¿Podemos decir que los coches son como las personas y que la belleza está en el interior? La imagen exterior es lo que solemos valorar en un primer momento, pero bien es cierto que lo que más tiempo vemos es el puesto de conducción. Sí, nos gustan los coches bonitos por fuera, pero también bonitos por dentro.
Aunque dependiendo de cada uno le damos más o menos valor al interior. Los hay que incluso valoran un interior atractivo y con mucho equipamiento por encima de la estética exterior. Sin embargo otros pasan por completo donde esté un diseño atractivo, un buen motor y un comportamiento dinámico de nivel, que se quiten las pantallitas y los asientos con masaje. Como soy de este segundo grupo hoy me ha tocado ponerme en plan quisquilloso y criticar los interiores de unos cuantos modelos. Allá vamos.
Rolls Royce Phantom
Seguro que tu selección es diferente a la que yo he hecho, para gustos los colores y ahí va mi arriesgada apuesta, empiezo a lo grande, con un órdago a grande, a chica, a pares y a juego. Empiezo por el Rolls Royce Phantom.
Este interior que para algunos es el clímax de la elegancia, el buen gusto y la mayor demostración de calidad y materiales nobles en un automóvil, pero por muchas horas de trabajo, esmero en su fabricación y maderas de árboles tropicales que únicamente crecen en una zona del planeta sólo accesible para caballos enanos guiados por sherpas nativos, a mí lo siento pero me parece más el puente de mando de un barco que el puesto de conducción de un coche.
Mercedes-Benz Clase A, B, C...
Todavía recuerdo la presentación del Mercedes-Banz Clase A en la que más de uno echó mano a la pantalla central pensando que era una tablet desmontable. El diseño más joven que dio pie al famoso "Algo está pasando en Mercedes" personalmente me parece acertado, aunque hay que reconocer que la calidad de algunos materiales no está a la altura de la estrella de tres puntas.
Además esa pantalla en la parte alta de la consola quedará con el paso de los años como otras tantas anécdotas, en este caso será un "fíjate, esto es lo que se llevaba en aquella época en la que todo era táctil".
Jeep Cherokee
Bien por Jeep, por jugársela con un diseño exterior diferente, arriesgado y que no deja impasible. Te gustará o no, pero nadie puede negar que es muy personal, al menos la parte delantera porque la zaga... Pero vamos con el interior que me despisto.
El problema principal del Cherokee lo encuentro en el interior, que es algo soso, quieres ser moderno con formas complejas pero queda que parece un poco de juguete, de peor calidad de la que tiene y además descolocado. Parece que no se han preocupado en dar una unidad a los diferentes módulos y cada uno está ahí porque toca.
El cuadro de instrumentos por un lado y con un estilo que no parece relacionado con la parte superior de la consola central. Luego el módulo de la climatización aparece aparte y en poca sintonía con el resto. Y para rematar el plástico que forma la parte inferior de la consola (donde se ubica el selector del cambio) se araña sólo con pensarlo.
Cadillac Escalade
Sí, aquí he ido a lo fácil y lo reconozco, es fácil hacer sangre de los interiores de los coches americanos. Pero para ser justos hay que retroceder a la generación anterior, no al Escalade 2015.
Esas formas rectas, esas amplias superficies de plástico negro mate, esos relojes del cuadro de instrumentos incrustados en ese mismo material tan poco atractivo, ese enorme selector del cambio y esos materiales que a lo mejor son buenos pero no lo parecen, han conseguido que el Escalade entre en esta lista.
MINI
Con el MINI tenemos para escribir un libro. El original tenía su gracia, aunque el velocímetro en la parte central del salpicadero nunca ha sido algo práctico. Pero era una de sus señas de identidad y lo mantuvieron en el nuevo MINI.
¿Al final qué pasaba? Que ese velocímetro no se miraba para nada y usabas uno digital pequeñito que había tras el volante dentro del cuentarrevoluciones. Pero ahí no acaba lo malo, el problema no era sólo el reducido tamaño de los dígitos, es que además quedaba muy cerca y obligaba a trabajar mucho más al ojo humano para enfocar. Es decir, desviabas mucho la vista de la carretera y mucho tiempo.
A eso había que sumar unos mandos de la consola central con un manejo complicado y de tacto dudoso además de unas palancas tras el volante que en las primeras unidades tenían tendencia a salir volando cuando las accionabas.
Nissan Cube
El frontal de un bulldog y la zaga inspirada en el trasero de Jennifer López se completan con un interior que evoca un jacuzzi. Así mismo me lo explicó en persona el responsable de diseño del Nissan Cube en Berlín y no, no estábamos en una discoteca a altas horas de la madrugada.
Este kei-car excesivamente crecidito sale muy bien parado en esta foto, en vivo a los que nos gusta el automóvil nos rechinan los dientes.
Tesla Model S
Para terminar me he tirado al charco y sé positivamente que me van a llover los comentarios poco atractivos. Pues sí señores, no me gusta el interior del Tesla Model S como no me gustan los interiores que basan la mayoría de las funciones en una pantalla táctil. Me parece poco preciso, poco intuitivo, peligroso y hasta sucio.
Sí, sí, es sucio, la pantalla está siempre llena de huellas y para un fanático de los coches limpios esto es algo complicado de aceptar. Además tampoco me gustan los cuadros de instrumentos compuestos por pantallas TFT, llámame clásico pero me parece más fiable un reloj analógico, aunque no me niego a que vaya acompañado de un velocímetro digital de buen tamaño.
La consola central del Model S parece no existir, está cubierta de pantalla táctil y ya, ya está, no hay más. Hay pantalla y un hueco debajo. No busques botones en su interior porque vas a encontrar los de tu chaqueta, en el salpicadero tu búsqueda va a fracasar. Bien como prototipo de salón, pero ni me atrae ni me parece práctico.
Y hasta aquí mi selección. Seguro que tú no la habrías hecho igual y seguro que hay muchos más coches feos por dentro (SsangYong Rodius primera generación, Fiat Multipla, Renault Modus...), pero el objetivo era incluir una selección de coches más o menos caros y los que hay aquí lo cumplen con una pequeña excepción, el Cube, pero es que a mí ese coche para lo que es me parece carísimo.