Dos Nissan Skyline GT-R han sido hechos papilla por imperativo legal

Este Nissan Skyline R33 GT-R puede que os sea familiar, porque apareció en “The Fast and The Furious”, la primera película de la saga. Fue comprado posteriormente por un particular, Justin Beno. Este coche, que es un JDM (japonés, con volante a la derecha) es una posesión difícil en EEUU por temas de emisiones y homologación. Su mote es Big Bird.

Pues bien, tras asegurarse —según Beno— que podía poseer este coche, se compró otro más moderno para usarlo con frecuencia, ya que el amarillo tiene más de 600 CV y problemas mecánicos, y el nuevo solo 500 CV (apodado GodZira). Pues bien, el estado de Wisconsin decidió que tener esos dos coches era similar a tener Anthrax en el garaje, y fueron a por él.

En un juicio de 2010, se declaró que ambos coches eran ilegales (no tenían VIN) y que le daban dos opciones. O iba a la cárcel durante un año, o le convertían los dos coches en hierro retorcido. Eligió la opción b), y los coches han sido destruidos a lo largo de la semana. Descansen en paz.

Aquí están los dos, las fotos las tomó el dueño, el valor de mercado de ambos coches es de unos 100.000 dólares, no muy lejos de lo que cuesta un GT-R actual nuevecito. Justin sabe que no todo lo que ha hecho es legal, y considera que su castigo ha sido desproporcionado. El fiscal pensó lo contrario, que no podía ser más justo.

Sí, yo también habría firmado por ir a la cárcel. No tenemos imágenes del achatarramiento, ni las pondríamos de tenerlas (Dolorpasión) porque excederían varios kilómetros el límite del buen gusto y de lo que cualquier amante de de los GT-R sería capaz de soportar: no queremos juicios por daños morales.

¡¡BANZAI!!

NOTA: Hay muchas fotos de estos coches y de su historia en la página personal de Justin, enlazada a continuación.

Vía | Club Japo
Fuente | Jalopnik, Web personal de Justin Beno

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