En todos los videojuegos de coches existe uno capaz de vencer a todos los demás. Y en el primer Gran Turismo de la PlayStation, ése era el Nismo 400 R. A cambio del oro en todas las pruebas del carné A Internacional, podías disfrutar de uno de los Nissan Skyline más exclusivos. Tan sólo se construyeron 40 ejemplares y ahora, en el mundo real, uno de ellos acaba de ponerse a la venta.
Harlow Jap Autos -un compraventa especializado del Reino Unido- anuncia el vehículo a través del portal PistonHeads, recalcando que se trata casualmente del número 40 de los 40 existentes. Todo un último mohicano que, a pesar de sus 24 años y 61.000 kilómetros, luce un estado de conservación excepcional que predispone a disfrutar de sus 400 CV.
Las imágenes publicadas por el vendedor atestiguan el brillo que conserva su carrocería, pintada en Deep Marine Blue. Un detalle que aporta un punto más de exclusividad, pues lo convierte en el último Skyline GT-R V-Spec de su generación fabricado en esta tonalidad.
Con el interior ocurre otro tanto, pues apenas pueden apreciarse marcas de desgaste en el volante, los baquets o la palanca de cambios. En la guantera -según nos dice el anuncio- descansa además el manual de instrucciones específico, editado por Nismo y que acompañaba a cada unidad del 400 R.
Eso sí, toda esta originalidad tiene un precio: 1,6 millones de libras esterlinas, que equivalen a 1,9 millones de euros. Las razones de esta elevada cotización son numerosas, así que vamos a intentar resumirlas.
De Le Mans a la calle
Entre finales de los ochenta y principios de los noventa, la boyante economía japonesa impulsó una fiebre de competitividad entre sus fabricantes de automóviles. Todos ellos se afanaron por producir los mejores deportivos, dentro cada uno de sus capacidades tecnológicas y sus particulares filosofías.
En aquel tiempo, Nissan y su Skyline GT-R -de la serie R32- habían convertido las carreras de turismos del Grupo A en su patio de juegos. Espoleados por esta imbatibilidad, quisieron llegar más lejos aún y pelear por el triunfo en las 24 Horas de Le Mans. Lo harían en 1995, adaptando la siguiente generación del modelo -la R33- al reglamento FIA GT y creando con ello el Nismo Skyline GT-R LM.
En lo deportivo, el experimento no salió muy allá: tan sólo consiguieron una décima posición, eclipsados por la apabullante victoria del McLaren F1 GTR. Pero se lo tomaron con tan buena filosofía, que quisieron celebrar el hito de terminar aquella prueba creando un modelo conmemorativo para la calle.
Sobre la base de un GT-R V-Spec R33, Nismo empezó acoplando directamente el mismo motor del GT-R LM. Denominado RB-X GT2, era un RB26DETT profundamente transformado con un incremento de cilindrada a los 2,8 litros y componentes internos reforzados. Así lo había ideado Reinik Motorsport, el partner de Nismo encargado de los motores de competición.
Con este punto de partida el preparador nipón se ocupó de añadir todo lo demás: dos turbocompresores de mayor flujo -a 1,1 bares de presión máxima- con un intercooler más grande, un sistema de escape específico en titanio y una electrónica a medida. El resto de la mecánica también fue modificado en consecuencia, dejando una larga lista de cambios que lo diferenciaban del Skyline GT-R de serie.
La obra final entregaba 400 CV a 6.800 RPM, con una zona roja que alcanzaba las 9.000 RPM tal y como exhibe el cuentavueltas creado ex-profeso para el panel de instrumentos. Igualmente específico es el velocímetro que lo acompaña, tarado hasta los 320 km/h.
Así vio la luz el Nismo 400 R en 1997. Por fuera presentaba multitud de pequeños rasgos distintivos, siendo los más destacados los vinilos laterales con su provocativa nomenclatura o las llantas forjadas de 18 pulgadas, que esconden unos frenos firmados por Brembo.
Pero el paquete aerodinámico creado por Nismo es mucho más complejo de lo que aparenta e incluye un alerón completamente integrado, un difusor trasero, multitud de entradas y salidas de aire y extensiones en las aletas, las cuales acogían unos ejes ensanchados en 50 mm.
A día de hoy el Nissan Skyline es una pieza cotizada en cualquiera de sus generaciones, más aún si hablamos de ediciones de tirada tan limitada como este Nismo 400 R. Si a eso le añadimos que de los 40 construidos, los expertos calculan que aproximadamente sólo sobreviven 19, los precios se disparan hacia lo irreal.
En fin, a falta de dos millones de euros en el bolsillo siempre nos quedará volver a encender la Play y disfrutar con el homenaje virtual que le rinde la saga de Polyphony Digital.
Foto | Harlow Jap Autos
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