Otro duro golpe judicial para el ex jefe de Nissan: Carlos Ghosn deberá entregar su superyate y pagar 32 millones de dólares a la marca por daños y perjuicios

Nissan acaba de ganar el primer asalto de su larga batalla ‘naval’ contra el ex presidente de la marca y fugitivo, Carlos Ghosn, sobre quién es el propietario legítimo del superyate, después de que un tribunal dictaminara que el brasileño y su esposa “desviaron ilícitamente millones de dólares del fabricante de automóviles para comprar la lujosa embarcación”.

Según la sentencia del tribunal de las Islas Vírgenes Británicas que lleva el caso, además de tener que ceder el superyate a Nissan, Ghosn y su esposa fueron condenados a pagar 32 millones de dólares a la marca en concepto de “daños y perjuicios”. Y esto no acaba aquí.

Un culebrón que sorprende con un nuevo giro de guión

Este fallo es un golpe más en la ya turbulenta historia y las muchas batallas legales que todavía  tiene pendientes el culebrón de Carlos Ghosn, quien fue arrestado en 2018 por múltiples cargos (entre ellos, malversación) y posteriormente escapó de Japón metido en una caja de instrumentos musicales para refugiarse en el Líbano, la tierra de sus padres y abuelos.

El superyate casi se había convertido en un símbolo de los supuestos excesos que están en el centro de los procedimientos contra Ghosn, acusado entre otras cosas por malversación de fondos y mala conducta financiera, después de que la propia Nissan facilitase a la policía información recabada en investigaciones internas realizadas durante meses antes de su arresto.

La embarcación en cuestión es una impresionante Custom Line Navetta 37 fabricada por la empresa italiana Ferretti, y fue bautizada como "Shachou", que significa ‘El jefe’ en japonés. Con cinco cabinas principales, siete baños y cuatro camarotes para la tripulación, el yate es todo un símbolo del lujo y la ostentación para quien, en su día, convirtió a la alianza Nissan-Renault- Mitsubishi BV en un gigante automovilístico.

Según el fallo del tribunal, Ghosn desvió fondos de Nissan a través de complejas estructuras financieras, usando empresas como Beauty Yachts Pty Ltd., con sede en las Islas Vírgenes Británicas, y Shogun Investments, una entidad californiana gestionada por Ghosn y su hijo. El tribunal determinó que los fondos desviados, originalmente del "CEO Reserve Fund" de Nissan, fueron utilizados para fines personales en lugar de beneficiar a la empresa.

Asimismo, el juez Gerhard Wallbank, en su sentencia de 56 páginas, deja claro que las transacciones no tenían ninguna justificación dentro de los intereses de Nissan, sino que “se realizaron con el propósito de beneficiar a Ghosn y sus allegados”. El superyate, que también fue mencionado en una de las cuatro acusaciones penales presentadas contra Ghosn en Japón, se ha convertido en un emblema de las extravagancias que supuestamente practicaba durante su mandato en Nissan.

Ghosn, que niega rotundamente las acusaciones y afirma que apelará la decisión, no se presentó al juicio ni estuvo representado en el proceso. De hecho Ghosn siempre ha defendido su inocencia, alegando que se trata de un complot urdido contra él desde las más altas esferas de la Alianza. Hasta hizo una página web dedicada a ello.

En declaraciones a la prensa, Ghosn afirmó estar “decidido a defenderse” ante lo que consideraba “una persecución injusta”. Por su parte, Nissan ha aplaudido el fallo judicial que, según la compañía, valida sus esfuerzos para recuperar los daños ocasionados por las actividades de Ghosn.

“Esto es parte de los esfuerzos de Nissan para recuperar los daños sufridos debido a la mala conducta de Carlos Ghosn, incluida la apropiación indebida de activos de Nissan”, dijo la marca en un comunicado oficial. El fabricante japonés también ha confirmado que seguirá persiguiendo acciones legales tanto en Japón como en otros países para hacer responsable a Ghosn de sus actos.

En paralelo, el ex directivo de Nissan, Greg Kelly, quien fue acusado como cómplice de Ghosn en uno de los cargos, está apelando su condena en Japón. Además, las autoridades francesas emitieron una orden de arresto en su contra en 2022, acusándolo de desviar millones de euros de Renault, un cargo que también coincide con las acusaciones que enfrenta en Japón.

El caso del superyate es solo uno de los muchos frentes judiciales abiertos en contra de Ghosn, figura que durante años fue vista como “el artífice del éxito del grupo automotriz Renault-Nissan-Mitsubishi” ahora diluido. Pero con cada vez más sentencias contra él, la caída libre de Ghosn parece tener cada vez más cerca su final.

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