El 26 de abril de 1986 ocurrió de madrugada el mayor desastre nuclear conocido por el hombre (de momento) en Chernóbil. La tragedia ha vuelto al candelero gracias a la interesante serie de televisión producida por HBO, y como refleja ésta, cientos o incluso miles de vehículos radiactivos utilizados en las tareas de liquidación quedaron abandonados en las inmediaciones de la central.
Tras el accidente en el reactor número 4 en la planta por entonces parte de la Unión Soviética, muchos vehículos de todo tipo se utilizaron para la extinción del incendio inicial en la central, para las labores de limpieza posteriores o para transporte de heridos y fueron expuestos a enormes niveles de radiación, convirtiéndose objetos extremadamente peligrosos.
El cementerio de maquinaria radiactiva
Cientos de estos vehículos y aeronaves fueron abandonados en las inmediaciones de la central nuclear Vladímir Ilich Lenin, epicentro de la catástrofe. Alrededor de unos 1.350 vehículos quedaron diseminados dentro de la zona de exclusión y 25 kilómetros al suroeste de la central, en una zona se llama Rassokha.
Era y es un cementerio repleto de hierros radioactivos que quedaron congelados esperando una solución definitiva hace más de tres décadas. Una especie de desguace donde se dejaron todo tipo de vehículos, muchos de ellos utilizados en las labores de extinción y control de las explosiones que orquestaron el terrible suceso, así como en la evacuación de los miles de residentes que vivían en una zona dedicada prácticamente en su totalidad a la central.
Los camiones de bomberos que trabajaron durante las primeras horas en la extinción del incendio y por tanto fueron más expuestos alcanzaron un nivel de radiación de tal magnitud que fueron sepultados en enormes fosas, pero muchos otros quedaron expuestos en esta campa radioactiva. Los bomberos (y otros trabajadores) que dieron su vida en las primeras fases de la tragedia tuvieron que ser enterrados en ataúdes de plomo.
En el cementerio de Rassokha hay de todo: grandes helicópteros de transporte, vehículos militares (tanquetas, camiones, vehículos anfibios, excavadoras de minería, cisternas...), pero también grúas, autobuses, ambulancias, camiones de bomberos, coches privados, etc...
Durante años los pocos habitantes que quedaron en la zona y los visitantes intentaron hacer negocio a base de saquear los vehículos. Vender motores, chatarra o el cableado de los sistemas eléctricos de estas máquinas fue un modo de subsistencia, a pesar de estar contaminados.
Algunos blindados anfibios BDRM de reconocimiento fueron utilizados activamente tras el accidente. El blindaje reducía el nivel de radiación a la que sus ocupantes eran expuestos, y algunos incluso equipados con radiómetros integrados para hacer mediciones de radiación en la zona. También se dejaron allí imponentes helicópteros MI-6, gigantes ahora desmembrados y testigos de la magnitud de la tragedia.
Ahora, y sobre todo tras el estreno de la serie 'Chernóbil' ,la zona de exclusión es un enorme reclamo turístico. Junto a la propia central nuclear y a la abandonada ciudad de Pripiat, que son los lugares más visitados por los turistas, elcementerio radiactivo de Rassokha es otra de las mayores atracciones turísticas.
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Vía | English Russia
Fotografías | Zametkiev, Porco Rosso (Flickr), Eamonn Butler (Flickr), Ian Bancroft (Flickr), Thedakotakid (Flickr)