Mazda CX-5, presentación y prueba en Madrid (parte 1)

Tras meses esperando el nuevo todocamino de Mazda, el Mazda CX-5, el modelo ya ha llegado al mercado español, aunque de momento sólo hay disponibles unidades con motorización de gasolina, a la espera de que las versiones diésel lleguen a finales de mes. Su precio parte de los 24.790 euros.

Este todocamino es el primer modelo de la marca nipona que se beneficia del nuevo lenguaje de diseño denominado Kodo y que se traduce en líneas que transmiten sensación de movimiento y un frontal inspirado en la apariencia de un felino.

El Mazda CX-5 también se beneficia de lo que la marca denomina Skyactiv, un conjunto de tecnologías que buscan reducir consumo y emisiones mediante motores y transmisiones más eficientes y carrocerías más ligeras. ¿El objetivo? Conseguir consumos de diésel en motores de gasolina y consumos de híbrido en los diésel.

Diseño

Como ya hemos dicho este todocamino luce un diseño que busca transmitir movimiento, con líneas dinámicas y un frontal especialmente atractivo que recuerda a un felino. Por la calle pasa desapercibido aunque siempre hay quien no le quita ojo.

El frontal destaca por una línea que nace en los faros y que dibuja la parte inferior de la calandra mediante un listón cromado. Los atractivos faros, las luces antiniebla inferiores o la parrilla con malla hexagonal en color negro brillante definen la vista frontal.

Si observamos el vehículo de perfil encontramos una línea de cintura que se eleva hacia la zaga y una línea que une los pasos de rueda visualmente y crea dinamismo. Según la marca el coche está listo para saltar a por su presa como lo estaría un gran felino. Las generosas llantas de 19 pulgadas montan gomas Toyo Proxes en dimensiones 225/55 R19.

De la trasera saltan a la vista el alerón de techo integrado, el logo de Mazda en un tamaño considerable, los distintivos del modelo, incluido el de la tecnología Skyactiv, y en el caso de la unidad que hemos podido probar también dos salidas de escape, una a cada lado.

Antes de conocer personalmente el coche tenía una idea preconcebida sobre su tamaño. Pensaba que sería más pequeño. Esperaba un todocamino compacto al estilo del Nissan Qashqai o el Mitsubishi ASX, y lo cierto es que este CX-5 es más grande y voluminoso.

El Mazda CX-5 mide 4,55 metros de largo, entre 20 y 30 centímetros más que los dos modelos citados. Es por tanto también más grande que el BMW X1 (4,45 metros), un Audi Q3 (4,38 metros) o un Volkswagen Tiguan (4,42 metros). Los más cercanos por tamaño serían el Renault Koleos (4,52 metros) o el Nissan Qashqai+2 (4,54 metros).

Si echamos un vistazo al interior encontramos un habitáculo que invita a acomodarse. Durante nuestro contacto condujimos dos versiones diferentes pero la que más tiempo hemos podido disfrutar venía completamente equipada: tapicería de cuero, asientos calefactables, sistema de sonido Bose… No obstante, salvo por el equipamiento extra y el cuero, el interior es idéntico en cuanto a calidad se refiere.

Ya desde el acabado más sencillo el interior tiene una buena apariencia y destacan los plásticos blandos del salpicadero, agradables al tacto, aunque también los hay duros en las zonas más bajas. Como es habitual han querido crear un interior centrado en el conductor, donde todo quede a mano.

Una de las novedades es el controlador HMI, un mando giratorio ubicado en el túnel central (al estilo del i-Drive de BMW), junto a la palanca de cambios y el freno de mano, que sirve para controlar todos los sistemas que nos ofrece la pantalla de la consola central: audio, navegación, ajustes del vehículo…

La utilización tanto del sistema de audio y multimedia como de la navegación se hace muy fácil e intuitiva a través de este pequeño mando. El lugar en el que está ubicado hace que podamos ir realizando ajustes mientras conducimos sin que sea incómodo.

En la parte inferior de la consola central hay una toma de 12V, aunque encontramos otra en el reposabrazos central, junto a una toma de audio auxiliar y una conexión USB. Dentro de la pequeña guantera del reposabrazos hay una bandejita aterciopelada que podemos poner o quitar a nuestro gusto.

La postura de conducción es buena y gracias a los ajustes eléctricos del asiento del conductor (sólo en acabado Luxury) encontramos nuestra postura ideal rápidamente. Los asientos recogen bien el cuerpo y además están calefactados.

El volante multifunción (con mandos de audio, control de crucero, ordenador de a bordo…) está forrado en piel y tiene un tacto muy agradable. El interior, en general, transmite más sensación de calidad que el de un Qashqai o un ASX, por ejemplo.

El interior destaca por tener buena habitabilidad. Tanto delante como detrás existe un buen espacio para la cabeza y en el habitáculo trasero hay un espacio generoso para las piernas. La plaza central, eso sí, es estrecha, por lo que es ideal para cuatro ocupantes y quizá algo justo para cinco, dependiendo del tamaño de estos.

Uno de los mejores atributos de este Mazda CX-5 es su maletero, de 503 litros (incluido el doble fondo, donde se ubica el kit reparapinchazos), más amplio incluso que el de su hermano mayor, el CX-7 (455 litros).

El sistema de abatimiento de asientos 40:20:40 recibe el nombre de Karakuri. Podemos abatir de forma independiente tanto el respaldo de los dos asientos laterales como el respaldo de la plaza central, y además de una forma muy sencilla, accionando unos tiradores ubicados en las paredes del maletero.

Mañana descubriremos qué tal se comporta el Mazda CX-5 en carretera y fuera de ella, qué motores ofrece y hasta que punto consiguen buenos consumos y también profundizaremos en su gama, las diferentes opciones que ofrece y los precios. ¡No te lo pierdas!

Continuará…

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