Durante las jornadas de prensa del Salón de París, la semana pasada, el mandamás de Mercedes-AMG, Tobias Moers, confirmaba a la publicación australiana GoAuto que el icónico motor 6.0 litros V12 de la casa de Affalterbach está sentenciado. Le queda muy poquito de vida comercial.
Según Moers, este bloque de doce cilindros cesará su producción cuando se jubile el actual Mercedes-AMG S 65, y no parece que vaya a volver. "Vamos a eliminar el Mercedes-AMG S65 de nuestra gama", afirmaba el responsable de la compañía.
El que sí tiene vida por delante -y más de la que pensamos, de acuerdo a Moers- es el V8 biturbo, aunque pase por la electrificación. "En combinación con un sistema eléctrico, podría tener un ciclo de vida mucho más largo de lo que todo el mundo piensa. Nadie en la industria es capaz de predecir cuándo será el fin del motor V8. Se trata de cómo de inteligente seas como compañía, en qué inviertas. Y no debería ser una apuesta, sino una estrategia bien diseñada", asegura Moers.
Actualmente Affalterbach ya está trabajando en aplicaciones híbridas basadas en el 4.0 litros V8. "El V8 es un motor bastante eficiente", afirma Moers, y es que los bloques de ocho cilindros de AMG ya han ido rebajando su cilindrada de 6.3 y 5.5 litros al actual 4.0 litros, todo para poder cumplir las cada vez más estrictas normativas de consumos y emisiones.
Los rumores apuntan a que este sistema híbrido V8 podría estrenarse en el Mercedes-AMG GT de 4 puertas, con una potencia de unos 800 CV, nada menos. Además, en algún momento la firma alemana desarrollará también un modelo completamente eléctrico, aunque cuándo es aún un misterio.