy casi me he gastado lo mismo que me costó el coche (>3.000 euros), ¡y me lo compré en febrero! Ojo, y he buscado minimizar los gastos dentro de ciertos márgenes, pero esto es una sangría constante.
No quiero ser un aguafiestas, pero hay que aterrizar en el mundo real. Un coche es como un hijo, necesita una serie de atenciones, y a veces, llegan unos gastos muy elevados, imprevistos y que nos mandan al cuerno la contabilidad. Tener coche particular es un capricho realmente caro.
El que quiera únicamente pagar una cuota, gasolina y lavados, que se mire un renting. La cuota será bastante alta, seguro, hacerlo a la antigua (comparando con un coche nuevo) no es mucho más barato. Por ejemplo, un renting de un Volkswagen Touareg 3.0 V6 TDI, a 48 meses y 80.000 km…
... sale por la módica cuota de más de 1.000 euros al mes, con una aportación inicial de casi 4.750 euros. Al cabo de 48 meses, habremos gastado, sin incluir gasóleo, prácticamente 60.000 euros. El coche nuevo, tal y como sale del concesionario, vale casi esa cantidad, ¡pero sería nuestro! Aún faltarían todos los gastos de 48 meses.
Pongámonos en otro caso, la segunda mano. Más de uno me dirá que los cochazos del primer párrafo es razonable comprarlos por un valor más bajo que nuevos y entonces sí es posible mantenerlos. Bueno, de momento será posible comprarlos en algunos casos, haciendo un notable esfuerzo ahorrativo o con préstamo.
Ahora bien, el mantener un coche de esas características implica hacer otras inversiones: neumáticos de altas prestaciones (segundas marcas como que no), recambios, seguro, revisiones en la casa oficial (no recomiendo talleres de barrio para esos coches), alguna que otra reparación dolorosa, etc.
Se pueden encontrar sin muchas dificultades BMW M5 del año 2000 por 10.000 euros, menos de lo que cuesta un SEAT Ibiza. Tentador sí que es… Otra cosa es ser realista, ser conscientes de lo que puede dar de sí nuestro dinero, y de todos los gastos que nos va a acarrear, la gasolina va a ser “lo de menos”.
Y bueno, ya por qué no hablar de que si nos vamos al paro, vamos mal, aunque vivamos con nuestros padres. O por qué no decirlo, vivir tanto al día, sin ahorrar para imprevistos, jubilación, futuros hijos, independización paterna, carrera universitaria o viajes a Punta Cana… es pan para hoy y hambre para mañana.
Cada uno hace con su dinero lo que quiere, ahí no pretendo inmiscuírme, pero no recomiendo a nadie vivir día a día, eso dejémoslo a profesionales como John Rambo. Hay que pensar un poquito en el futuro, en que hay épocas de vacas flacas y épocas de vacas gordas. Muy probablemente el coche que realmente queremos se escape de nuestras posibilidades.
Todos los días vemos en Motorpasión coches que jamás podremos tener, para algunos eso es un BMW Serie 5 y para otros es un Chevrolet Corvette, eso depende. Si tienes un sueño, persíguelo, pero usa la cabeza, ¿te puedes permitir ese coche o te puedes permitir comprarlo, lavarlo y repostarlo?
La diferencia es muy abultada y puede significar que tengas que malvender tu joya antes de tiempo.