La cosa pinta fea en Japón. Todo el que sepa un poco de economía internacional sabrá que la economía japonesa lleva desde los años noventa prácticamente estancada y que a pesar de intentarlo, no encuentran manera de crecer. Son un gigante al que se le ha atorado la glándula que generaba sus hormonas de crecimiento. Una de las causas del atoramiento es el altísimo y fluctuante valor del yen, que ha provocado una disminución de las exportaciones porque producir dentro de Japón se convierte en un tema carísimo para las multinacionales.
¿Y qué fabrica Japón? pues de las muchas cosas que fabrica, las destacadas para nosotros son los coches y demás componentes automovilísticos. Carlos Ghosn es el CEO de Nissan y ha visto como un yen cada vez más fuerte hace que el precio de los coches que fabrican en Japón no pare de subir, por lo que ha dado un ultimátum a Japón. Hablando directamente con el primer ministro dijo que o se estabiliza el yen o no sería posible mantener muchos de los empleos que genera Nissan en Japón.
Esto no deja de ser una forma fina de decir que o Japón se pone las pilas e interviene en los valores de cambio (como recientemente los suizos) o se lía la manta a la cabeza y se lleva la producción de coches a países más baratos como ya ha hecho la propia Nissan con el Micra o la Nissan NV200. No es el único fabricante japonés afectado, sí el primero en hablarlo directamente con el Gobierno japonés, el caso más grave de reducción de exportaciones es el de Honda, que este año bajará de un 34% a un 10% los coches exportados fabricados en Japón.
Si todo sigue como hasta ahora, los fabricantes japoneses fabricarán en todos sitios menos en su Japón natal.
Fotografía | Flickr (JMRosenfeld)
Vía | Leftlanenews