España es país de rotondas. Nos encantan. Tenemos hasta la rotonda más grande de Europa (y preciosa, por cierto, con montaña incluida). Y si viajamos a la ciudad de Valencia, nos topamos con la glorieta más cara de España y de Europa: una idea que ya era ultracara pero que sumando sobrecostes superó los 24 millones de euros.
Miramar: un mirador desde el que no se ve el mar y que disparó el coste de la rotonda
Hablamos de la rotonda de Miramar, que se conoce así por su faraónico mirador: la Torre de Miramar, que ni siquiera estaba contemplada en el proyecto inicial.
A esto se suma que ha estado más de una década sin mantener, prácticamente abandonada y con el mirador cerrado al público. Todo cosecha de la disputa entre administraciones: el Gobierno y la alcaldía de Valencia. Un buen ejemplo de obra pública sin sentido y despilfarro urbanístico.
Torre de Miramar, Valencia (Google Maps)
Estupendas vistas a un descampado y un aparcamiento. Esta glorieta de más de 7.000 m² tiene una infraestructura ya de por sí compleja: un paso inferior que une la Avenida Cataluña con la V-21, incluyendo una zona peatonal, sumado a las vías del tranvía de la superficie.
Pero lo que más subió su presupuesto fue la torre de marras no prevista inicialmente: un mirador de 45 metros de altura capaz de albergar hasta 160 personas en su interior.
Para más surrealismo, pese al nombre, el mar no se ve muy bien: su caja acristalada ofrece unas "espectaculares" vistas a un descampado, al párking de la zona de las universidades y edificios varios. El Cabanyal y La Malvarrosa se aprecian muy muy a lo lejos.
Más de 24 millones de euros. Vamos con los números. El presupuesto inicial fue de 14 millones de euros por la infraestructura vial que suponía (carretera, soterramiento, vías etc.), pero acabó superando los 24 millones de euros. Aunque no hace mucho Alejandro Ramon (anterior concejal de Emergencia Climática y Transición Energética del consistorio) señaló que costó 26 millones de euros.
Incluso hay quien afirma un montante mayor. Erik Harley, experto en Estudios Urbanos y que hace rutas mostrando pelotazos urbanísticos, aseguró en el podcast "La Sobremesa" de Hannun que había supuesto 36 millones de euros (minuto 52:01 en el vídeo, abajo). Sea como fuere, se señala que la Torre de Miramar encareció el proyecto un 40 %.
Más de 10 años sin mantener y a vueltas con las luchas políticas. Que la Torre de Miramar se incluyera en el proyecto final de la rotonda fue decisión del Gobierno de Jose María Aznar. Lo heredó Rodríguez Zapatero (PSOE) y se consensuó con el gobierno local, con Rita Barberá al frente. Su construcción, e inversión, corrió a cargo del Ministerio de Fomento.
Años después, en 2009 se inauguró con José Blanco (entonces ministro de Fomento) y Barberá presentes en el acto. Pero a pesar de que la torre fue aprobada por el gobierno local, la edil del Partido Popular se negó a que el consistorio corriera con los gastos de mantenimiento.
¿El resultado? La torre estuvo abierta sólo tres meses. Y durante más de una década, sus zonas estuvieron en casi total abandono: tanto la de superficie como el paso inferior peatonal: grafitis, y rastrojos, y hasta basura, adornaban el lugar. No fue hasta finales de 2021 cuando la gestión de este espacio pasó a manos del Ayuntamiento de Valencia, prometiendo reformas.
¿Se reformará finalmente?
La reforma presupuestada en diciembre de 2021, ya pasando su gestión a manos del consistorio, suponía 0,4 millones de euros. Se contempló reformar la superficie con nuevos espacios peatonales y mejores accesos, una zona de skate, además de la limpieza y segado de las malas hierbas.
Y a finales de 2022 un nuevo proyecto de reforma recibió luz verde en el pleno valenciano, diseñada por el anterior gobierno municipal aún con Joan Ribó (Compromís) como alcalde. En total se estimó que costaría a las arcas del ayuntamiento 1,3 millones de euros. Un jardín vertical para el inmenso mirador, nuevas fuentes, pérgolas con vegetación y paneles solares para recarga de vehículos eléctricos...
"La Torre Miramar se encuentra en un espacio estratégico y se debe consolidar como un hito arquitectónico, bioclimático y sostenible, imagen de una Valencia que ya es capital verde europea y que tiene el compromiso de ser ciudad neutra en emisiones de CO₂ en 2030", señaló el entonces aún concejal de Emergencia Climática Alejandro Ramon. Las obras de la primera fase tendrían que haber comenzado este 2023, con las primeras actuaciones valoradas en 250.000 euros.
Pero si nos vamos a Google Maps, con fecha de abril de 2023, la rotonda sigue en mostrando un aspecto que deja bastante que desear. Todo ello teniendo en cuenta que es la entrada a Valencia desde el norte: la "puerta de Europa a la ciudad".
Ahora un nuevo gobierno municipal ha entrado en juego, con el regreso del Partido Popular a la alcaldía. Veremos si el nuevo consistorio sigue adelante o no con este proyecto o plantea otro nuevo de remodelación. Pero lo que ya no le quita nadie es que es la rotonda que más ha costado a las arcas públicas españolas y subiendo.