El nuevo Mercedes-AMG GT Black Series se presenta como el coche superlativo de AMG. Equipa el V8 más potente jamás fabricado por la marca y, aseguran en AMG, el coche con la aerodinámica más elaborada de todos los AMG. Y todo ello con un solo objetivo: ser el más rápido en circuito y generar las sensaciones más extremas a su volante.
Empecemos por el alma de este Black Series, el motor. Se trata de un V8 4.0 litros bi-turbo entrega aquí 730 CV a 6.700 rpm y entrega un máximo de 800 Nm desde tan sólo 2.000 rpm hasta 6.000 rpm. Para alcanzar estas cifras, en AMG han modificado de forma extensiva el V8, hasta el punto que tiene ahora su propio código: M178 LS2.
Además de nuevos turbos de doble entrada con rodamientos antifricción, nuevos árboles de leva, un intercooler más grande y una línea de escape rediseñada, este V8 a 90º se caracteriza por el uso de un cigüeñal plano y cárter seco.
Nobleza mecánica: el V8 cuento con cigüeñal plano
Un motor V8 puede equipar dos tipos de cigüeñales, de tipo cruzado y plano. Un cigüeñal cruzado tiene los codos que dan soporte a las muñequillas donde apoyan las bielas dispuestos a 90º los unos de otros. Cuando se mira el cigüeñal de perfil, se observa una cruz. Es la configuración que usan la mayoría de los V8 actuales de marcas estadounidenses y alemanas.
En el cigüeñal plano, sus codos están dispuestos a 180º los unos de otros, las muñequillas quedan contrapuestas en un único plano. Es la configuración utilizada en modelos de Ferrari o el Mustang Shelby GT 350, por ejemplo.
El interés de un V8 con cigüeñal plano es la gran suavidad de marcha que otorgan así como un elevado par motor a bajas revoluciones. Esta configuración mejora también la circulación de los gases ya que el encendido de los cilindros se hace siempre de un solo cilindro de una bancada a otra, es decir, nunca enciende de forma seguida dos cilindros de una misma bancada.
Un beneficio colateral de este tipo de cigüeñales es el sonido muy especial que tienen estos motores debido al orden de encendido de los cilindros. En el caso de este AMG es 1-8-2-7 4-5-3-6. En el fondo es una cuestión musical, es como si los cilindros fueran una batería. El orden en el que se toca y la velocidad a la que se tocan generan una base rítmica diferente de un motor a otro. Obviamente, el escape ayuda, pero no es lo más importante en términos de sonido en este caso concreto.
El motor va asociado a una caja de cambios automática de doble embrague y siete relaciones, con tiempos de respuestas mejorados y desarrollos específicos, cuentan en AMG. Cuenta además con una función Race Start que promete ser más bestia que un simple Launch Control. El resultado son unas prestaciones de infarto. La marca anuncia un 0 a 100 km/h en 3,2 segundos y un 0 a 200 km/h en menos de 9 segundos. La velocidad máxima es de 325 km/h.
Aerodinámica activa
A nivel estético es evidente que el coche está más en su sitio en un circuito que en la calle, aunque lleve matricula. Recuerda indudablemente a los AMG GT3 y GT4 de competición. Los spoilers y extractores en fibra de carbono abundan. El splitter delantero en fibra de carbono es ajustable y los extractores de aire del capó contribuyen a generar apoyo aerodinámico.
Incluye también un alerón ajustable en 20 grados, para dar más apoyo o reducir al resistencia (dependiendo de si uno quiere mayor velocidad punta o mayor apoyo). Este Black Series incluye además un fondo plano. En total, AMG anuncia 400 kg de apoyo a 250 km/h.
Como buen “coche de competición”, el Black Series hace un uso extensivo de la fibra de carbono: capó, puertas, paneles de carrocería, pero también el propio árbol de transmisión y el tubo en el que gira están hechos de fibra de carbono. Aunque AMG todavía no ha desvelado el peso del coche, reconocen que han querido aligerar todo lo posible el coche. De ahí que además de la fibra de carbono, el GT Black Series cuente con lunas muy finas y llantas de aleación forjadas.
La electrónica del GT Black Series ajusta automáticamrnte el coche al circuito
Al igual que el AMG GT R, el Black Series recurre amortiguadores ajustables en continuo de cuerpo roscado, es decir, una suspensión adaptativa. Varios elementos de las suspensiones, como los brazos, son de aluminio para reducir el peso no suspendido.
La electrónica permite además ajustar el control de tracción (hay nueve niveles de control, desde uno muy limitado a uno muy muy permisivo) e incluye una función Sport Plus que lee la superficie del circuito y modifica los ajustes del coche (suspensión, dirección, control de tracción, diferencial) en función de ello.
El GT Black Series cuenta con un interior único que combina cuero y microfibra con costuras en negro y naranja, así como adornos en fibra de carbono negro mate. También incluyen paneles de puertas en fibra de carbono con un simple bucle en tela de seguridad para abrir y cerrar las puertas.
Las opciones incluyen asientos baquets en fibra de carbono y el paquete AMG Track, que añade una jaula de seguridad en titanio, arneses de cuatro puntos y un extintor.
AMG no ha desvelado el precio del coche, aunque sería extraño que bajase de los 350.000 euros. Los pedidos estarán abiertos a finales de mes y las primeras entregas se harían en otoño.
En Motorpasión | Mercedes-AMG GT C Roadster, a prueba: 557 CV de brutalidad adictiva | Probamos el Mercedes-AMG C 63 S Coupé: 510 CV de visceralidad para un deportivo que emociona
