Los autobuses de pila de combustible tienen un principio de funcionamiento sencillo. Almacenan hidrógeno comprimido en un depósito a 350 bares de presión y lo hacen reaccionar con oxígeno atmosférico para generar electricidad y vapor de agua que sale por el tubo de escape. Por lo tanto, su impacto ambiental en marcha es nulo.
La reacción de electrólisis consigue 200 kW de energía, que mueven un gran motor eléctrico, por lo cual es tremendamente silencioso. La autonomía de los autobuses Citaro es de unos 300 kilómetros, con una velocidad máxima de 80 Km/h, de sobra para cubrir trayectos urbanos. La capacidad es de 70 pasajeros y se calcula que han transportado a 7 millones de pasajeros.
Una flota de 36 autobuses Citaro han estado prestando servicio desde 2003 en múltiples escenarios con diferentes climatologías: varias ciudades europeas, Pekín (China) y Perth (Australia). Esta flota ha acumulado 2 millones de kilómetros de experiencia, 135.000 horas de operación y toneladas de datos para los ingenieros.
Desde las condiciones más frías en Reykjavik (Islandia) o Estocolmo (Suecia) hasta el duro verano madrileño, los Citaro han demostrado que son una tecnología válida y fiable en el día a día durante años. La información acumulada servirá para mejorar la próxima generación de autobuses híbridos no contaminantes, justo lo que las grandes urbes necesitan: menos ruido, más eficiencia y menos humos.
Fuente | Mercedes-Benz
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