Cuando se cumple un mes del incendio y posterior naufragio del buque de carga Felicity Ace con más de 4.000 vehículos de Volkswagen, Porsche, Bentley, Audi y Lamborghini a bordo, los directivos del Grupo Volkswagen han confirmado en una entrevista a Automotive News que sus clientes recibirán todos los pedidos.
Esto incluye las 15 unidades del exclusivo Aventador LP 780-4 Ultimae, que ya estaba fuera de producción y que, como el resto, ahora yacen a más de 3.000 metros de profundidad en el Océano Atlántico.
Vuelta forzada a la producción del Lamborghini Aventador Ultimae
De los miles de coches del Grupo Volkswagen que iban a bordo del malogrado Felicity Ace rumbo a Davisville (Rhode Island, EEUU), y que nunca llegaron a puerto, pronto se confirmó que 15 unidades correspondían a la última hornada del espectacular Lamborghini Aventador LP 780-4 Ultimae, una edición exclusiva y limitada a 350 coupés y 250 roadsters.
Después de haber agotado todas las unidades en apenas tres meses, esto supuso un auténtico quebradero de cabeza para la marca de Sant'Agata Bolognese, y la pérdida de más siete millones de euros como mínimo (pues cada unidad costaba una media de 475.000 euros).
Pero para tranquilidad de sus clientes en EEUU el CEO de la marca, Stephan Winkelmann, ha confirmado que, pese a que tendrán que realizar un esfuerzo considerable para ello, “serán capaces de reemplazar todos los coches perdidos”, como recoge The Drive.
Lo que no se ha especificado es el plazo aproximado que llevará volver a producir estos 15 coches, ya que además de que se ensamblan de forma artesanal dependerá en gran medida de lo que se tarde en volver a reunir los componentes necesarios.
El resto de Lamborghini que se perdieron en el naufragio (hasta un total de 85) corresponden en su gran mayoría a la gama del SUV Urus, que está actualmente en producción, por lo que su reemplazo no supone mayor problema para la marca más allá de la pérdida económica.
Aunque todavía no se ha confirmado de forma oficial, parece que también había varias unidades del bestial Huracán a bordo del Felicity.
Por su parte, Bentley perdió 189 coches en el naufragio. El CEO de la marca, Adrian Hallmark, ya ha confirmado que han encontrado “una solución para reemplazar 100 unidades en el menor tiempo posible” mientras que el resto llegarán a manos de sus dueños “en un plazo de seis meses”.
En cuanto a Audi, su CEO Markus Duesmann ya ha confirmado también que “los 1.800 vehículos de la marca destruidos serán reemplazados próximamente”.
Los 1.100 vehículos de Porsche que iban en el barco (y se estima que pueden costar más de 300 millones de euros en daños al Grupo VW) también serán reemplazados “lo antes posible”, o al menos eso aseguró a varios medios estadounidenses el vicepresidente de relaciones públicas de Porsche Cars North America, Angus Fitton a principios de mes.
Para Porsche no es la primera vez que sucede algo así, pero sí de esta magnitud, pues en 2019 perdió cuatro Porsche 911 GT2 RS en el naufragio del buque de carga italiano Grande America de la naviera Grimaldi Group que se dirigía a Brasil.
Afortunadamente los 22 miembros de la tripulación del Felicity fueron evacuados sin daños por la marina portuguesa, antes de que el buque acabase en las profundidades frente a la costa de las Azores. Por lo que ahora, la mayor preocupación es que el barco acabe por contaminar el Océano si no se pone remedio pronto.
El Felicity Ace, además de los coches citados, transportaba 2.200 toneladas de combustible y 2.200 toneladas de aceite (a lo que habría que añadir las baterías de iones de litio de algunos de los modelos eléctricos siniestrados por verificar). El barco se encuentra en aguas internacionales, por lo que ningún país asume automáticamente la responsabilidad de su recuperación.
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