Mientras que BMW seguía apostando por sus motores de seis cilindros en línea, Mercedes-Benz lanzaba a finales de los noventa su primer bloque V6 y poco a poco abandonaba los primeros. Casi dos décadas después, la marca de Stuttgart ha anunciado su vuelta a este tipo de propulsores. El primero de la familia se denomina M 256 y lo estrenará en 2017 el futuro Mercedes-Benz Clase S.
Como parte de una familiar modular que irá creciendo, con opciones de cuatro y seis cilindros en línea (pero todos con cilindros de 500 cc), el M 256 biturbo tiene 3 litros de cilindrada y servirá como reemplazo para algunos V6 e incluso V8 de la casa, debido a sus generosas cifras: 408 CV y 500 Nm. Además, este nuevo bloque trae una sorpresa; se trata de un híbrido de 48V o Mild Hybrid, y es probable que sustituya a los propulsores V6 de gasolina de toda la gama.
Básicamente, éste M256 incorpora un sistema eléctrico de 48 voltios que permite prescindir de la correa de accesorios -el espacio ahorrado se utiliza para los sistemas de tratamiento de gases de escape-, ya que el motor equipa un motor de arranque/alternador (ISG o Integrated Starter-Alternator) capaz de aportar 15 kW adicionales de potencia, regenerar energía en la frenada y alimentar los sistemas auxiliares como el compresor del aire acondicionado o la bomba del agua, entre otras cosas. Un sistema de 12V sigue alimentando los faros, el interior o el infoentretenimiento.
Este seis en línea equipa también un compresor eléctrico auxiliar (eZV) que mejora considerablemente la respuesta del propulsor. Básicamente, el compresor es capaz de alcanzar las 70.000 RPM en 300 milisegundos, ofreciendo un empuje instantáneo sin necesidad de esperar a que el turbo convencional alcance las revoluciones necesarias. De esta manera se suplen las carencias del turbo en aceleraciones o en salidas desde parado. Daimler promete, por tanto, la ausencia total de turbo lag.
Novedades de cuatro, seis y ocho cilindros
La nueva familiar de motorizaciones de Mercedes-Benz está basada en un sistema modular con cilindros de 500 centímetros cúbicos -muchas marcas se decantan ya por diseños modulares, que ahorran costes- y no tiene como novedad sólo el seis cilindros en línea de gasolina. También hay un nuevo diésel con ésta misma disposición de cilindros (OM 656), así como un V8 modernizado (M 176) y dos motores de cuatro cilindros: uno gasolina (M 264) y otro diésel (OM 654, ya visto en el E 220 d).
El nuevo 2.9 litros diésel (OM 656) es también un seis cilindros en línea, pero en este caso de gasóleo y con una potencia prometida de 313 CV. Además, dice reducir el consumo de su predecesor (3.0 V6 - OM 642) en un 7% gracias a la combinación de pistones de acero con bloque de aluminio y al recubrimiento mejorado de las paredes de los cilindros (NANOSLIDE).
Por su parte, el 4.0 litros V8 biturbo (M 176) que estrenará el Clase S en 2017 ofrecerá 476 CV de potencia y 700 Nm de par máximo (el anterior 4.7 litros V8 daba 455 CV) y contará con desconexión selectiva de cilindros para que en determinadas situaciones (entre 900 y 3.250 RPM) funcione con sólo cuatro cilindros. Según la casa, tanto éste sistema como la mejora en el recubrimiento NANOSLIDE -que reduce fricciones internas- supondrá mermar el consumo de su antecesor en un 10%.
Por último, el nuevo cuatro cilindros de gasolina (M 264) es un 2 litros que promete prestaciones de V6 -y una potencia específica de unos 134 CV por litro- y consumos mucho menores. Para eso recurre a turbocompresores twin-scroll, admisión mejorada, sistema eléctrico de 48V para alimentar el alternador con funciones de motor de arranque (BSA, movido por correa) y la bomba eléctrica de agua.
El propulsor ofrece también un sistema de conducción a vela, recuperación de energía en la frenada y start/stop inteligente con apagado del motor incluso a bajas velocidades. Según Daimler, este nuevo bloque pretende sustituir al resto de motores de cuatro y seis cilindros y potencia similar que daban vida a su gama hasta el momento.
Por supuesto, cabe apuntar que, aunque ya lo conocíamos, también es muy importante en la estrategia de Mercedes-Benz el cuatro cilindros diésel estrenado en el E 220 d (OM 654), que desarrolla 194 CV y reduce el consumo del anterior 2.2 turbodiésel (OM 651) en torno a un 13%, mejorando también considerablemente en cuanto a rumorosidad y vibraciones.
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